El euskera rara vez es
noticia, sólo letanía. De higos a brevas tiene su paseíllo triunfal un Elortza
irreducible en su euskolonoskopia. O bien, se airea que si Bildu quiere censar
a su cabaña euscalduna y marcarla con doble euskolábel de kalitatea
(KK), y cosas así. Aunque el notición-notición –el que todos esperamos más que
al Mesías prometido– sería la partida contable del Nosferatu este del
vascuence; la encabezada con el eufemismo ‘política lingüística’.
Mientras tanto, la semana
pasada nos ha brindado una conjunción noticiable y de lo más curiosa, por tocar
a los extremos más opuestos de la sociedad: la dignidad que encarna Patxi López
como lendacari, por arriba; y en el otro polo un delincuente común, terrorista
convicto de ETA, un tal ‘Txirula’.
El brillo de esa
conjunción por poco eclipsa un tercer dato, no menos interesante a la clarificación
de la misma cuenta, a saber: lo gastado en la liberación lingüística de Osakidetza
(el Servicio de Salud vasco).
Aparte la coincidencia
en el tiempo, la triple noticia converge en delatar la situación grotesca que
vive este país, a cuenta de la lengua propia. Vamos con lo primero.
El imposible intentado
Como digo, mientras hacemos
cábalas sobre lo que engulle y pesa este ‘cambiazo’, este changeling o
Wechselbalg [1] en que se ha convertido el vascuence, por la manía
identitaria, bien está que se sepa lo que nos cuesta euscaldunizar a nuestro
conciudadano más ilustre.
Cuesta escribir sobre
estas cosas. Aquí todo lo relativo a
‘normalización’ nacionalista nos parece normal, es la consigna. Pero los
extraños no entienden nada. Para darles una idea, euscaldunizar a un lendacari es
como darle clases de latín al Papa, o enseñar hebreo al Espíritu Santo.
Todo viene de cuando
Patxi López fue cazado por sorpresa en el manto de armiño que le echó sobre los
hombros el PP vasco. Tan orgásmico fue el evento, que el socialista transmutado
en lendacari tuvo un subidón de responsabilidad, de esos que por falta de
experiencia llevan a hacer y decir cosas irresponsables. Así Patxi López hizo
voto o promesa de ponerse a estudiar vascuence, entre el estupor de los vascos en
general y la rechifla del mundo aberchale.
Se supone que una
declaración así compromete a algo más que estudiar los rudimentos de ‘Gramática
agurzale’, o ‘El euskera en cuatro días. Y que, si no dominar una
lengua reputada difícil, el declarante pretendía hablarla con cierta soltura,
antes de concluir su mandato. Y esto es dentro de un año.
Tamaño compromiso suponía
gran dedicación. No recuerdo si habló de tiempo laboral o libre, todos
entendimos lo primero. Nada de inmersión lingüística, aunque tampoco chapuzones
ni aguadillas. Algo más serio, bajo tutor
bañista particular altamente calificado.
La decisión del
lendacari socialista no era nueva. Su antecesor, Juan José Ibarretxe, se valió
del mismo método para suplir su deficiencia con la lengua vasca. Ya entonces se
dio por supuesto que la euscaldunización de un lendacari la costea el erario, y
por cierto muy generosamente, como debe ser en cosa tan nueva y delicada. Pero
lo de Ibarretxe fue más discreto, y no dio tanto que hablar. Qué digo, todavía
mucha gente cree que el de Llodio entró aprendido en Ajuria Enea.
Lo de Francisco Javier
no tiene comparación con lo de Juan José. Y aunque la tuviere, mejor ni mentallo.
Porque no estamos hablando ahora de esprit, ni de elegancia interior, ni mucho menos de principios
éticos; que ahí sí que cabría quimera
entre caracoles. Hablamos de estudiar vasco. Hablamos de estudiar. Y Juan José
ha estudiado.
Después de todo,
Ibarretxe es un individuo tesonero, pedalero; con ideas tan elementales como
fijas, no un veleta. Para él, como nacionalista, poseer la lengua matriz de su
imaginario era deber moral, algo que él se debía a sí mismo, y un gesto
público de valor político. Habría sido ‘dinero bien gastado’, si la expresión aplicada
al vascuence no fuese de entrada un oxímoron.
