La otra semana ironicé
sobre un experimento mental en torno a la observación de un cuadro de Di
Cosimo. Días después, conversando con un lector amigo matemático, hablamos del
tema, y él me pasó el librito de Martin Cohen, El escarabajo de Wittgenstein,
que estoy leyendo con tanto solaz como provecho.
Es una selección de
experimentos mentales clásicos, por orden alfabético, desde la A (‘Alicia y su
agujero sin fin’) hasta la Z (‘Zenón y su tortuga’, obviamente). De ese modo,
Wittgenstein con W es cuarto por la cola, aunque con razón encabeza el
conjunto, pues su enjundia gnoseológica lo convierte en cuestión previa, o
prolegómeno a toda física y metafísica futura. Y a toda gramática vasca futura, en seguida lo vemos.
El experimento de Wittgenstein es de lo más simple que cabe imaginar. Cada individuo posee una
cajita con un escarabajo dentro. Una cajita personal y secreta, de forma que
cada cual sólo puede ver dentro de la suya. Si se habla de escarabajos, cada
cuál está pensando en el suyo. ¿Hablan todos de lo mismo? Imposible de verificar. Porque incluso
el poseedor de una cajita vacía se hará su idea propia de ‘escarabajo’: nada.
La esencia del
experimento es esa pregunta turbadora que todos nos hemos hechos alguna vez de
niños: ¿hablamos unos y otros de lo mismo? Compartimos lenguaje, léxico; ¿compartimos
también experiencias, significados, ideas? ¿En qué medida? Tal vez mi verde es tu rojo, lo salado de Juan es lo amargo de Pedro, el óboe del uno suena como la flauta del otro.
Cohen apunta, con
razón, que en las cajitas podría haber cualquier cosa, no necesariamente un coleóptero,
ni siquiera insecto. Creo, sin embargo, que no explica el acierto de elegir ‘escarabajo’
precisamente: una de las categorías zoológicas más ricas y variadas de la
naturaleza. Al genético J. B. S. Haldane (m. 1964) un clérigo le preguntó –otro
experimento imaginario, porque la anécdota es apócrifa–:
–Dígame al menos, señor sabio: esa Naturaleza que tanto
estudia, ¿no le ha dicho nada sobre el Creador?
–Sí, reverendo: que a Él le chiflan los escarabajos.
En efecto, los escarabajos son todo un mundo
en el mundo, predilectos y mimados de la
evolución, presentes desde hace un cuarto de millón de años, con casi medio
millón de especies, la cuarta o quinta parte del total catalogado… Así, decir
que en esta cajita tengo un escarabajo es casi como decir tengo un ‘bicho’, y
da mucho más juego que tener, por ejemplo, una canica o un dado.
Pero no me he puesto
al teclado para hablar de escarabajos. Hoy toca saludar el nuevo parto, la
nueva criatura de Euskaltzaindia –la Real Academia de la Lengua Vasca–,
que nos lleva un paso más hacia la conversión total del vascuence o euskara
en un euskarabajo wittgensteiniano.
Se nos dijo que con
el lenguaje unificado, o batua, se acabó la Babel de los dialectos. Siempre
he creído que el sacrificio de las hablas ancestrales que se hizo en 1968 en favor
de un artificio de laboratorio fue un disparate garrafal, y en esa fe espero vivir y morir. Tampoco
entendí el celo y prisas por imponer ese engendro a los nuevos euscaldunas,
hasta que lo vi demasiado claro en sus aplicaciones prácticas, especialmente como
control de acceso al mundo laboral. Pero en fin, se trataba de un imperativo
social (eso se dijo, y es intocable), una norma igual para todos. Igual, en teoría;
de hecho, con harta ventaja para los guipuzcoanos. Peor aún, vascohablantes de
cuna en purísimo vizcaíno no han tenido nada que hacer, sino empollar batua
como putos maquetos. Luego en casa hablen lo que les dé la gana, pero para la
oposición, la norma es la norma.
Pues bien,
frotándome los ojos leo esta noticia (El Correo, 26-11):
El Duende de la Lengua Vasca. El séptimo volumen sobre la Gramática del Euskera, presentando en Euskaltzaindia, culmina una labor investigadora de treinta años.
«A las academias
de cualquier lengua se les pide como mínimo un par de cosas, un buen
diccionario y una gramática. En el caso de Euskaltzaindia, el 'hiztegi' [diccionario] ya está hecho y colgado en
Internet. En cuanto a la gramática, ayer se presentó el séptimo tomo, el final
de un trabajo de descripción de la lengua vasca –en sus palabras, en su uso y
en su sintaxis– en la que los académicos han invertido treinta años. Y avisan:
esto es sólo la primera etapa para captar su duende, el espíritu del idioma.»
¿Una broma? No se juega con las cosas de comer. Y el
euskera es, por encima de todo, cosa de comer y para comer. Lo demás (si es que
hay ‘demás’), por añadidura. Pero entonces, si la gramática vasca estaba sin
hacer, ¿de qué se ha venido examinando a tanto pobre diablo; con qué autoridad,
qué reglas iguales para todos, si esas reglas estaban –y en parte siguen– sin
escribir?… Si sólo hace 48 horas que se conoce el contenido de todo un volumen
de la gramática, ¿qué pasa con los miles de suspendidos por algo que tenga que ver con
este tomo que acaba de aparecer?
–Pero
esto es muy serio.
–¿Serio,
dice? ¡Qué va! ¿No ha leído? ¡Si el juego no ha hecho más que empezar,
caballero!
Me vuelvo –quiero decir, sigo leyendo la
noticia–, y he aquí quién habla:
«Andoni
Sagarna (San Sebastián, 1947), responsable de investigación de la Academia,
ironiza sobre este asunto:
–La
gramática se titula ‘Lehen
urratsak’ (Primeros pasos), y más de uno ya me ha dicho: “¿Primeros
pasos? ¡Pero si lleváis un montón de tomos!”… Todo el mundo pide el librito
que diga cómo hay que utilizar correctamente la lengua. Y antes o después habrá
que hacerlo, aunque para llegar a ese texto hace falta mucha investigación previa–,
añade Sagarna, ingeniero industrial y doctor en Letras.»
