Ayer tarde me fui a ver Gran Torino. A la vuelta, entro en este tabuco y advierto una anomalía en el contador de visitas. Por primera vez, un pico rompiendo la cansina línea de base.
Un fenómeno así tiene como explicación el reclamo (dicho en cursi, 'efecto llamada'). «Tiene que ser gente conocida. Argonautas.» Así era. Pussy Cat había fijado en cubierta de la Argos un pasquín de este tenor:
«Buenas tardes, amigos.
Ya sé que hay millones de blogs en el mundo, de todos los temas imaginables, de mas o menos interés, bueno, una maraña monumental.
Pero hay uno que merece la pena visitar, por su finezza cultural, la sensibilidad de su creador, sabedor de que despertará pocas pasiones por lo selecto de sus temas: Y es el blog de nuestro remero Belosticalle. Y aunque él mismo confiesa que su blog no es un blog, sino un lugar donde verter sus reflexiones, yo les recomiendo darse una vueltecita por allí, que les va a gustar: BELOSTICALLE.»
Mi primer impulso fue responder allí mismo dando las gracias. Sin embargo, me parece más apropiado y discreto hacerlo aquí.
Querida Pussy, ha sido un honor tenerle a usted como agente publicitaria. También una sorpresa, ver a tanta gente por este desván. No le digo que me halaga, porque mentiría. Pero tampoco me molesta, al contrario. Prefiero que mi rincón se haya visto al natural, destartalado y desamueblado, como es y será si dura, para que nadie se llame a engaño. Usted tampoco, Pussy.
Gracias por su intervención. Tiene usted palco de honor en mi teatrillo, pero sobre todo en mi afecto personal. Belosticalle.
Querido amigo;
ResponderEliminarHamos intentado poner dos comentarios en su blog y han desaparecido en el éter.No sé si este tendrá más éxito.
Nuestro e-mail lo tiene el patrón.
Disculpas. Efectos de la impericia.
ResponderEliminarMensaje enviado.
No acierto ni a poner mi esmalte (e-mail) en su sitio. Es éste:
ResponderEliminarbelosticalle@gmail.com