lunes, 6 de julio de 2009

Ganar el cielo, perder el suelo

Los euskaldunberris y lo irracional (2)




Hace un par de entradas me entretenía con un librito de encuestas, agrupadas aquí bajo el epígrafe, 'Los euskaldunes y lo irracional'. No hacía falta explicitar la alusión y homenaje al libro clásico de E. R. Dodds, Los griegos y lo irracional, traducido al castellano hace medio siglo. Eso mismo me ponía a cubierto de sospecha hostil. Si unas gentes tan admirables como los antiguos griegos pudieron adoptar puntos de vista 'primitivos' e irracionales, sin menoscabo de su mérito como pioneros del pensamiento racional, tampoco es para escandalizarse de que unos enamorados de la lengua vasca se comporten como chocholos, con más corazón que seso al ponderar los méritos de su euskara maitea. No, si lo malo de sus caprichos es que siempre salen caros, a pagar entre todos, y sus fantasías terminan haciéndonos la puñeta. Como eso de fomentar que hablemos vascuence hasta en la alcoba, sólo para que a ellos no les falte quien les dé conversación.

Una de las personalidades encuestadas en el libro de X. Kintana y J. Tobar era la conocida filóloga vasca y sociolingüista bilbaína Karmele Rotaetxe. Su intervención en el libro tiene dos rasgos distintivos: es una de dos que vienen sin fotografía (la otra es la de Daniel López Moreno), y es también una de las dos más escuetas (junto a la de Hendrike Knörr Borrás). Lo primero no tiene importancia, no siempre hay fotomatón a mano. Lo segundo tal vez respondía al modo de ser de la encuestada, mujer de pocas palabras, aunque bien elegidas, por lo que personalmente la he tratado (siempre en terreno profesional). Ahora bien, en el caso presente también se advierte cierta brusquedad final, y hasta corte a los encuestadores (pág. 121):

−¿Alguna anécdota que añadir?
–Sí. Para llevar adelante una encuesta como esta hace falta un equipo de pedagogos y lingüistas. En la situación en que estamos, hay que pedir la máxima ayuda a todos y cada uno.

Pero prescindiendo de ese desplante (si lo hubo) a unos mozalbetes una generación más jóvenes, y quién sabe, a lo mejor un algo presumidos, esto es lo que aquí nos importa (pág. 120):

Aunque los abuelos sabían vascuence, los padres ya lo tenían perdido. El marido sabe algo, aunque muy poco. No tiene niños.

−¿Cuándo y por qué empezó a estudiar vascuence?
–Empezar, alrededor de 1955. Sabiendo otras lenguas, hube de echar en falta la mía propia.

Otra vez, y otra más: 'mi lengua propia'. Una lengua que mis padres tienen olvidada, si es que llegaron a aprenderla. Una lengua prácticamente desconocida entre la juventud de Bilbao en los años 50. Una lengua que prácticamente descubro cuando ya poseo otras, empezando por la materna, el castellano... Con todo, el vascuence, '¡mi lengua!'. Lo cual se puede decir con pleno derecho, con total sinceridad, con entusiasmo y hasta con orgullo. Sólo un detalle: que no es racional. Sigamos:

−¿Problemas con el aprendizaje?
–Sí, cuando quería practicar lo aprendido.

Otra vez la paradoja comunicativa: se aprende una lengua 'viva', amén de 'propia', para 'vivirla en común', y luego resulta que no se tiene con quién practicarla.

−¿Qué es para ti el vascuence, y para qué sirve?
Debería ser nuestro idioma. Hoy en día, más que un medio de expresión, un medio de comunicación.

Nótese el «debería ser», imprescindible. Pero le han preguntado qué es y cuál es su utilidad. Y obviamente, en un desierto vascongado, para la euscaldumberri solitaria de los 50-70, aislada de los demás anacoretas lingüísticos, la nueva 'lengua propia' malamente puede ser vehículo de comunicación, reducida como tal lengua a la efusión íntima del soliloquio y de la satisfacción de un deber cumplido. No me burlo, no ironizo. Estamos en el limbo de lo irracional, eso es todo.

            *** *** ***

Karmele Rotaetxe, catedrática emérita de Lingüística y Sociolingüística en la UPV y académica honoraria de Euskaltzaindia, es conocida por sus trabajos y dedicación a la lengua vasca. También tiene biografía de alcance en la Wiki, aunque sólo en vascuence, por lo que veo, en esa línea de cerrazón euscaldunizante, que tampoco puede calificarse de racional. Pues bien, saco a colación aquella vieja encuesta de 1975, porque ayer mismo nuestra autora ha publicado en El Correo un artículo sobre 'Políticas lingüísticas' (sic, en plural), de curiosa lectura.

