lunes, 2 de abril de 2012

Bizcochalde



Debo escribir aquí este nombre. Para que algún día conste que no fui indiferente al rebautismo de los colegios de Basauri. El ‘Lope de Vega’, que ahora quiere  llamarse Bizkotxalde, y el complejo ‘Velázquez-Cervantes’, que se transmuta en Soloalde.
No pienso entrar en análisis ni discusión de lo que está claro y va a misa: es una decisión antiespañola. La han tomado los respectivos consejos escolares; ha sido aprobada por la mayoría nacionalista del ayuntamiento de Basauri, y ahora toca al Gobierno Vasco retratarse con la última palabra.
Sea cual sea el desenlace, el número se ha montado y ejecutado según  el guión, a satisfacción de los empresarios del espectáculo –circo, en este caso–, y ellos no se van a impresionar por los juicios adversos que mueva el aparente disparate. Que no es tal. Ellos no tienen nada contra Lope ni contra Velázquez. Simplemente, esto no es España, esa es la cuestión.
No entremos al capote. Sería torpe argumentar sobre la base de ignorancia, incultura, fanatismo o aldeanismo. En absoluto. Esto se queda para los foros o vomitorios, donde de una y otra parte, ahí sí, se desfoga el antagonismo visceral.
No nos quepa duda,  en cada consejo escolar, entre los ideólogos del cambio hay gente preparada como la que más; profesores y personas cultas, que saben muy bien quiénes fueron Velázquez y Lope. No, no es ninguna improvisación, por si alguien lo había imaginado. Es su hora y modo  de hacer política marcando territorio.
Pero tampoco es un desafío frontal. El truco está en que, como entres al envite, parecerá que el desafiante eres tú. Además pierdes el tiempo, porque la cosa ya viene adjetivada: «polémica artificial». Por tanto, no pierdo tiempo ni lo hago perder con gasto de neuronas o de bilis. Que les ponga en su sitio quien puede y sabe que debe.

Aquel Basauri que se nos fue
¡Qué pena de Basauri! Porque para la pareja que hacemos mi mujer y yo, ese pueblo trae recuerdos muy gratos.
Recién venida ella a Bilbao, encontró su primer empleo en el Instituto de Basauri, casi enfrente del Cuartel. Cada año por Santa Bárbara, los militares ofrecían una recepción castrense, invitando siempre al Instituto. Unos caballeros.
Mi mujer desde el principio se sintió a gusto en aquel centro. Buen ambiente, cordialidad, respeto de los alumnos, buena relación con las familias. El Instituto era doble, chicos y chicas aparte. Ella daba clases en el femenino. 
Los chavalotes eran majos. Entre clases  jugaban a guerras, con las tizas como balas, y como artillería el borrador del encerado, tomando a veces munición de las aulas del otro ‘género’. Por tal razón, el bedel tenía marcados los borradores con tinta indeleble. La señora de Belosticalle, en su primer día de clase, con la tiza en una mano y el borrador en la otra, casi suelta la carcajada, porque allí ponía: «Instituto Femenino de Chicas». Visibilidad de género, ya entonces, y anoten: en Basauri.  
 En aquellos años 60 Basauri era una población muy normal. Tan normal (en la acepción del Diccionario), que al advenimiento del nacionalismo era una de las más necesitadas de ‘normalización’ (en el sentido de la neoparla patriótica); y de hecho  la han  ‘normalizado’ sin contemplaciones. Ahora toca a don Lope y a don Diego liar el petate, puesto que no pertenecen a nuestra cultura propia. Bizcochalde sí es nuestro. 
Algunos ignorantes no lo ven así y hacen chistes fáciles:

– ¿Tú dónde estudiaste?
– En el Bizcochalde.
– ¡Anda ya! ¿Con que graduado en repostería, o qué?

El pobre ex alumno  –que de toponimia vasca sabe probablemente menos que de ‘Las lanzas’, ‘Las meninas’ y ‘Los borrachos’– se achica, pensando en lo mucho que nos queda por normalizar. ¡Infeliz! Un poco de kultura toponímica le permitirá saltar al cuello del burlón ignorante, demostrando como un teorema la vasquidad de ese vocablo. ¿Vocablo digo? Todo un pequeño diccionario, veamos:

Bizcochalde, por su afijo -alde, significa a la parte de Bizcocha, que según entendidos sería deformación de Beascoechea. Este era en 1665 el nombre de una casa, tal vez la misma  en 1777, y ella habría dado nombre al barrio (escrito con z en 1846, variante sin importancia). Hablamos de un enclave de Basauri en Arrigorriaga, que ha tenido sus vicisitudes.
Más problemático es que dicho barrio sea «el mismo que luego se llamó Beaskoetxealda» (sic), ya que esta forma es pura ‘normalización’ sin base documental. Porque otra escritura de archivo de 1829 sí hace mención de una casa llamada Beascoechealde, donde se cobraban los diezmos y primicias para la Iglesia. Lo que no es nada seguro, ni siquiera muy probable, es que esta casa sea la misma de los siglos XVIII-XVII. Si acaso, sucesora.
Los años pasan, la toponimia evoluciona. Gracias a la obsesión toponímica que tanto nos ocupa y tanto dinero nos cuesta, tenemos la impagable satisfacción de conocer el ‘verdadero nombre’ ad libitum del mismo lugarejo (se supone), al correr del tiempo. No agoto las referencias; consúltese el ‘servicio’ especializado  Labayru. Tampoco salgo fiador de transcripciones cuyo original no he visto.

1745: Beascoechealdea
1829: Beascoechealde («la casa» llamada»)
1842: Vascoechealde
1866: Beascoechealde, Biscoechalde, Biscochalde
1868: Vesco-Chalde («caserío»)
1873: Bescosalde («el punto llamado B.»).
1889: Biscochalde («el barrio de B.»);
Basoolchaldea («la casería    nombrada»);
Bascochealdea  («casería»).
1890: Bizcochalde («barrio de B.»).
1894: Beascozalde («casa-casería conocida hoy…»)
1895: Biscochalde («barrio de Benta, calle de B.»).
1910: Beiscosalde
1912: Bizkoetzalde (« barrio de B.»)
1923: Biscosalde: («nombre de la finca: B. Este caserío… »)
1932: Bizcotzalde («el barrio de B.»)

Suponiendo que sea un mismo tópos el que ora se llama ‘punto’, ora ‘calle’ y ‘barrio’, cuando en el registro más antiguo era una ‘casa’, salta a la vista que la forma más ‘normalizada’, es decir, la menos auténtica de todas, es la que impuso algún edil nacionalista de obediencia ortográfica sabiniana, con las letras k y tz nunca vistas antes.
Lo más admirable de todo este embrollo es cómo los normalizadores nos traen al retortero, fundando dogmas de fe sobre arenas tan movedizas. Ya que ellos viven ricamente de ese cuento –a costa de nosotros–, tuvieran al menos el detalle de dejarnos en paz con nuestros errores.
Pongamos broche con un pensamiento de signo positivo. Por muy españolista que uno se ponga, habrá de confesar que, junto al proteico Bizcochalde o como se diga, los  ‘Lope de Vega’, ‘Velázquez’ o ‘Cervantes’ son nombres muy poco maleables y normalizables. 





22 comentarios:

  1. Belazketz ta Tzerbantez.

    Maestro, ha escrito que en 1829 se hace mención a una casa llamada Beaskoechealde, pero luego lo pone con c. Imagino que esta última es la grafía correcta, ¿verdad?
    Lo digo porque tengo una copia de un escrito de 1819 que recoge todas las ferrerías en activo en Vizcaya y Guipúzcoa que es muy interesante entre otros motivos porque se citan los pueblos con sus nombres habituales, esto es, Fuenterrabía, Ubidea, Lujua, Mondragón, etc.
    Y la k, por supuesto, no aparece por ningún lado, como bien dice Vd. más adelante.

    Gran entrada, como siempre.

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    1. Querido nonpossumus, no le quepa duda: con ce.
      Las transcripciones que uso aquí son ajenas y no respondo de ellas, sólo de mis errores al copiar.

      Mi impresión es que los investigadores actuales no son siempre respetuosos con la grafía que tienen delante. Unas veces por rutina, otras por pedagogía equivocada, aplican la ortografía anacrónica. Empezando por ese monumento –-detrás, los adjetivos que parezca oportuno, pero monumento–- que es el Orotariko o ‘Diccionario General Vasco’.

      Gracias por su observación y cuento con su indulgencia y la de todos, ya que todo mi ‘magisterio’ sólo se funda en la simpatía de ustedes, conservándome yo (hasta el momento) muy consciente de mis limitaciones.

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  2. Terriblemente cierto, D. Belosticalle, pero creo que los motivos son más preocupantes que el de dejarse llevar por la rutina. Pienso que se trata de corregir lo que algunos consideran errores de la historia, en línea con aquellas fotografías de Stalin de las que iban desapareciendo compañeros de luchas y fatigas al mismo ritmo que eran enviados al Gulag.
    Si yo tengo la certeza de que la forma correcta de Ochandiano es Otxandio, no voy a cambiar mi certeza por mucho que me invite a ello un documento de hace dos siglos. Corrijo el evidente error del documento y así "hago país".

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  3. Maestro D. Belosticalle, gracias por esta entrada. La forma en la que usted da rienda suelta a sus limitaciones, es una clase magistral para mi. Y las más de las veces, como hoy, me hace sonreír a la vez que pensar.