La página del periódico se me queda a cuadros. Todo un
académico responsable se permite «ironizar sobre el asunto», como cuando
el presidente Rodríguez Zapatero ironizaba quitando importancia a la crisis
económica o al paro. Porque, señores, olvidando por un momento el identitario
vasco y la construcción nacional, estamos hablando de lo mismo, de llegar a fin
de mes y de pane lucrando.
Ahora que caigo: estoy mirando de reojo mi cajita
de Wittgenstein, y también la de Sagarna. ¿Tendremos el mismo bichejo el
ingeniero y yo? Buscando respuesta sigo con la noticia. Y ahora es una voz
familiar, otro académico, pero amigo y antiguo superior mío, cuando fue rector
de la Universidad. También éste, naturalmente, trae su cajita:
«El
catedrático de Lingüística de la UPV-EHU Pello Salaburu (Arizkun, 1951),
coincide en que el resultado de los siete tomos es loable pero “superficial”:
–Quiero
decir que hemos hecho una descripción de la superficie de la lengua, sin
meternos en profundidades… Decir que toda la gramática vasca está en estos
siete tomos es como si alguien dice que ya lo ha investigado todo sobre el
cerebro–, señala.»
Bien; ya que hemos oído los solos de ambos académicos,
ahora toca escucharles a dúo:
«Ambos académicos insisten en que la gramática es
descriptiva, no prescriptiva; dice cómo se usa el euskera, no cómo debería
usarse, porque ese tipo de autoridad cada vez se lleva menos.
–Hay
mucha gente por ahí a la que le gusta ir de Torquemada y mandar a la hoguera a
quien utilice mal la lengua. Pero nosotros no podemos ser tan taxativos. Esos
tiempos ya han pasado. No tenemos ejemplos tan virtuosos como Dante o
Cervantes– sostiene Sagarna– … Hay escritores chapuceros y otros que se
preocupan de hacerlo bien… En fin, todos tenemos dudas. A todo escribano se
le escapa un borrón».
Aquí sin ningún rebozo abro mi cajita de Wittgenstein
y miro. No hay duda, allí dentro se mueve un euskarabajo. Mi euskarabajo
de siempre. Pero ¡ay! mío y también de Wittgenstein. Es decir, que me pica la curiosidad de saber si
es igual que los de don Pello y don Andoni. Y aquí Sagarna me deja ‘tetraperpléjico’ de remate cuando, rompiendo las reglas del experimento, va y me
muestra su caja abierta de par en par:
«Sarasola
[sic*] afirma que la misma manera de entender la lengua ha cambiado:
–Siempre
se ha hablado de las ‘declinaciones’ del euskera. Pues resulta que no hay declinaciones;
no al menos en el sentido del latín. Es lo mismo decir ‘a casa’ que ‘etxera’.
El español utiliza ‘preposiciones’ y el euskera ‘posposiciones’.»
¡Y para llegar a esto hemos tenido que prescindir de
Zapatero y sus escarabajos proteicos, de su escarabajienta España discutida y
discutible, de sus escarabajosas palabras multiuso pero a la vez de usar y
tirar…!
Esto es como
para recurrir a Derechos Humanos. Ni un paso más en la implantación de la
lengua propia. Ni un solo suspenso más en batua, hasta que Euskaltzaindia se
explique y nos explique, de una vez por todas, su verdad sobre el vascuence. Basta
ya de jueguecito, y a mostrarnos las cajas, a ver si todos nos referimos a un
solo y mismo euskarabajo.
Estrambote
Por cierto, ¿qué tal es un ‘escarabajo de Wittgenstein’
en vascuence?
Tengo la impresión de que en esta lengua el experimento
mental no funciona. Porque aunque hay varias maneras de decir ‘escarabajo’ –kakalardo,
kakaraldo, kakalerdo, kakallarro etc.–, todas le dan vueltas y más vueltas
a lo mismo: kaka. De la variedad casi infinita de escarabajos que
existen, al hombre vasco, como al egipcio, sólo uno le llamó la atención: el
divino escarabajo de las pelotas. Y así no hay nada que hacer.
–¿Qué
dices que tienes en la caja? ¿un kakalardo? ¡toma, como el mío!
Eso, en vascuence, es como llevar la cajita abierta, a
la vista de todos.
Y como se hace tarde, dejemos también abierta la
cuestión.
*] Un lapsus, se supone. Ibon Sarasola, también
académico de Euskaltzaindia, es benemérito autor de un diccionario vasco, Euskal
Hiztegia (Elkar, 2006), con referencia cronológica de las palabras.
Gracias don Belosti
ResponderEliminarinteresantísima reflexión.
Me recuerda el caso de mi santa y de tantos otros que siendo euskaldunzaharra, de Arratia, ha estudiado todo hasta la licenciatura en Sarriko en Euskera pero al no tener titulación que lo acredite no puede optar a la función públca, es decir no puede barrer las calles de su pueblo ni vigilar el comedor de la escuela. Y se encuentra en peor situación que personas que, hay que reconocerlo, tras un gran esfuerzo personal chapurrean un batua como los indios.
Pero ¿qué acreditación necesita una persona que ha realizado todos sus estudios en euskera y que esto sí puede certificar?. EGB, BUP, COU,Selectividad y Licenciatura en euskera pero si no acreditas conocimiento de Batua, olvídate de optar a la función pública. Y ahora usted nos recuerda que ni siquiera hay una gramática "oficial". En fin qué país. O como diría Miss Cat que paisito.
Don Belosti, resueltos mis problemnas técnicos con la plataforma blogspot tengo el placer de poder comentar sus ingeniosos posts.