Comienza con una cita 'evangélica', al menos en su empaque: «¿Qué le aprovecha al irlandés, o al vasco, ganar Astrofísica, si pierde el gaeltacht, o el caserío?» (J. A. Fishman, 1998). 'Gaeltacht', 'caserío', vendría a ser lo mismo: el dominio territorial de una y otra lengua. Con gran diferencia: esa área irlandesa de hegemonía gaélica es muy reducida, con unas 85.000 almas (como mucho), en un país no sujeto a presión brutal, como la de aquí, en pro de la lengua 'débil'

Suponiendo que la autora haya captado el paralelismo bíblico con Mateo 16: 26, con todo, pongo mi traducción del inglés porque la suya no la veo certera. En todo caso, el libro trata de sociolingüística, y en eso ella es experta, yo no, que ni siquiera lo he leído. En cuanto al mensaje, estamos bastante de acuerdo en una cosa al menos: en lo que la política lingüística euscaldunizadora tiene de irracional.

Hoy día en euskera batua se puede hablar de cualquier tema. El euskera científico ha tenido denodados y sacrificados creadores. Remunerados bien o mal, pero al menos reconocidos. También ha habido no menos sacrificados autores de textos en castellano o inglés, saqueados y plagiados a conciencia por los primeros, sin percibir derechos, ni siquiera menciones en letra de molde, más allá de un lip service superficial. Hemos visto nacer, crecer y fijarse léxico neovasco y expresiones canónicas para casi todo. Es lo que viene a decir la parábola: el vascuence ha ganado la astrofísica, el universo científico entero. Bien, ¿y qué, si ha perdido el alma, si esa lengua de laboratorio no se entiende con la calle? «La extensión del euskera en ese nivel superior, aunque aporte prestigio a la lengua, no le da vitalidad.»(Rotaetxe)

Como sociolingüista, la autora ve el vascuence, si no en peligro, sí en dificultad real, y ello porque «no hay monolingüismo vasco ni en Euskadi ni, probablemente, en ningún sitio». Y eso no se arregla tirando dinero, ni en Euskadi, ni seguramente tampoco en Navarra o Iparralde (la glosa es mía).

Cita también, como fuente de problema para el vascuence, «la Constitución de 1978, que fija el 'deber de conocer' para el español, y remite al Estatuto donde se señala 'el derecho de usar' para el euskera. El efecto en quien no sienta el valor simbólico del vasco es de indiferencia hacia su uso cuando no de oposición». 'El valor simbólico del vasco': Nuevamente el recurso a lo irracional. Como irracional me suena (aunque respetable, y hasta entrañable), el remate del artículo: «Me cuento entre quienes han dedicado mucho tiempo al euskera y querría poder emplearlo en mi ciudad. Me gustaría también dejar de oír que la lengua que no tiene más país que este nuestro para manifestarse y vivir es un enfermo terminal que no acaba de morir.»

Aquí lo dejo, para no aburrir más. Paso por alto la propuesta de la autora, favorable a un batúa simplificado, algo así como un prákrito a la vasca, frente al euskosánscrito imposible e invicto, de curso legal. Doña Karmele sabe muy bien lo que se trae, pues su tesis doctoral con Mitxelena versó sobre el vascuence hablado en Ondárroa, que no era precisamente batua, ni para un EGA. Pero no, señora, déjelo estar. Más experimentos, ni con gaseosa.

¿Escucharemos algún día, los no entusiastas, una buena razón racional, siquiera una –¡por favor, que no sea la 'construcción nacional'!–, para seguir aguantando (y pagando a escote) este trance agónico, de caliginoso futuro?

2 comentarios:

  1. Como siempre, me descubro ante Vd. Gracias por el artículo

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  2. Investigue, por favor, en el nuevo idioma de este País Vasco, se llama EUSKAÑOL. Lo que se habla en los Institutos, en los autobuses y ¡qué decir de los parques!... es exactamente eso.
    Lo que se fomenta desde las clases de Euskera de los Institutos es "ahozko euskera", vamos, como si a los que aprenden Y ESCRIBEN en castellano se les diesen por buenos el "¡amos anda! / q aora estas muy wuapa/ porsiacaso yo no boi / enbede cafe coje txokolate" mezcla de los SMS y un español desastroso, (Son ejemplos cogidos de lo que escriben los alumnos de Secundaria y que me ha enseñado mi mujer) Los hay peores, que conste.
    En serio, espero su artículo.

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