Claro que esto fue al
final de tres mandatos –más otro anterior como vicelendacari–; pero tuvo mérito,
sostener en euskera, sin trabucarse, un debate televisado en directo, frente a
adversarios duchos. Uno de ellos nada menos que Andoni Unzalu, reconocido euskaltzale.
El Sr. López Álvarez no
tiene por qué tener los motivos de un Ibarreche Malquartu [2]. Él no es
nacionalista (se supone), y no deberían resonarle en las tripas las estremecedoras
‘voces ancestrales’.
López además lleva fama
de estudiante poco estudioso –no sé si en la categoría escolar de ‘vago’, o
sólo un ‘flojo’—, nada perseverante en la carrera que emprendió, y sin afición
especial al vascuence. Llamarse ‘Patxi’ (el antiguo ‘Pacho’) no es argumento de
esto último. ¿Que se le da el saxofón? Pues mejor para él, su rival es bueno con la
bicicleta [3].
Y luego está la cuenta
de resultados. Entre pitos y flautas, el propio lendacari reconoce que hace
bastantes ‘piras’. (Pregunta obligada, señor Fiscal: ¿Repone el dinero? ¿O le vale
que, como él ha dicho en entrevista concedida al periódico Gara, «Euskadi tiene también otras prioridades», incluso más
priores que ésta?).
Tirar dinero
Esta pregunta nos lleva
a un enfoque más general del caso: el por qué y para qué de ese gasto. Respecto
al ‘porqué’:
1º. Para ser lendacari
no se exige ser euscalduna, ni prometer serlo, por ningún imperativo legal. Por
tanto, la decisión que un lendacari tenga de euscaldunizarse es cosa suya, y
debe pagarla de su bolsillo. Que su partido le resarza, si así les conviene.
2º. Si hubiese algún
interés y bien público en que un lendacari se euscaldunice –o perfeccione su
vascuence, si ya es euscalduna–, debería
aplicarse la norma general: liberar al funcionario lendacari (total o
parcialmente) y una de dos, o promover a un vicelendacari, o mejor, abrir
concurso para nombrar un sustituto que desempeñe la lendacaricha mientras dure
el aprendizaje.
Todo lo demás es
malversación de fondos públicos, que es lo que se hizo con el lendacari
anterior y se repite con el actual.
Lo del ‘para qué’ ni lo
discuto, porque es entrar en juicios de intenciones sobre una decisión personal.
Importa un bledo qué movió a Patxi a comprometerse con el euskera. Cualquier
respuesta que se nos ocurra lo pone peor.
Por ejemplo: lo último
que cabría esperar incluso de un botarate es que se tome la lendacaricha por jubilación
anticipada, y piense que la entrega de llaves de Ajuria Enea es el mejor
momento para emprender lo que siempre se deseó y no se hizo por falta de
tiempo. Que es lo que reprochan a López sus adversarios políticos, en especial
sus ‘enemigos oficiales’, la izquierda aberchale.
Por ejemplo también: lo
penúltimo que debería esperarse del Sr. López es que se aplique al vascuence
por cubrir apariencias, por parecerle que así complace a dichos adversarios. No
tiene más que echar un vistazo a los comentarios que ellos vierten sobre él y
su euskera (los jocosos, de los otros ni caso), en periódicos y en blogs.
Conste que estas
consideraciones valen por igual para uno y otro lendacari: para el aprovechado
Ibarretxe y para el proficiente (esperemos) López. Porque aparte del lucimiento
personal en aquel debate televisivo, no sé qué uso hará hoy aquél de su
vascofonía, ni qué nos importa ya que siga o no practicando, si ya cuando era
lendacari daba lo mismo.
Y vamos ya de una vez con
‘El amante bilingüe’
Así es como ha llamado
mi admirado amigo ‘Luigi’ al etarra Daniel Pastor, (a) ‘Txirula’,
a propósito del accidente sufrido en la Audiencia Nacional, y que yo también en
juego de palabras me atrevo a calificar: ad perpetuam rei memoriam («para
perpetua memoria del reo», para eterno ridículo suyo y de su cosa).
Si aquello fue
indignante, lo del viernes 17 ha sido la repanocha.