ResponderEliminarA este, tan incisivo como la mayoría, le recomiendo que añada -si quiere, que esto es sólo sugerencia- una frase de ese gran sabio contemporáneo, Homer Simpson: "por cierto, Marge, intentaba ser sarcástico".
Y es que sarcásmo es lo único que a uno le queda ante esto que nos comenta.
Con su lectura comentada de esa noticia me viene a la memoria el expolio que se montó allá por el año 1998, cuando a un traductor de la Diputación de Navarra se le ocurrió publicar un muy polémico manifiesto en el que se atrevía, osaba incluso, decir lo que ambas autoridades que vd. cita han convertido ahora en declaración oficial sobre el euskera.
¿Qué será lo próximo?, ¿reconocer que las impresiones publicadas a mediados de los setenta por Julio Caro Baroja en "El laberinto vasco" sobre el euskera batua -"aparato ortopédico para mantener vivo el idioma unos pocos años más"- estaban en lo cierto?.
Tome nota porque, leído lo leído, no me extrañaría nada que esa fuera la conclusión del octavo tomo de esa gramática vasca.
Un saludo y hasta la próxima que seguro no defraudará.
Qué manía con meterse con el batúa. El batúa no es ni más ni menos que guipuzcoano, con algunos toques de labortano y enriquecido con palabras de otros dialectos. Y es probablemente bastante menos artificial que el italiano estándar o que el alemán "hochdeutsch". En resumen, que el que critica el batúa, en el 99% de los casos no tiene ni pajolera idea de euskera, con perdón.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de los hablantes de vizcaíno que estudian como p*tos maquetos, en fin. Supongo que p*tos maquetos somos, según él, todos los de la márgen izquierda que hemos aprendido un batúa académico y que, por cierto, NO HABLAMOS COMO INDIOS. Supongo también que al redactor le parecerá una situación admirable la de los ex yugoslavos, que han hablado desde siempre una única lengua, el serbocroata, pero que un día se acostaron y se levantaron hablando serbio, croata, montenegrino, bosnio, etc. Riqueza cultural y dialectal preservada, ¿no cree?
Supongo por último que le parecerá una aberración que un "zeviyano" o un "granaíno" (sin querer ofender) aprendan a escribir en el castellano de Cervantes "incluso para barrer calles".
En resumen, hacía tiempo que no leía tamaña payasada.
P.D.: señor Belosticalle, o como quiera que vuesa merced se llame, siéntase libre de censurarme y eliminarme de su superblog y siga tan erudito y tan sesudo. :)
El euskera y su gramática: Modelos para armarla.
ResponderEliminarDe acuerdo, sr. Belosticalle, que el artículo en cuestión que comenta contiene muchas expresiones más que lamentables y es, en sí, un tanto "tirapatrás" ante cualquiera que intente acercarse al euskera (comparando su estructura con la del cerebro, por ejemplo, seguro que se podía haber encontrado un símil más acertado).
ResponderEliminarPero, en cualquier caso, se lo dice un euskaldunberri, hijo de sevillanos, que tiene claro que nunca renunciará a su maquetez: entradas como esta no son el camino más adecuado para llegar algún día a entendernos un poco mejor entre todos. Mientras gente tan admirable para mí como usted y como la mayoría de los que escriben en el blog de Santiago González, sigan con esa consideración hacia el euskera y en el País Vasco, la convivencia será prácticamente imposible con una gran parte de este país que considera al euskera (batua o del dialecto que sea) como su lengua propia; y continuarán echando leña al fuego de las afrentas, las animadversiones y los recelos.
El PP vasco, por ejemplo, tendría que seguir por la senda que abrió Antonio Basagoiti con su visita de cortesía a la sede de Euskaltzaindia y acercarse de verdad al euskera, no dejarlo en exclusiva en manos de los que ya sabemos, que lo acabarán convirtiendo, por dejación de los demás, en una lengua monoideologizada, en una aberración en definitiva. Por ahí es por donde puede conseguir muchos más votos de los que ha echado en falta en las últimas elecciones.
Un saludo afectuoso, como siempre.
Muy apreciado don Pedro José:
ResponderEliminarDe vuelta de una excursión que me ha ocupado toda la jornada, compruebo que una cajita de Wittgenstein puede encerrar sorpresas.
Una mayúscula para mí, y nada agradable, es que alguien pueda percibir en lo que llevo escrito en este blog –y ya van siendo páginas– el más leve indicio de animadversión, desprecio o cualquier actitud o postura negativa hacia la lengua vasca, y mucho menos (lo que sería más grave) a los que la cultivan, la usan y la aman, o simplemente la aprecian.
Entre estos últimos me incluyo, en el lugar más modesto. Pasé la primera infancia en zona de contacto lingüístico, y desde siempre, espontáneamente y no por complacer a nadie, el instinto y la educación me llevaron a una actitud de respeto al bilingüismo real.
Así que, por favor, amigo Chacón, no me confunda usted el argumento, como a su modo hace el Sr. Anónimo, que al parecer no ha visto en mi escritura más que una embestida contra el batúa. Si digo que aprecio y respeto al que usa el vascuence, se entiende que no excluyo a ningún vascuence. [La consideración que el batúa en sí me merezca es irrelevante, a efectos del discurso sobre el ‘euskarabajo’.]
Pero hasta ahí llego, ni un paso más. Hablo por mí, y no en nombre de nadie del blog de don Santiago.
Desprecio la política lingüística, tal como la he visto y vivido. Me repugna contribuir a ella. Esa política la veo incompatible con la convivencia ciudadana.
Y en cuanto al desarrollo académico de la lengua: las subvenciones y ‘premios’, la hipertrofia del euskera en la Universidad, de la Filología Vasca en la Universidad, con esos miles de licenciados que confortan a Pello Salaburu, esa investigación de minucias que no resuelven nada…, qué voy a decir: siendo gasto público, y viendo de dónde viene toda la ‘presión social’ en pro de ese gasto (restando a otras prioridades), mi opinión es que los gustos y caprichos se los pague cada cual.
