lunes, 27 de abril de 2009
EUSKAL-DUMB-HERRIA
El 24 de abril, la Consejera en funciones Miren Azkarate presentaba en sociedad nuestro IV Mapa Sociolingüístico–2006.
Personalmente, los datos que me conciernen son los de mi villa, Bilbao, donde vivo como particular. El resto del territorio de la CAV casi sólo lo utilizo de paso a otras regiones. Así, he buscado con avidez mi lugar en este nuevo Mapa de Euskaldunberria. El resultado me tranquiliza, aunque también me da motivos de enfado.
Es tranquilizador que el Gobierno me confirme lo que ya sabía: que en Bilbao hay castellano para rato, y los castellanohablantes monolingües, así forzosos como voluntarios, podrán arreglarse muy pasablemente sin el vascuence. Eso les da un margen para pensar con desahogo si realmente les interesa aprenderlo. Si los bilingües son unos 81.000 (uno de cada 4 bilbaínos), los más de ellos muy jóvenes y ajenos a la política, eso quiere decir que la probabilidad de toparte aquí con un talibán tocanarices es baja. Yo no conozco a ninguno, y los pocos que he visto ha sido en algún programa de televisión.
A mi nieto le escolarizamos en el modelo D por tres razones: 1) Yo podía ayudarle en todo y a la vez seguir los contenidos de sus libros de texto; 2) Se prometía para el niño el trilingüismo, con euskera, inglés y, por supuesto, castellano; y 3) No queríamos que el día de mañana pudiese nadie quitarle puntos por una bobada. Durante años, yo le ayudaba a entender los deberes en su euskera 'vehicular'. Ya ni eso. Ahora sus dudas y consultas me las hace directamente en castellano. En cuanto al inglés prometido como reclamo, mejor si lo dejamos para el gobierno que viene.
El viceconsejero Baztarrika, siempre tan risueño –yo le llamo por mnemotecnia L'Homme qui rit– me asegura: «Si se mantiene la evolución como en los años pasados, es factible que dentro de 25 años el 75-85% de la población menor de 55 años sea bilingüe, aunque no lo sean en la misma medida,» Quiere decir que en Bilbao serán bastantes menos que en su Andoain natal.
Eso para mi es estupendo, una buenísima noticia, sobre todo teniendo en cuenta que a ese señor en este momento le toca ser optimista. ¡Señor, qué alivio, pensar que me queda un cuarto de siglo, o sea, más que el resto de mi vida, sin tener que cambiar de disco y pasarme al euskera, si un día me apetece salir a la calle y pegar la hebra.
No lo digo por pereza, por comodidad egoísta. Es que francamente, casi nada de lo que oigo hablar en mi lengua oficial minoritaria, cuando parece que se dirigen a mí, me interesa lo más mínimo. Algo de eso me pasa también (aunque no tanto) con la mayoritaria, el castellano. Pero al menos en esta y en otras lenguas erdéricas, vivas o muertas, tengo muchísima lectura que necesito y me es útil.
«La primera lengua es una característica para toda la vida», dice el folleto (pág. 62). Mi primera lengua es el castellano. En esto soy igual a la mayoría de gipuzcoanos, a la inmensa mayoría de alaveses y vizcaínos, a la casi totalidad de bilbaínos. Curiosamente, la impronta de esa primera lengua no la recibí en Bilbao ni en mi familia, sino en un caserío de Ayala donde me criaron. Lo que aprendí de vizcaíno fue por mi cuenta, en pleno franquismo y con libros impresos bajo aquel régimen. Luego vino el batua como jarro de agua fría. Con la democracia y la politización galopante del euskera, esta lengua dejó de interesarme. Posiblemente también porque no le he visto utilidad. El que no tuvo culpa ninguna fue Franco, eso lo juro.
He explicado el porqué de mi satisfacción. Toca decir con brevedad por qué esa misma buena noticia me ha irritado.
Lo acabamos de ver: Somos con mucho la mayoría en este país las personas mayores de lengua materna castellana. Mayoría que en grandísima parte coincide con las personas que se expresan, piensan y viven sólo en castellano. Personas que por imperativo biológico jamás se desenvolverán en euskera. Personas, en fin, que muchas de ellas no desean relacionarse con ni en esta lengua.