En su turno de última palabra, donde al parecer tenía que pronunciar un texto memorizado
en vascuence, el tal ‘Txirula’
desmintió su apodo quedándose en blanco, y este fue su balbuceo:
–«Querría decir algo en
euskera, ese idioma que tanto quiero, y no lo puedo hacer, porque no
lo controlo.»
El resto fue echar la
culpa a los guardias que le custodiaron, porque «con su sentido del humor no le
habían dejado descansar». Por esta razón (añadió):
–«No me encuentro en
disposición física para hacerlo.»
Ahí lo tenemos: un
hombre joven que se supone escolarizado en el modelo D –esa panacea infalible
hasta para el pelotón de los torpes–, que frustrado tal vez en su fracaso
escolar, cambia la gramática vasca por la pistola y la bomba lapa, para que un
día el euskera sea nuestra lengua querida, propia, materna y única, que todos
los demás ‘controlemos’.
El desgraciado, que en
prisión ha tenido tiempo para estudiarse y mudar su estética –como se aprecia
en las fotos–, no lo ha encontrado para memorizar un breve parlamento con las
cuatro frases derrigor en vascuence.
Suele ocurrir. Hay
buenos comparsas mudos, buenos también para gritones ‘malditos’, pero que como
solistas la ciscan (con perdón). Repetir, repetir, repetir…; y en el momento crítico:
–«Señorate, el chocolito.»
O peor (gallo incluido):
–«¡¡¡Viva Quirlos Canto!!!...»
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[1] Wechselbälgen
(‘cambiones, cambiazos’): En la superstición germánica y europea general,
criaturas espurias que suplantan a los niños de pecho secuestrado por diablos, brujas o lamias, sin apercibimiento de las madres. Éstas los amamantan hasta secarse, dada la voracidad del pequeño monstruo, que crece desmesurado y deforme. En
inglés los dicen changelings, y el folclore astur-galaico habla de xaninos. En vascuence no lo sé, ni veo que Azkue los mencione, si no es muy de refilón, hablando de bebés y niños llorones. Porque otra gracia de esos niñatos
era que berreaban a destajo. Cfr. Martín del Río, La magia demoníaca
(ed. y notas de J. Moya), Madrid, 1991, págs. 320-321.
[2] Marcuartu, variante de Malcuarto, el siguiente de Maltercio (y si se quiere, el anterior a Malquinto). Nada que ver con arto, artu, el panizo o
maíz. Es gente un poco como familiar mía. Caserías en la parte de Luyando.
[3] Tocar el saxófono en Ajuria Enea podría hacerse tradición, pero de momento hay quien le
suena tan antivasco y tan sacrílego como el oboe de Guernica.
Qué ocasión ha desperdiciado Txirulo para hacer una frase heroica a lo Nathan Hale: “Sólo lamento no tener más que una lengua que usar por la patria”*. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminar* La situación inversa, que Nathan Hale hubiera adoptado el discurso de Txirula, tampoco habría estado mal: “Me gustaría haber entregado mi vida por la patria, pero no me encuentro en disposición física”.
Hay un detalle en la foto de el "Trirula/Pirula" .El gesto ese que hace, que parece que le ha dado un ictus, es un mensaje a la parroquia, es una mala tradución de la letra de una canción arenga para la haber-chalada:
ResponderEliminar"Lepoan Artu
ta segui aurrerá"
Literalmente sería:
cógeme al cuello y sigue adelante
Aunque la intención sea :
Cargame (al hombro,por cuello, como cuando se lleva un ataúd o a un herido)
y continúa (la lucha).
Una canción del 75 de Peio Ospital (no es errata) y Pancho Carrere con letra de Telesforo Monzón.
El iluninati ha usado la traducción literal para pasar el mensaje que dice la letra:
Bidean anaia erortzen bazaik, lepoan hartu ta segi aurrera!
Cuando veas caer a un hermano
Carga con el y adelante.
Es para todo lo que le ha servido el modelo D para aprenderse una canción lavaserebros de , chozna borroka en fiestas y poder pasar el relevo.
Creo recordar, Dom BELOSTI, que había en la en su tiempo popularísima "Radio Andorra", adelantada en un estilo de emisiones particulares absolutamente sui generis, un locutor provisto de una singular dislexia que le hacía nombrar a un conocido diestro en el arte de Cúchares como "Luis Minguín Dominguel". Oído en otra emisora más cercana al pueblo llano, la conocida "Radio Patio", la cosa con ese profesional del habla alcanzó tintes cósmicos cuando alguien intentó la imposible labor de corrección:
ResponderEliminar--Perdona, XXX, pero es que no lo dices bien. No es "Luis Minguín Dominguel", sino "Luis Miguel Dominguín"*.