Usted me honra como visitante, como lector, como amigo. Su reflexión no sólo la agradezco, sino que la tendré presente. Entre otras razones, porque –no lo tome a cinismo– sin eficacia, escribir es perder el tiempo. Un cordial saludo.
Con harto sentimiento veo que un comentario de don Gorka se ha esfumado. Ha debido de ser al depurar otro post vacío. Lamento mi torpeza y le pido disculpas. Un abrazo.
ResponderEliminarIncomparable Belosticalle:
ResponderEliminarParece que hay quien considera que, tal vez (a lo mejor, igual, podría ser), la construcción del batúa se ha guiado por un excesivo afán purista (por otro nombre, luego, "uniqueness"). A lo bruto, le traigo una consideración de J. Fishman, reputado sociolingüista, beligerante partidario de la planificación de las lenguas y creo que muy apreciado por aquí en la CAV. Dejo un fragmento con la valoración de Fishman sobre el "caso vasco" (para abreviar, no resumiré) y una interesante cita de otro planificador (es que, por lo visto, hay corrientes y tal incluso en el gremio de los planificadores) sobre el purismo:
"Fishman comenta en un interesante capítuo, "The bipolar dimension of uniqueness versus westernization" (2006), la distinta inclinación que ha guiado las actividades de planificación lingüística en diferentes comunidades. Como ejemplo de la búsqueda de esa univocidad [o sea, la "uniqueness" de marras] destaca el vasco, en cuyo cultivo se invirtieron grandes esfuerzos por mantener la 'pureza' del idioma.
[…]
"Underlying purism is an understable but ultimately harmful belief in the superiority of one's own tradition, nation, religion or ethnic group: understable, because without it, one is cast adrift in a valueless system; harmful, whenever it is translated into action to cleanse one's society of otherness. The path from linguistic purity to ethnic cleansing may not be inevitable, but it is regrettably only too common" (Spolsky 2004: 38).
(C. Amorós Negre, 2008: Norma y estandarización, Salamanca: Luso-Española de Ediciones, S.L., p. 49).
Sus textos (los suyos de usted, inagotable Blosticalle) siempre me sorprenden, y casi me asombro de la sorpresa, pues no sé de qué me sorprendo ya. De las incontables riquezas de las páginas que guarda este blog, no me parece que el tesoro de erudición sea la más grande, ni siquiera la profundidad de las reflexiones, las inesperadas y luminosas conexiones, su opulencia lingüística, su inagotable ingenio, la claridad rotunda de sus principios éticos y la permanente invitación a pensar. Yo creo que lo que más me pasma es la serenidad de su juicio y el afecto que es capaz de mostrar hasta por las más aborrecibles y ridículas criaturas. Por no hablar de la generosidad y gentileza con la que nos recibe y trata a todos los que tenemos la ocurrencia y el valor (4ª ac.) de escribir aquí.
Señor Anónimo:
ResponderEliminarNo sé si volverá usted por aquí. ¿Censurarle yo, eliminar su comentario, sólo porque pueda parecer, tal vez, menos templado que amable? Lejos de eso, quede constancia de mi reconocimiento a su bonhomía para con este ‘superblog’ (no tanto, no tanto) y su licencia o aliento para seguir desplegando en él mis dotes de erudito y sesudo (no tanto, usted me abruma).
En correspondencia, me permito desearle a usted una relación más llevadera con la Lógica. Porque verá:
1. La expresión «o como quiera que v. md. se llame» estaría mejor aplicada a un anónimo innominado, que a quien se firma con todas las letras.
2. Entra usted en un casino donde su juega al Wittgenstein –sobre la esencia, existencia y atributos de un ‘euskarabajo’ ideal–, y va usted y lo revienta definiendo de una vez por todas lo que es el ‘batueuskarabajo’, eso no vale, eso no se hace. Juegue, o deje jugar.
3. Su definición del batúa implica contradicción: «no es ni más ni menos que guipuzcoano, con algunos toques de labortano y enriquecido con palabras de otros dialectos».
Si un guiso de carne de cerdo tiene algunos tropiezos de cordero, y para enriquecerlo de sabores lleva también taquitos de pato salvaje , codorniz, liebre y lo que usted mande, aunque predomine una carne (si es que predomina, con tanto aditamento), lo que ya no puede decirse es que el guiso es cerdo ni más ni menos. Más bien más.
Si el batúa fuese guipuzcoano, se llamaría guipuzcoano, y no batúa. Eso sí: fuera del área del guipuzcoano lo hablaría su tía, según nos amamos todos en este país. Porque la opción de crear un batua, en vez de consagrar un dialecto concreto, triunfó precisamente para evitar piques y rechazo.
[Si quiere, le digo quién me facilitó todas estas explicaciones, hace muchos años (tal vez antes de nacer usted): se llamaba aita Luis Villasante Cortabitarte, cuya idea del vascuence era algo más que ‘pajolera’, si usted me lo admite.
Si hoy en día el guipuzcoano (o ‘dialecto central’, como lo llaman los pastóforos y mistagogos) puede ya pasar por batúa, eso también se anunciaba entonces como una profecía autocumplidera.]
4. Su hipótesis del batúa hostilizado en este blog es infundada. Si algún vascuence cuenta con medios económicos para llevar una vida super holgada, ese es el batúa, perdón, el guipuzcoano «enriquecido» (se expresa usted de maravilla).
5. En fin, su lectura me ha sido útil, otro motivo de gratitud. Su apreciación de mi tropo, ‘puto maqueto’, me invita a seguir el consejo de don Espigador digital, explicitando para usted que, en efecto, «intentaba ser sarcástico».
Escribo para solazarme con mis lectores y amigos, y me halaga oír que a veces gusto. Pero francamente, el que un lector como usted reconozca que «hacía tiempo que no había leído semejante payasada», supera todas mis expectativas.
Un saludo.