Personas. Personas. Personas, con su dignidad y su libertad. Mayores. Con las limitaciones propias de la edad. Cada vez con más problemas de adaptación y reflejos. Sencillamente, discapacitados. Hoy, cuando todo el mundo tiene a gala quitar barreras arquitectónicas, en este espejo de excelencia que es el País Vasco, a toda una generación se la molesta, a otra se la tortura y a todas se afrenta con barreras lingüísticas por todas partes, tanto orales como sobre todo escritas, en impresos y letreros donde se procura compensar a la lengua minoritaria –o como dice la Azkarate, «lengua minorada»–, escribiendo el castellano en letra más pequeña y más confusa. Lo he vuelto a comprobar en el recién estrenado Museo Arqueológico de Bilbao. Sí, de Bilbao: donde la gran mayoría etc. etc. etc.
Esas personas han ayudado, al menos con sus tributos, al "esfuerzo común" por la euskaldunización. No se merecen tal desaire. Por otra parte, si la crueldad con los animales está mal vista, tampoco está bien ser tan sádicos con la gente mayor. Hablo de personas de aquí, de toda la vida. No nos salga algún malnacido con eso de «si no os gusta la lengua de aquí, iros de Euskal Herria».
Estos mapas sociolingüisticos, que el Gobierno Vasco viene sacando desde 1989 ya van siendo dinastía numerada, junto con otros documentos, a manera de estudios objetivos. Ahora bien, como tales 'estudios', quizá encajarían mejor en otro contexto más independiente y académico, mejor que dirigidos y administrados por el Gobierno Vasco. Eso, sin contar con intromisiones en otra comunidad autónoma, Navarra –que dejó de emitir documentos conjuntos de estas series–, o incluso en otra nación, Francia.
La sospecha de sesgo político se confirma por el momento de darse a conocer este IV Mapa, justo en vísperas de un cambio político en la CAV, más las declaraciones y avisos de la propia consejera en la presentación. Este vicio reduce el presente IV Mapa a un panfleto de propaganda, de valor científico nulo, por más que Azkarate se acoja a la Ley de Normalización del Euskera» (pág. 6), como si ello fuese garantía de objetividad.
Al contrario; estos datos triunfalistas se ponen ahora delante de las narices del nuevo Gobierno en son de advertencia: «Esto os dejamos. A ver cómo tomáis el testigo. No avanzar es retroceder, y retroceder es destruir en breve tiempo lo que nosotros hemos levantado en una generación».
En suma, ya tenemos nuevo mapa 'sociolingüístico' (¿!), con su submapa de Euskaldunberria (el área paisana de los neos), y también –en el euskinglish de Think Gaur– el de Euskal-dumb-herria (la Euscalerría de los mudos o 'euskaldunes pasivos'). ¡Ah, y sin olvidar el capítulo-guinda : El euskera en casa. No tiene desperdicio. Quédese para otra ocasión.
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Euskal-dumb-herria. Primorosamente genial, Don Belosti
ResponderEliminarPussy cat dice (se me ha averiado el enlace);
ResponderEliminar"El que no tuvo culpa ninguna fue Franco, eso lo juro."
Desde luego, mas bien al contrario, fué la obligatoriedad impuesta por los sucesivos y cerriles gobiernos vascos, lo que propició una resistencia en mucha gente concienciada del disparate lo que está llevando al euskera a una vía muerta de la que le va a ser difícil volver a la vida real.
Jo, Belosti... el informe está en la lengua no minorizada... jo...
ResponderEliminarMisar: Si tiene problema con el documento enlazado, ya sabe que ahora puede llevarlo a no sé qué oficina de Estrasburgo, y allí mismo se lo minorizan por cuenta del Gobierno Apañol.
ResponderEliminarNo había caído en algunos detalles de crueldad cotidiana hasta leer su soberbia entrada de hoy. Así que también tenemos euscobarreras arquitectónicas. Crus del Gorbea... ¡Gure barreriye!
ResponderEliminarGracias Belosti.