    Muchísimas gracias.

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  4. Con el Hiztegia 3000 en la mano, “bizkotxo: iz. bizcocho”, luego, para los maquetos semirresistentes y vascos batuizados (sic), que somos la mayor parte de los pobladores de este país-planeta, resulta que “bizkotxalde: ~bizcochería”. Y si este cambio es baladí para una calle o travesía, no lo es hoy para una Escuela Pública, en los tiempos que vivimos de comida rápida y colesterol infantil ¿Cómo haremos para combatir las inevitables burlas de los niños? -“Mira ese (apuntando a un niño de 11 años con 65 kilos de peso)..., estudia en el Bizkotxalde (ja,ja,ja...)” Cambiar Lope de Vega por Bizkotxalde es un claro ejemplo de precipitada huída hacia adelante del nacionalismo, independientemente de cómo se llame ese o cualquier barrio.
    Muy similar al cambio de nombre del Velázquez por Soloarte; queda claro que para el ilustrado consejo escolar de este centro el universal pintor sevillano tenía “algo más que arte” o “poco arte”. En algunos foros los autoconsiderados “verdaderos nativos” de este país-planeta han defendido esta última transmutación nominal basándose en el hecho de que tampoco se utilizan nombres de pintores vascos para denominar a otros centros de estudio o bibliotecas de Euskadi.
    Apaga y vámonos... antes de que nos echen.

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    1. Don endocrino, tiene usted razón; pero insisto, no entro al envite. Esto no tiene nada que ver con la cultura de quienes están detrás, ni de los a favor o en contra. «Para algunos Basauri es España; el consistorio responde diciendo ‘Basauri no es España’». Con eso me quedo.

      Hombre, no digo que no me den risa y pena salidas de tono. Como un pobre diablo que arremete contra el ‘Siglo de Oro’ español, porque

      «los españoles, con todo el oro que robaron en América explotando a los nativos en todo un siglo, no supieron hacer otra cosa que gastarlo en guerras, que encima perdieron».

      Esto último sobre todo, perder las guerras, no tiene perdón de Dios. En todo lo cual, por lo visto, los vascos no tuvieron arte ni parte, y por eso a nosotros no nos concierne el Siglo de Oro ni el oro de tal siglo.

      O como una buena señora, ( aquí, si no lo han borrado), que escribe:

      «Bueno, leo la vida de Lope de Vega y no me parece propio ni ejemplo para los niños, os pego a continuacion:»

      Dicho y hecho, desde que «estudia en la Universidad de Alcalá de Henares, pero no logra ningún título; no consigue el grado de bachiller y para ganarse la vida tiene que trabajar como secretario», hasta aquel final desastrado, cuando

      «en sus últimos años de vida Lope de Vega se enamoró de Marta de Nevares, en lo que puede considerarse "sacrilegio" dada su condición de sacerdote.»

      A lo que una Salomé le replica:

      «Cayetana, según tú Picasso debería estar prohibido, si nos ponemos a registrarle la bragueta, y aquí los nacionalistas locos por traerse el Gernika, aunque sea una semana.»

      Hasta ahí, pase. Pero luego el dialogo se tuerce y hiela la sonrisa, cuando sale aquello de «no vendas tu casa en Burgos», y cosas así. Ahí esta el mal de una sociedad muy tocada.

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  5. Querido y admirado Belosticalle, estupenda su nueva entrada, como siempre, por otra parte. Poco puedo añadir a lo dicho por usted y a los comentarios de los visitantes, únicamente, se me ocurre un aggiornamiento para esas provocadoras meninas que algún españolazo ha colocado en el centro del mismo Bilbao: Echarles por encima una buena cantidad de paja y transformarlas así en auténticas "metas" como las que tienen en todos nuestros caseríos. Quedarían más a tono con el signo ruralizante de los tiempos.

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    1. Bizcallar = callar dos veces.

      Aquí todo vale el doble. Lo recordé en otra ocasión:

      «Ya Iturriza recogió la ‘etimología’, Bizcaínos, bis Caines –doblemente Caínes−, tan improbable para puesta en la augusta boca de nuestro frustrado conquistador romano.»

      La verdad, algunos silencios son ensordecedores.

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  7. Colegio Bizcochalde para alumnos bizcochables.
    Enhorabuena, maestro por esta entrada.
    Me permito la licencia de tuitearla.

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    1. Gracias, seor Capitán. Y permítaselo cuanto quiera: el favorecido soy yo.
      Un abrazo.