Estimado Belosti
ResponderEliminarcreo que mi entrada de ayer molestó a Anónimo. Mi expresión de "hablar como los indios" de la que me retracto es en parte injusta e injuriosa. En todo caso si reconocí el enorme esfuerzo personal que han realizado muchos euskaldunberris. Hecho que halago.
En todo lo demás, no sé bien a qué se refiere.Mezcla lo de barrer las calles (hecho constatable y constatado)con p**o maketo, cosa que nadie ha dicho y con el blog de Santiago González y con no sé que más.
Le pido disculpas don Belosti si he provocado la entrada en tromba de Anónimo.
Es posible, pero no, yo creo que la crítica era de más alcance.
ResponderEliminarLo de ‘hablar como los indios’ lo retiramos, tampoco yo lo vi acertado, aunque se entiende la idea, y prefiero no abundar en el tema, en este momento.
Sí aprovecho para puntualizar sobre lo de ‘putos maquetos’:
El Anónimo escribe «p*tos», con asterisco de pudor. Y no hay por qué. Mucha gente cree que el adjetivo ‘puto, -ta’ es injurioso y malsonante. Debe de ser porque lo relacionan con puto, puta, sustantivos; un despiste, porque no tienen nada que ver.
El adjetivo viene directamente del latín (putus, -a), que significa ‘puro’ (como purus, -a), y de hecho se juntaban a menudo (purus putus): verdad pura puta = la purísima verdad. Un tributo a pagar en ‘puta plata’ tenía que ser de plata fina; y Cicerón se declara una vez muy satisfecho de «mis putísimos discursos», por la pureza de su estilo, etc. etc.
Según eso, un ‘puto maqueto’ es un maqueto-maqueto, un maqueto al 100%.
No le canso más con la puta aclaración, mi… buen amigo don Tumbaollas.
La verdad, qué difíciles los juegos del lenguaje público que decía Herr Ludwig: la lengua es una herramienta tan imperfecta que lo raro no es que no nos entendamos, lo milagroso es que consigamos entendernos algunas veces, o por mejor decir, olvidar por un momento que el escarabajo privado es intransferible. Lo que no significa que en medio del entretenimiento no pueda venir Árbitro y pitar falta, falta contra las trampas, por ejemplo.
ResponderEliminarPor ejemplo también, la aprovechada y desgraciada indistinción entre bien y bien del párrafo de Sagarna citado: el virtuosismo de Dante y Cervantes me temo que no deriva de su sujeción a tal o cual norma de corrección sino a la capacidad de construir y expresar mundos y contenidos a través de una lengua. En cambio, tras aludirles y sin transición, el señor Sagarna pasa a contraponer bien y chapucero y los borrones, es decir, la norma entendida como formalidad o gala de nuevo. (Jopé, para rechazar la prescripción normativa no se les cae de la frases el calificativo valorativo. Para mí que saben algo que no dicen).
El comentario de Anónimo (lo que queda de él) revela cierto embarazo en perspectiva y capacidad de análisis, que tal vez no le van a arreglar un oculista ni un analista: comparar los procesos históricos de construcción de las normas italiana, española y vasca es como decir que una vaca, un caballo y una mariposa son animales. En efecto.
Don Tumbaollas, yo no había comprendido a qué se refería con "hablar como los indios", supongo que usted quería decir "hablar como los griegos", y no por las declinaciones (ay, quise desir posposiciones), sino por la materia de nuestros profundos desvelos hecha alegre y franco parloteo público, ya sabe: el ser, el conocimiento, la república y la metempsicosis, ese rumor de sabiduría intemporal que resuena en nuestra plazas y euskalteguis.
Discúlpeme, amable Belosticalle, yo ya sé que soy pesada (Elefanta Ligera es un imposible aún no vencido), pero es que me encandila con Wittgenstein, cosas de lenguas y un Dios al que le chiflan los escarabajos, y luego bajo a esta zona, cojo un rebote y se me queda toda la boquita abierta.
Estupendo comentarios los que ha suscitado la última entrada.
ResponderEliminarDeslumbrante comnme d´habitude lo que nos dice Belosti. Pero desde mi hartazgo de la imposición de esa lengua, quisiera decir alguna cosita. Lo de hablar como los indios, que tanto ha escocido a "Anónimo", es un hecho que constaté, constato y me temo constataré a mi alrededor. Paso mucho tiempo oyendo hablar vasco en una tienda en la que se milita fervientemente por la implantación del idioma en San Sebastián. Saben que nuestro alcalde exhorta a la grey a excluir al invasor español y la grey en su acepción pecuaria cumple, por agradar a la falsa mayoría. Pues bien. Es muy alto el tanto por ciento de personas que hablan como los indios, exactamente. Los tiempos verbales son inexistentes, la composición de las frases traducidas en el momento del castellano y el balbuceo insoportable.Los euskaldun berris se esfuerzan por agradar, pagando un peaje que roza el ridículo. La ciudad, cada vez menos ciudad y más aldea, vive un movimiento en favor del vasco. Sin ir más lejos, creo que mañana mismo, por ser el día del euskera, han organizado en el boulevard donostiarra un evento al que llaman el "mintzódromo" donde cientos de personas se reúnen en grandes corros hablando euskera y ayudándose unos a otros para la extensión de ese idioma. Tanta unanimidad y entusiasmo tiene un tufo nazi que tira de espaldas. Nunca me he acercado a escucharles, pero puedo imaginarme la corrección política que tendrán los temas de la billera.
Por otra parte, lo del batua=guipuzcoano, pues va a ser que no. Mi familia azpeitiarra, euskaldunzarras practicantes, no entendían ni una palabra de lo que les decía la telebista. Belosticalle ha hecho el símil de una caldereta de carnes, en la que el ingrediente principal sería el txerri-guipuzcoano. Pues en este euskera el pobre txerri ha quedado tan difuminado que no se le oye apenas. A pesar de no practicarlo, yo lo entendía mejor que mi familia del interior, de tanto oírlo a los jóvenes que lo aprendieron en la ikastola. Todos mis mayores ya no están, pero cuando oigo hablar a algún auténtico euskaldun zarra, además de entenderle perfectamente, disfruto con la composición de las frases, los giros, los sobreentendidos y toda la enorme riqueza de aquella lengua que ya desapareció, a manos de sus parásitos.¡Lástima!