La réplica del aludido fue airada:
--¿Quién dice que yo digo "Luis Minguín Dominguel"? Yo no digo "Luis Minguín Dominguel"; yo digo "Luis Minguín Dominguel", que así es como se llama el torero: "Luis Minguín Dominguel".
--El Lendacari López aprenderá, qué duda cabe, un eusquera de aliño. Que pueda incurrir en modismos como el que agradecía a los usuarios de un aparcamiento donostiarra con "Mil izquierdas" a los que abandonaban el recinto, eso, ¿qué más da? El hombre sabe que está cumpliendo con una promesa. Tonta, pero promesa. Y demostrará que cumple, que bueno es él, como cuando evoca buques alemanes hundidos en Montevideo, aunque sufra despistes con la función bélica del navío e incluso con el nombre con el que salieron de sus astilleros. "Pataca minuta", como dicen algunos en mi tierra, justamente renombrada por sus exquisitos cachelos, entre otras cualidades dignas de mención.
*Nota para posibles lectores de este blog excesivamente jóvenes. Luis Miguel Dominguín, como su propio nombre indica, es el padre de Miguel Bosé, de profesión sus negocios con Nacho Vidal (que no tiene nada que ver con el prolífico polígrafo César).
(¡Dita sea...! Sobran los guioncitos del último párrafo. Magnifico artículo, que se me olvidaba, amigo BELOSTI)
ResponderEliminarQuerido Belosticalle, casi nos habíamos recuperado de la carne de niño dada a comer al Obispillo, y va ¡y nos trae el demonio del cambiazo en la cuna! Qué escalofríos, porque la imagen lo que se dice bonita no es, pero ajustada un rato: con los atuendos folklóricos apropiados a cada caso podría servir como emblema de los programas de inmersión lingüística; y que se lo cosan a las criaturas en los babis: el indeseable infantito español con horripilantes banderillas y castañuelas, por fin sustituido por un morrosquito euskaldún asido a su pequeña chalaparta y su bien timbrado cencerro.
ResponderEliminarPues me he reído mucho, al final el lorito del chocolito (y el famoso Luis Minguín) ha hecho que me olvide de todo lo para llorar que es. "Dos hombres y un destino lingüístico". Como dijo Benjamingrullo el otro día en el blog de SG, más o menos, bienaventurados los tontos indomesticables, porque ellos nos muestran la verdadera naturaleza de las cosas. (Me refiero al mencionado Pastor. Me parece. Porque el otro es presidente, ¿no?).
O rare Navarth! Teniéndole medio calado por sus escritos, qué clase de sujeto es usted, he perdido las botas a ver cual fue la ‘verdadera historia’ de Nathan.
ResponderEliminarLo que suponía. Con todo ese candor de ángel, es usted un niño malo. Envidiablemente malo, oso decir.
Todavía estoy por beberme uno de sus posts…, digo, de sus frascos, todos con etiqueta caligráfica inocua, que no me dé luego un arrechucho de risa perversa. Porque uno tampoco es ángel, vaya.
Aprovecho para recomendar a todo visitante que no la conozca (si lo hubiere) su serie en curso, ‘Episodios del Völkitsch’: un paseo alucinante por los rincones más estrafalarios y cutres de la incubadora mitológica del III Reich.
Don Anónimo, o como se haga llamar su Gracia: A la ikastola ortodoxa no debemos reprocharle que cumpla su cometido a la perfección. Para eso la pagamos a escote, matriculamos a nuestros niños y preferimos ignorar lo que se traen con ellos, con tal de vivir nosotros en Babia.
La Alemania que nos recuerda Navarth tenía más de un punto en común con nuestra modorra vasca. Dejar hacer.
Don Lindo, lo que más me ha emocionado de su post ha sido la nota final, a los jóvenes. Dos lagrimones como dos melones han rodado por mis mejillas hacia abajo.
«Generación viene, generación va», y llega a perecer la memoria de todo un inmortal como Luis Minguín Dominguel.
Decididamente, estamos de paso.