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  8. Querido Belosticalle: "Qué pena de Basauri".
    Es que yo también fui a ese instituto, pero creo que no coincidí con Mme. Belosticalle, seguro que lo sabría porque eso se tiene que notar y recordar. Cuando yo asistía las clases eran ya mixtas, aunque seguíamos siendo igual de borricos: más de cuarenta majos y algún profesor en cada aula, y la inmensa mayoría de los borricos pertenecía a familias llegadas de casi todos los lugares donde se hablaba la lengua de Cervantes, Lope, Calderón y Velázquez, lugares que no eran Basauri aunque también era esa la lengua de Basauri (los de Basauri llevaban siglos sabiéndola hablar, que yo les he oído). Con muchos acentos diferentes, vocabularios regionales y hasta usos pronominales particulares. En ese insti, además de a hacer asambleas y manifestarnos Basauri arriba y Basauri abajo, un día sí y al siguiente también, leímos el Quijote, Fuenteovejuna y La vida es sueño. De todo aquello, creo que lo que sobre todo me ha quedado es una capacidad bastante grande para disgustarme con las tonterías. (De qué vale honrar los nombres si en ningún centro de enseñanza del País Vasco se lee ya literatura clásica). Le escucho a usted y asumo con pesar su advertencia sobre lo baldío de las argumentaciones contra el programa de demolición que llaman su construcción nacional ("un grano no hace granero, pero ayuda al compañero", en esto de los símbolos). Porque se trata de decisiones democráticas adoptadas por órganos competentes, luego no hay cuestión; por ejemplo. ¿Resolverá así el GV que "de gustibus et coloribus non est disputandum"? Claro que igual sí est disputandum. Me parece que en ese mismo instituto tropecé (entre asamblea y asamblea) algún suelto de Axiología donde ponía claramente que "hay gustos que merecerían palos". Muchos palos. (En sentido figurado y, claro, nunca sobre los lomos de los demás).

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  9. Muy bueno don Belosti. Aprovecho para saludarle. ¡Un gran abrazo desde Formosa! Yishuai

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    1. ¡Ojos que le leen, don Yishuai! ¡Y desde Formosa!
      Bendito progreso tecnológico, si todo fuese por esta línea de humanidad y humanismo.

      Un gran abrazo, y que le vaya bien en sus trabajos.
      Vuelva mucho por aquí.

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  10. Don Belosticalle, leo su blog y en la mayoría de las ocasiones, me abstengo de hacer algún comentario porque los temas están fuera de mis conocimientos, lógicamente la situación geográfica y otros factores han acotado en parte mi interés, y carezco de base para poder comentarlo.
    Pero hoy no me puedo privar de decirle que, es muy grato leerle a la vez que enriquecedor. Su entrada de hoy es una delicia, en lo humano y en lo didáctico.
    Gracias.

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  11. "Una decisión antiespañola".

    Sí, sin duda. Pero "antiespañola" tienen unos matices que no saltan a primera vista. Por ejemplo, ¿le hubieran cambiado el nombre de haberse llamado "Instituto Di Stéfano" (por el futbolista)? Es posible, pero apuesto a que con mucho menos entusiasmo. ¿Y si se hubiera llamado "Instituto Voltaire"? ¿Se habría salvado, por no ser un nombre español?

    Mi apuesta, sensación, es que en este caso "antiespañol" es muy asimilable a pro-paleto. No hay más que ver las pintas cuando se adornan de "cultura propia". Parecen como gritar: -Soy un cenutrio (o cenutria), y estoy bien orgulloso de ello. En el fondo enlaza con la LOGSE y otros ambientes. Pero a nuestra manera, siempre más bestia.

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    1. Comentándome el Patrón de la ‘Argos’ la entrada, abunda en lo mismo que usted: ‘eso, pero además…’.

      Y no lo niego. Pero en mi argumento hago abstracción de ello, no voy por esas ramas, pretendo ir al tronco y raíz. Procedo así porque ello también evitan las razones identitarias («polémica artificial»).

      Las implicaciones paletas y lerdas, claro que forman parte del espectáculo. Por eso hablo también de ‘circo’.
      Un circo patético para la cultura vasca, aunque a ellos qué le importa:
      «Póngame usted un Axular en Madrid y un Enbeita en Jaén, y le devolvemos el Lope y el Velázquez de Basauri…»
      Usted ya les conoce, Plazaeme; lo que se le da a esa gente negociar.

      De paso le diré que el ejemplo de Voltaire no les vale, por ser icono francés, cultura foránea opresora.

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  12. Euskal Herria Infinita: Cómo normalizar de una vez por todas la Cultura Univerasal.

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  13. Universal, claro (Pues no hace mucho había aquí una papelera)

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    1. ¡Ahiva, pues es verdad! Las papeleras...
      «Tu quoque, Blogger mi!)

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  14. Me ha encantado la entrada, Maestro. ¡Cuanta energía desperdiciada en bobadas!

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  15. ¿Como se dice ombligo en vascuence?

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