En esta curiosa paz que
dictan los vencidos, para que los vencedores crean haber ganado ellos también, habrá cosas que cambien para que todo siga
como hasta ahora, de victoria en victoria hasta la derrota final del otro. Entonces
reirá el último, que de momento sólo sonríe a la manera etrusca.
Cosas que cambien: como
la violencia armada, como los guardaespaldas, y como los chivatos. La figura
siniestra del chivato que recoge información sobre el objetivo del atentado
terrorista, sus itinerarios, horarios y hábitos, para que el sicario vaya
seguro sobre seguro, ha llegado a formar parte de la cultura del País Vasco, y
en algunas zonas profundas hasta se dice que los chivatos de mérito gozan
de predicamento social.
Esa gente vocacional
durante años y años ha acumulado una experiencia que en adelante no va a ser de utilidad. ¿O sí? Mirándolo mejor, sí. Los vencidos acaban de recordarlo: esto no es la paz, ni cosa que lo
parezca; sólo el comienzo de una ruta hacia el objetivo ineludible, la independencia. Ahora más, si cabe, va a ser precioso para la neodemocracia vasca saber quién es quién, y para ello confeccionar el censo del auténtico Pueblo Vasco y los ficheros de afección y desafección al régimen.
Los expertos en delación siguen siendo necesarios, aunque ahora su trabajo no será el de antes. Pero bueno, el que nació con
talento para recopilar datos sobre los movimientos del vecino y la matrícula de
su coche, bien puede ahora sentarse a leer blogs y comentarios a las noticias
de prensa. Es la hora de los chivatos de la paz.
Esta reflexión ya me la
hice en julio pasado, a propósito del ‘observatorio’ o behaterio de doña
Garbiñe Petriati, en un artículo (‘Morir en euskera’), que por cierto anda en PDF
por la red, bajo marbete de EKE (Euskara Kultur Elkargoa), sin haber contado conmigo ni para eso, ni para publicarlo en su boletín Sarea Gizarte
(2011/08/08), bajo el epígrafe Besteak (los otros).
De nuevo, hace un mes,
hube de reflexionar sobre lo mismo (‘Zigor’), al saltar la noticia de
don Zigor Etxeburua y su proyecto de ‘registro completo’ de vascohablantes para
la Diputación de Guipúzcoa.
Y una vez más –ésta ya
con cierto sobresalto– acaba de aparecérseme la sombra del chivato husmeando en
este blog.
En principio, nada
anormal. Los índices están a la orden del día. ‘Blogger-Index’, por
ejemplo, es un directorio visual mundial que trabaja sobre más de 700.000 bitácoras en
la Red fijándose en las de contenido de calidad y actualidad. Ahí entran
algunas de mis páginas. No las que más me gustan, pero menos es nada. Este
índice reproduce íntegros, con ilustración y notas (salvo los comentarios), mis
artículos ‘Patria o lógica’, ‘Dos siglos de revolución vasca (1)’, ‘Laicosde mucha fe (2)’, ‘Los santos lugares’, ‘Morir en euskera’, ‘Cosillas deBerlanga’, ‘El que bien lee’ y ‘¡Por fin beato!’.
«¡Vaya! Por fin alguien reconoce el trabajo bien hecho», me dije, olvidando por un momento la modestia que me es connatural.
«¡Vaya! Por fin alguien reconoce el trabajo bien hecho», me dije, olvidando por un momento la modestia que me es connatural.
Presa de la autoestima,
deseoso de conocer mi propia valía, de tecla en tecla llego a otro contador, ‘PR-PostRank’. Y aquí empezó el mosqueo.
Estoy ante un listado de
un centenar y medio de bitácoras –149 para ser exacto– seleccionadas como Blogs
Proceso de Paz, por un paulrios sin más retrato que una silueta.
Ni reparé en detalles. Me busco y me veo ascendido en la semana, desde un puesto #46 a un decente #13,
a sólo 2 puntos de un prócer bloguero como es don Josu Erkoreka (caído del #4 al #11); y de acompañarme la buena estrella otra semanita, desbancando nada menos que a don Iñaki Anasagasti (ascendente de #15 a #4 en el momento).