Yo también me animo a intervenir. El origen de discordias que supone la expresión "hablar como los indios" me parece que da mucho más de sí, Don Belosticalle. Permítame dedicarle unas líneas.
ResponderEliminarSegún quien lo escuche resulta ofensivo, o simplemente irónico, o cómico sin más.
Y digo yo, ¿qué tienen de especial los "euskaldunberris" para que no se les pueda hacer ver que hablan el vascuence sin la seguridad, profundidad de conocimiento e intuición que sí tienen quienes la tuvieron como lengua materna (fuera el dialecto que fuera)?
O es que, ¿el que hayan hecho un esfuerzo -"sobrehumano", dicen muchos- para amoldarse a la realidad que les circunda, les justifica y hemos de admirar el resultado por mediocre que éste sea? Yo digo que no, y si "hablan como indios", pues "hablan como indios". Las cosas como son.
Personalmente yo también he invertido muchos años y esfuerzos en aprender otras lenguas. Pero lamentablemente no tengo el don de lenguas y cuando mis interlocutores nativos me escuchan expresarme (malamente) en su idioma probablemente pensarán qué narices hacía yo en clase cuando lo estaba aprendiendo. No espero ningún reconocimiento por su parte. Sólo hacerme entender.
Una cuestión más. Me intriga el término "euskaldunberri" ¿Por qué se creo? ¿Se trata de crear otra nueva casta que los separe de los "maquetos sin domar", pero que les haga ver que no podrán franquear la entrada que da acceso al Valhalla reservado para la casta de los "euskalunzaharras"? ¿Para esto servía la famosa normalización lingüística? Acabáramos.
Dicho todo lo anterior, y a la vista de cómo las gastan algunos por las Vascongadas y Navarra, uno entiende que hay que andarse con pies de plomo. Lo mismo pones en solfa todo un proyecto nacional que por lo visto ciega de orgullo a sus patrocinadores (Caramba, otra vez se repite la historia del rey desnudo).
Sin acritud (como decía el otro). Un saludo.
Estimados todos, estimadas todas:
ResponderEliminarSoy el Anónimo de ayer. Ya que ustedes se han tomado la molestia de comentar mi entrada, creo que merecen una respuesta.
Efectivamente, ayer mezclé varios comentarios, pero sí, mí crítica sí que era de más alcance. En efecto, la primera reacción que me vino a la cabeza tras leer el artículo y demás comentarios favorables, fue el pensar que me encontraba ante una segunda entrega del ya clásico "El vascuence es una lengua tan primitiva que desconoce, por ejemplo, lo que serían universales, es decir, la idea de 'árbol'", de don César Vidal.
Mis calificaciones de "erudito" y "sesudo" no eran irónicas, más bien todo lo contrario. Asimismo, admito que el término "payasada" fue probablemente inapropiado. Sin embargo, calificar de "engendro" y "artificio" la variedad estándar de un idioma que muchos, muchísimos, sentimos como propio, sea nuestro primer o segundo o tercer idioma, me parece como mínimo extremadamente ofensivo, máxime cuando sospecho que el autor y la mayoría de los foreros probablemente sean incapaces de tener siquiera una breve conversación en dicho idioma. En efecto, a lo largo de mi vida he conocido vascohablantes de TODAS las ideologías políticas, pero todavía no he tenido el honor de conocer a UN SOLO vascohablante, repito, NI A UNO SOLO, que menosprecie su idioma. Es más, la experiencia me ha enseñado que mucha gente critica el euskera simple y llanamente porque no ha sido capaz de llegar a aprenderlo. Parafraseando al autor, "pura" envidia.
Supongo que al señor autor y a sus seguidores les encantaría ver el euskera degradado al nivel del bretón en Francia, o, aun mejor, en un museo, como sugiriera el mismísimo Unamuno. Y supongo también que para ellos no es más que un localismo pueblerino. Y que están INDIGNADÍSIMOS de que sus impuestos se usen en favor de un "lenguaje inútil", como seguro que más de uno lo define. Pues miren, la vida es dura y a mí tampoco me gusta que con mis impuestos se financien películas de más que dudosa calidad, o abortos, o incluso, me atrevo a aventurar, minas antipersona o armas que usen fósforo blanco. Y seguiré esperando que alguien mucho más sabio que yo me explique la utilidad real del Senado. Así que al que no le guste el euskera y su implantación, simplemente que se aguante, porque, al menos en la CAPV, somos una amplia mayoría los que estamos a favor de nuestra lengua. Que luego bien calladitos que andamos ante la implantación del catalán, que hasta el mismísimo Aznar hablaba en la intimidad.
¿Y qué más decir? Que el batúa no es ni cerdo, ni codorniz, ni pato salvaje, ni niño muerto. Es simplemente euskera del bueno (sí, DEL BUENO) y, como dije ayer, bastante menos artificial que el hochdeutsch o el italiano. Y ya que el autor utiliza un trozo del Génesis, donde todo era "tohuvabohu", me viene a la cabeza aquella vez en que una señora doctora en Filología Semítica me dijo que si Moisés levantara la cabeza y oyera el hebreo que se habla hoy en día en el Estado de Israel, le daría un "yuyu". ¿Y qué?, me pregunto yo.
A Elefante de Guerra: "The path from linguistic purity to ethnic cleansing may not be inevitable, but it is regrettably only too common"? ¿A qué se refiere con pureza lingüística? Dudo mucho de que haya EN TODA EUROPA un idioma más purista, que evite con más celo los extranjerismos que el castellano. Por cierto, la vaca, el caballo y la mariposa son efectivamente todos animales. Pero usted a errado en la elección de especialista. Ni oculista ni analista, pregunte pregunte a un genetista y sorpréndase del enorme porcentaje de DNA que comparten.