En cuanto al tema de los bebés ‘cambiazos’, yo tenía idea de dedicarles un pequeño estudio, si el estómago herbívoro de nuestra Elefanta no pone reparos. A sus órdenes me tiene.
A todos, un abrazo.
A mí no me haga caso, que me gusta mucho hacer comedia. Ahora aguardo con expectación el estudio prometido (pro-me-ti-do). Un abrazo (ABRAZO).
EliminarTengo un amigo que, cuando fue a trabajar al País Vasco allá por los '70 del siglo pasado, consideró que era una oportunidad de oro para aprender euskera. Mi amigo hablaba con soltura tres lenguas, además del español, amén de tener un cociente intelectual sobrado. Pensó que no tendría especiales dificultades con una nueva lengua. ¡Criatura!
ResponderEliminarUna tarde noche vino a llorar en nuestro hombro su desdicha. Se había aplicado con todas sus fuerzas en el aprendizaje del euskera. Había puesto todo su pundonor en ese estudio al ver que, por primera vez en su vida, se enfrentaba a un reto intelectual que le derrotaba y había estudiado como un maldito decidido a no manchar su espectacular historial. Pero todo tiene su límite. Llegó la hora de estudiar los parentescos y al enfrentarse a cuatro palabras distintas para designar al hermano, en función de que se tratara de hermano de hermano, hermano de hermana, hermana de hermano y hermana de hermana, tiró la toalla y apenas tenía fuerzas para enfrentarse a su fracaso.
Si un ingeniero superior con un cociente intelectual superior a la media cae derrotado, afirmo que lo del lendacari no sólo es malversación de fondos, sino estafa directa al erario público vasco, puesto que, dados sus antecedentes, jamás podrá aprender euskera y ese hecho era la crónica de un fracaso anunciado que debió tener presente a la hora de contratar unos servicios que jamás coronarían su objetivo.
Ha sido una delicia ver el aurresku trenzado por el oboe. No soy experta en folklore; pero me crié en un medio rural en el que las danzas tradicionales eran parte de nuestra vida, no sólo porque se bailaban en todas las romerías, sino porque los niños, fascinados por las habilidades observadas, practicábamos los pasos que habíamos observado, ansiosos de emular a los bailarines más diestros del pueblo.
Aunque nadie te lo explique, el instinto te ayuda a interpretar el sentido de los pasos y las figuras, la historia que plasma cada secuencia. Distingues las danzas de cortejo, que en sus infinitas variantes guardan siempre una secuencia que permite detectar los esfuerzos del galán o la dama para atraer la atención de su 'amor'. Hay danzas de hermandad y danzas rituales que entrañan invocaciones a las fuerzas ocultas. Todas tienen un patrón reconocible, aunque la narración plástica de la danza acuda a recursos diversos.
En el 'aurrescu' no es posible identificar ninguno de esos elementos. Es una simple coreografía, vacía de toda clave tradicional, de toda figura que permita reconocer un mensaje. Y el bailarín de marras aún lo hace más palpable con una ejecución amanerada, vacía de cualquier recurso de relato, tan inherente a las danzas tradicionales. Lo ejecuta con la asepsia del cirujano practicando una incisión. Resulta patético que alguien con un mínimo conocimiento del folclore considere que eso puede ser una danza tradicional.
Van a tener que ponerse muy firmes para erradicar tanta falacia, maestro. Si necesitan ayuda, me ofrezco sin condiciones para ayudarles en la labor de desenmascaramiento, incluso en el caso de que esa ayuda pudiera o pudiese poner en peligro mi integridad. El tono de broma no significa que la palabra que empeño no sea un acta pública de compromiso sin límites a la completa disposición de quienes luchan día a día con la serpiente. Ave.
Le tomo la palabra, doña Carmen.
EliminarSobre el aurrescu y su elección –acertada o no– como danza ritual canónica, algo creía haber puesto en la ‘Argos’ de don Santiago González y en alguna otra parte, aunque no veo dónde.
Pero sobre todo, es un tema que tengo aparcado para estudio en mejor ocasión.
Porque, en verdad, en verdad le digo, siempre, siempre, me ha producido grandes perplejidades la interpretación de tan singular coreografía en los actos y circunstancias más dispares.