El paso siguiente del
bloguero vanidoso es averiguar el color de sus plumas más cotizadas. Pues bien,
esto es lo que parece decir una persiana emergente:
Con que 9 dieces y un
1.0 pelado, ¡qué raro! Además, ¿qué tiene que ver esto con la paz? ‘Sorbete
de lágrimas’ es la reseña del último libro de Santiago González, el exitoso
Lágrimas socialdemócratas. En cuanto a ‘Cándido en Fukushima’, el propio
título indica que ni siquiera se habla de aquí.
Mejores entradas, la
semana pasada, serían ‘Morir en euskera’ (10.0), ‘Chacolí-1’, ‘Cándido
en Fukushima’ y ‘Los santos lugares’ (9.0), seguidas de ‘Zigor’
(8.5). ¿Qué hace ese ‘Chacolí’ en un proceso de paz? Como no sea para el
brindis…
¿Y qué pinta aquí un blog de Pepe Blanco? ¿Haciendo además el #34, y sin que se pueda ver ni una sola
entrada? En suma, no acierto a descubrir pistas ni criterios de evaluación, tan sólo
ese patrón tan raro, y en apariencia caprichoso, de los 9 dieces seguidos de un
egregio suspenso.
¿Caprichoso? Para mayor perplejidad, sólo hay otro blog donde idéntico patrón se repite: el de
doña Regina Otaola, #37, con 9 dieces y un 4.3. Un poquito mejor que mi 1.0, pero
suspenso al fin. Como es bien sabido, Regina Otaola ha sido la portavoz del PP en Juntas Generales de Guipúzcoa, y en 2007 fue notoria su valentía de aceptar la alcaldía de Lizarza hasta 2010, en que renunció y anunció su retirada de la política. No conozco su blog, y no
puedo decir si versa sobre la paz. Lo que parece notorio es que la Sra. Otaola es un azote de ETA, y no pierde
ocasión de expresar su antipatía frente a la banda terrorista.
Tal coincidencia de patrones
y tan singular, lo reconozco, me puso algo receloso, y pareciendo matemáticamente
imposible, sospeché si bajo la apariencia de una evaluación lo que se escondía
era una manera de señalar. Algo así como un aviso dirigido a alguien: «Nueve
dieces seguidos de un suspenso = ojo con este blog». ¿Chivato a la vista?
En este punto reparé en
el blogmáster, el empresario y organizador de lo que parecía concurso inocente
o carrera a la excelencia en pro de la paz. Fue un momento de zozobra, seguido
de un respiro. Paul Ríos, Paul Ríos… Toma,
el anfitrión de lo de Ayete, el coordinador y portavoz de Lokarri. ¿Chivato Ríos?
Quita, hombre, eso sí que no.
Lo curioso es que Paul Ríos
tiene su propio blog. ¿Por qué no lo mete en lista? ¿Tan poco le importa
conocer el ‘impacto’ de lo que escribe? Sin evaluación de impacto, hoy no se
existe.
Hace tres días Ríos concedió
a EL País una entrevista que levantó revuelo, por el titular que le pusieron, y él mismo en su
blog se defendía como puede verse. En general, lo mismo que Lokarri, su coordinador ha pasado por ‘equidistante’ respecto a ETA y sus víctimas; un sambenito que él se quiere sacudir, con mejor o peor fortuna. Lo último de su blog es ofrecer por separado, bajo un mismo título (‘Empatizar
con el sufrimiento’), sendos artículos testimoniales, uno de Borja Semper
(PP) en ‘El País’, el otro de Axun Lasa, en ‘Gara’.
Al Sr. Ríos tengo que
reconvenirle cariñosamente por el susto que me ha dado. Sin querer, por supuesto. ¿Qué sabe
él ni siquiera que existo? Al mismo tiempo, recomendarle que depure la técnica
de selección y evaluación, explicando con claridad sus objetivos y los
criterios y parámetros que usa. Pero sobre todo, evitando esos imposibles
numéricos, que cualquier despistado pueda toma por chivatazos. Por último, si es tan amable, yo preferiría desaparecer de sus listas, para lo bueno y lo malo.
Lo cual no quita para
que, a propósito del incidente, yo me reitere en la sospecha de que, en el
silencio de las armas, podría ser la hora de los chivatos de la paz.