En fin, señores, antes de criticar cualquier idioma, ya sea el euskera, el rarotongano o el manchú imperial, apréndanlo y disfruten aprendiéndolo y hablándolo. :)
P.D.: ¿El divino escarabajo de las pelotas? Y yo que pensaba que kakalardo estaba simplemente relacionado con el alemán kakerlaken...
a errado -> ha errado ;)
ResponderEliminarAsombrosa Máquina:
ResponderEliminarGracias por las precisiones, no solo no soy capaz de mantener la más mínima conversación en euskera (soy una elefanta supermaqueta, pero más espuria que puta: la lista de mis apellidos africanos es inacabable) sino que tampoco sé nada de genética e incluso a veces miro con desdén a los bichos ("hermana mosca del vinagre a la que tanto gen me une", dice un conocido versículo del de Asís). En mi humana soberbia siempre me ha parecido que había algo enormemente significativo en la diferencia.
Pero, fíjese, usted me hace ver que en eso me conduzco como una planificadora de lengua minoritaria (quise desir minorizada, la mi pobre) que en su afán de supervivenciarla optara por construir una gramática y un diccionario a base de lo más puramente vasco, y se concibiera que tal es precisamente lo más diferente, lo menos hollado por la marea latinorrománica invasora. (Y si no hay lo inventamos, que para eso está el genio del idioma). La receta de carnes que evoca Belosticalle solo ha podido lograr su frankestein (le ruego que lo tome como tema filosófico y no como insulto) ideado a base de las más nobles piezas de otros más o menos vivos, y que en la aplicación de la ley van necesariamente pereciendo. Mire, si a usted le gusta por mí bien. ¿Pero no podría ser que los demás no estuviéramos obligados a cargar con las costas de su deseo? Es que, pensándolo, el precio me parece un poquito astronómico. Sin embargo, le felicito sinceramente porque estoy convencida de que usted ha aprendido euskera por la alegría de aprenderlo y hablarlo, ¡es tan hermoso eso que dice! Y me ha abierto los ojos sobre "estos foreros", gente con destrezas vascohablantes como Doña Pussy y el mismo Belosticalle, que se empeñan en caminar al revés de la manada. Atribúyalo al gen que ellos no comparten con la oveja.
¿Qué es una lengua purista? Los puristas son los lingüistas, gramáticos y tal o incluso hablantes, así, en general. (Uf, a ver si al final va a ser que todo esto igual tiene que ver con personas y derechos de personas y no de lenguas). Me da mucha pereza hablarle del español.
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ResponderEliminarEskarabatúa, el eskarabajo unificado.
Luigi, extendiendo su genialidad.
ResponderEliminarElefante, muy buen comentario, escribe usted de puta madre. Jó, como suena...
Puteal I
ResponderEliminarTiene usted más razón que un santo y una santa, Dª EDG. Parece ser que lo del código comunicativo tan fieramente humano que es el habla no lo descifra ni un Alan Turing en estado de gracia... y eso que le hurgó las birikas a la máquina Enigma de los nazis, reventándole su pretendida inexpugnabilidad.
¿Donde aquí nadie ha dado muestras de desprecio hacia una lengua, inocente de toda manipulación para convertirla únicamente en ideogramas de un deseado BOV (Boletín Oficial Vasco), constructo que tiene mucha menos edad que la historia vascoespañola, tan fértil en interdependencias y capilaridades, desde hace siglos?
¿Tan difícil entender es lo que se dice con todas las letras, que la crítica no es hacia el euskera, euskara, vascuence o como quiera denominársele, sino a la euskaldunización programada desde instancias no tan sanctas e impolutas como se nos quiere dar a entender?
A ver, si a la postre es más simple de lo que parece a quienes tienen los Cerros de Úbeda como primera residencia. ¿Cuál ha sido, hasta el presente, el coste del invento, que nada tiene que ver con la gestión de impuestos y bastante con el reparto de sinecuras refractarias al menor control administrativo? Porque yo no lo sé y el anónimo transmutado en heleno tampoco. De hecho, nadie lo sabe porque no ha habido ninguna auditoria de ningún organismo oficial al respecto, tal vez porque las simas de despilfarro sean más insondables que el horizonte de sucesos de un agujero negro y a algunos se nos pondrían los pelos como escarpias de gallina, aunque otros tengan unas tragaderas de una elasticidad tendente a infinito.
Puteal II
ResponderEliminarConocí personalmente a un sobrino de Jon Oñatibia, nada sospechoso de hostilidad hacia el euskera, aunque sí crítico, como se sabe, con la mixtura alquímica del batúa, que él consideraba simplificadora y arrasadora de una riqueza existente y mejorada por la solera de los años de algo vivo, no por el añadido de laboratorio de un saborizante por aquí, de un emulgente por allá, de un excipiente por todas partes para que no les pase lo que a los miembros de la Asamblea Nacional Francesa de 1789, que se iban a occitania y no les entendía ni dios. ¿y por qué no iba a tener derecho el señor Oñatibia a ser crítico? Con esfuerzo de titanes o de nereidas, ¿el batúa es una revelación de la zarza ardiente que va a provocar, en caso de escepticismo, las plagas que recaben en la labor del Ángel Exterminador? Porque de ese ángel me habló el sobrino de D. Jon, también profesor de euskera del método de su tío. Y me dijo haber recibido amenazas hasta de muerte, si persistía en el empeño herético. El chico acababa de casarse, estaba ilusionado con su nuevo estado y quería vivir con su mujer tan normalmente como pudiese y me confesó, desalentado, que la vida podría ponerse en peligro por una causa noble, por un hijo, por el ser amado, pero que por una hache le parecía excesivo el precio. Y tiró la toalla.
¡Qué bien! ¡Qué historia más edificante, una de tantas en este charco en el que nadan tan a gusto algunos peces a los que si les quieres hablar del agua, en la presunción de que es cosa de la que tienen que saber algo, te encuentras con la asombrosa respuesta: ¿agua? ¿Y eso qué es? No la he visto en mi vida.