Y no es para mí el menor de los misterios, cómo algo tan artificioso ha llegado a asumirse como espontáneo y consustancial a la vasquidad.
Lo mismo me pasa con la icurriña, no puedo remediarlo.
No hablo de filias ni fobias, es una perplejidad ingenua y al mismo tiempo reflexiva.
Estimado Belosticalle, la modorra vasca a la que hace referencia, de aparente tradición secular, no es un hecho pasivo evidencia de apatía y dejadez, no es una lugareña forma de siesta española, aunque seguro que esta produce una pequeña parte de las endorfinas que inducen a esa apariencia.
ResponderEliminarEsta parte del territorio es un gran campo de cultivo de adormideras y el lugareño no tiene demasiada opción que tragar el producto local "con label"como única opción para la subsistencia.
Ya desde la guerra civil se produce un silencio institucional a golpe de gatillo impuesto, (aunque haya tradición de omertá local que nos remontaría hasta la presencia judía en la zona), sin irnos demasiado por las nubes y aunque estas no sean de THC como se promueve entre la juventud "progresista",el hacerse el dormido es propuesto como la única forma de vida posible.
Y es que despues de el "en boca cerrada no entran moscas" que ya me trasmitiera en herencia mi padre como una de sus mas preciosos legados culturales y que aún no acabo de aceptar como herencia, el "aborigen" (entre los que me incluyo, por desplazado por la violencia)ha recibido por todos los lados, por Franco cuando hablaba, a la muerte de este por los nazionalistas si solo mencionaba a España de pasada, desde la Iglesia alineada con todos los régimenes que se suma a dar caña desde el poder a lo español y suelta sus tentáculos de Jesuitas en todos los estratos y siembra de comisarios políticos toda la zona desde sus Franciscanas cumbres de Aranzazu , luego la "ayudita" de ETA limpiando el forro a cualquier crítico con el nuevo régimen y ya finalmente un socialismo colaboracionista validandole el método y haciendose "nazionalista de pro" termina de dar el golpe de bisturí lobotomizador que nos sume en la oscuridad.
Al aborigen auténtico, que creo que es tradicionalmente el vasco-español o al revés español-vasco para mejor expresar el continente y el contenido no ha tenido otra que darse a la bebida como los navajos en sus reservas, una OMERTA institucionalizada, la Iglesia velando armas a esta, la educación convertida en adoctrinamiento institucionalizado y sin opción de elegir , la única propuesta electoral claramente española (PP) convertida en el enemigo a batir y sin opción alguna de ser expresada en público, un poder en la sombra nazional-sozialista que ha creado una maraña de lazos economicos que deconstruiran el pais convirtiendo en una daga de harakiri al nacionalismo.
Euskadi no se ha pretendido adormecida, se ha pretendido y se pretende muerta y zombi, un ectoplasmico ente que vaga repitiendo consignas y pareados de algarada callejera sin contenido por el inframundo, mas que modorra es una lobotomía diseñada con tiralíneas por unos sociópatas disfrazados de humanistas.
Y todo esto aislados del resto((Divide et impera), las voces discordantes tanto en el PSOE como en el PP son "expulsadas hacia arriba" y así acaban en Madrid o en Europa como "premio" a su buen hacer-
Lo dicho, mas que adormecimiento es cirugía de implantación de tumores para ver como "progresa" el paciente. Puro estilo Menguele.
Yo Claudio
Se ha expresado usted con admirable claridad, estimado Yo Claudio.
EliminarTambién ‘Belosticalle’ nació con vocación de transparencia (sin el peaje de renunciar a la ironía, que tanto amo), y quiero suponer que mi ejercicio de coherencia algo habrá significado para que usted honre el blog con sus visitas y comentarios.
Con un cordial saludo
Supone bien, hace tiempo que lo tengo en favoritos, es el suyo un refrescante oasis.
ResponderEliminarAgradezco también su elogio y prometo revisar mis intervenciones, que son como dicen los pelotaris a "botepronto", he debido de trasegar sidra de alguna hespérida manzana, de esas que convierte en repentizador a los locales, y no vuelvo la vista atrás cuando escribo ni me detengo hasta darle al enter, y cuando lo hago,el mirar atrás, quedo petrificado por el resultado pues ya es demasiado tarde para editar.
Saludos con reverencia... y sin patada al cielo.
Yo Claudio