Mi hija, carne de ikastola y de familia materna euskalduna que se entendía perfectamente con sus mayores (hablo en pretérito porque esos 'mayores' tiempo ha que han desaparecido de la escena) en un hermoso euskera, le contó a su maketo padre y a su vasquísima madre una cosa que había visto en una estación de tren, creo recordar que en Alsasua. Se trataba de un letrero que avisaba a la población indígena de las combinaciones de los diferentes horarios ferroviarios. Y en perfecto batúa estaba escrito, no sé si negro sobre blanco, pero rotulado en letras de molde, lo alusivo a las gonazpikoak (pido perdón humildemente a todo comisario político que por aquí se avecine si lo he escrito mal). Es que en este país los trenes llevan enaguas, otro hecho diferencial donde los haya, oye...
A medida que pasan los años la evidencia de que la vida es corta se impone a cualquier otra consideración. Nada que objetar, así es la rosa. Lo que me parece intolerable es que haya lansquenetes voluntariosos que no ahorren esfuerzos en hacerla (la vida), además, estrecha.
«Deus ex machina».
ResponderEliminarLa intervención de ‘Anónimo de Ayer’ corta el nudo, aclara enredos y pone las cosas en su sitio. Puede que esto termine en boda, o en ascensión al éter en euskarabajo, como en
‘La Paz’ de Aristófanes…
Dogmatismo, suposiciones malévolas, incomprensión, desprecio, agresividad y hasta crueldad («al que no le guste, que se fastidie»)… ¿Sigo? Sólo una cosa más, no perdamos tiempo: trauma. Quien es incapaz de juego exploratorio, como el niño que descubre su mundo sin distinguirlo todavía de su propio yo, tiene trauma. O dicho de otra manera, quien es tan negado de sentido del humor.
«Un idioma que muchos sentimos como propio» (Ojo al ‘propio’) ¿Y qué? Muchos sentimos nuestra nariz como propia. Lo que no nos impide sacarle faltas, reírnos de ella, y de nosotros en ella. Odiar la nariz propia, o la nariza ajena: eso si es problema.
En cuanto al idioma, los sentimiento son cosa personal, pero si implican posesividad exclusivista puede ser peligroso. Y si esa posesividad se tiñe de religión, catastrófico. Lo estamos padeciendo.
Y repito (al Sr./Sra. Mekhané, por última vez): aquí no se odia ni desprecia el euskera ni a los euscaldunas.
Por eso es injusto –además de necio, sin perdón– que alguien aventure que me «encantaría ver el euskera degradado al nivel del bretón en Francia». ¡Pero por quién me toma! Amosande, y no me obligue a llamarle lo que no quiero.
¿Y lo de la envidia, la impotencia por no haber aprendido la lengua? Pueril. Es como decir que porque no aprendí a tocar el piano detesto la música de piano.
Ya dije que el Anónimo tiene problemas con la Lógica, y vuelve a demostrarlo trayendo una sarta de cosas que no le gustan (películas, aborto, armamento, senado…), desviándose del tema propuesto, que si mal no recuerdo con tanto mareo, era el Euskarabajo de Wittgenstein.
¿Se puede llamar ‘engendro’ al batua? Pues claro que sí; sobre todo si no media animus iniuriandi:
Engendro. 1. Feto. 2. Criatura informe que nace sin la proporción debida. 4. Plan, designio u obra intelectual mal concebidas.
Decir que el batua fue un mal rollo, superfluo y dañoso para las hablas del vascuence, puede ser equivocado, pero es legítimo y nadie debe molestarse. Compararlo a una criatura que nació prematura, ahí está cantándolo el tomo séptimo de la gramática, que no ha hecho más que aparecer, cuando la criatura es adulta de 30 años.
Terminemos en paz, que hora va siendo. Concluye el Anónimo ilustrándome con la etimología del escarabajo sagrado en la lengua sagrada.
Aquí sí, aquí me ha dado en la tetilla débil. Pero hasta ese favor me lo hace como a disgusto, de forma desabrida: «Y yo que pensaba que…»
Lo que Anónimo pensaba, de entrada, no es lo que piensan la inmensa mayoría de vascohablantes, que se atienen a la etimología popular, con la que yo he querido divertirme y divertir.
Hagan el experimento real, o ahórrenselo con uno mental: pregunten a un corro de vascos y vascas qué les dice 'kakalardo', y verán que todos y todas a coro dicen que les suena a alemán, Kakerlak, sin que a nadie se le ocurra pensar en la caca de la vaca. ¿A que sí?
Lo que el Anónimo pensaba, me gustaría consultarlo con el autorizadísimo ‘Diccionario Etimológico de la Lengua Vasca / Euskal Hiztegi Etimologikoa’, obra de Euskaltzaindia. El inconveniente es que no lo tengo a mano. Si alguien lo tiene, que me lo preste, que se lo devuelvo, palabra.
Por suerte, en este caso lo del kakalardo / kakerlak es de dominio común, en el Corominas-Pascual; pero no como ‘escarabajo’ sino ‘cucaracha’ (t. 2, pp. 264-265). Porque el alemán Kakerlak es cucaracha.
«…simplemente relacionado con el alemán».
Lo que el Anónimo pensaba no es tan simple como eso. De todos modos, ha sido un punto de encuentro agradable, como debe ser.
Un saludo cordial, y si no tiene nada nuevo que aportar, agur ba.
¡Genial! Tan divertido como instructivo.
ResponderEliminar¡Euskarajo! (pote ceibe que remata con lágrimas euskaldunas, tropezones de escarabajo pelotero y virutas de navajo 2nd WW)
ResponderEliminarPara "puristas" los franceses europeos con su logiciel, etc., etc..
Y lo de kakalardo es claramente un vulgar préstamo escatológico del picto: «¡¡Ahivalaosti, pues vaya mierda de tocino!!