Mucho palique está dando el eventual milagro de los cerdos llevando en volandas a Patxi López a Ajuria Enea. Sería curioso, en verdad. Curioso, pero no inaudito.
Lo curioso de veras es que haya sido Josu Erkoreka quien lo haya mentado como el colmo de lo improbable: "En verdad, en verdad os digo, antes se verán cerdos volando, que a López en el paraíso lendacárico."
¿De veras, Erkoreka ve imposible una txarrihegada? En España (digo, en el Estado), o en otras partes del mundo, tal vez. Pero lo que es aquí, el jeltzale repase los fastos de nuestra historia patria, y verá que algo de eso ya sucedió, y muy cerca de donde hoy se alza ese edificio inteligente que él bien conoce, Sabin-Etxea. Dice así la noticia [1]:
De un prodigio que el año de 1579 se vio en Bizcaya, cerca de la villa de Bilbao.
[…]
He querido escrevir aqueste caso, que ahora nueva mente ha acaescido en nuestra España, el qual no es inferior a ninguno de quantos prodigios atrás quedan referidos. Y es tan infalible verdad, que humanamente ninguna cosa lo puede ser más, que el Illustre y docto varón, el Licenciado Diego Álbarez de Solorzano, corregidor que entonces era de Bizcaka, en Bilbao, hizo dello bastante información con mucho número de testigos, toda gente fidedigna. Y dello embió relación a la Magestad del Rey don Felippe nuestro señor, en aquesta manera:
Miércoles que se contaron 16 días del mes de Septiembre del año de 1579, entre las tres y las quatro de la tarde, un vezino de la villa de Bilbao hombre rico, e hijo dalgo, llamado Sant Iuan de Ysasi, estava asomado a una ventana de una su casa que se llama Gastelu, que está en la anteiglesia de Sant Vicente de Abando, y desde allí estava mirando unos hombres que en una su viña andavan vendimiando, que está al pie de aquella su casa, y como un quarto de legua distante de Bilbao.
Y estando assí vio que se avían alterado, y que atentamente estavan mirando hazia la otra banda de un recuesto, que desde donde ellos estavan se parescía; de que él se puso suspenso, y cuidadoso de saber lo que podía ser el averse assí alterado.
Y luego vio que a grande priessa el uno dellos le venía llamando, y le dixo que fuesse a ver un caso raro y maravilloso, que desde allí se v(e)ía.
Y él fue allí donde los vendimiadores estavan, y vio que en lo más hondo de un valle, que se causava de una quebrada entre dos cerros, de que toda aquella tierra es abundosa, se parescía una caverna o cueva, que estaría distante de allí donde él estava, como dos tiros de arcabuz.
Y vio que della salían muchos cuerpos o bultos, como borregos o medianos carneros, los unos con cuernos y otros sin ellos, y los unos dellos eran de color blanco, y los otros tenían el color más escuro, tirante a amarillo; y no se tuvo consideración a advertir que de qual de las dos colores avía más. Y assí como yvan saliendo de aquella cueva, se levantaban en el ayre, al altura de quanto con mano se podría tirar una piedra, y reparándose en aquel paraje, se encontravan los unos con los otros, y se tornaban a descender hasta la boca de aquella cueva, y allí se desvanescían y no parescían más; e yvan saliendo otros que como se yvan levantando por el ayre, se encontravan con los que ya descendían. Y duró aquel combate como un quarto de hora, y mostrando siempre aquella misma e ygual grandeza. Y al cabo de aquel tiempo todos juntos se baxaron a la boca de aquella cueva.
Y en un instante paresció que allí el uno dellos se avía convertido en Buey, assí en la forma como en la grandeza, y era de color hosco, escuro tostado, y sin detenerse se metió por la espessura de un robredal que allí estava, e yva con tal ímpetu, que mucho ganado del que por allí avía, de vacas, yeguas y muletos, se asombraron, y fueron disparando, y él nunca más paresció.
El cuerpo de aquel buey no se juzgó ser vano ni fantástico, como lo eran los de los carneros, de los quales fueron apalpados algunos, y se hallaron vanos, y no sólidos; como assí mismo lo mostrava la ligereza con que subía y descendían por el ayre. Pero el Buey quando corrió paresció que yva hollando el suelo.
Y en aquel instante que él hizo de sí aquella conversión, selieron de aquella cueva otros dos animales semejantes a él, pero eran de mucho menor estatura, y también ellos se emboscaron por el monte, aunque por diversos caminos.
Despues de aquesto se vio que de aquella cueva salió grande cantidad de langostas, las quales subieron por el ayre a la misma altura que los carneros avían subido, y allí se combatieron un poco entre sí, y después todas juntas fueron a caer en un recuesto que está enfrente de aquella casa de aquel Sant Juan de Ysasi, y allí se consumieron, que no se vieron más.
Aqueste ha sido, que no ha avido persona que se aya atrevido a darle significado, ni en él uvo otras demonstraciones, más de las que se han referido, que el cielo estuvo siempre claro y sereno, y el sol puro y reluziente.
Y pues nuestro mortal entendimiento no alcança el significado de aquestas maravillas, hagamos lo que hizieron los que las vieron, que fue arrodillarse en el suelo, y con lágrimas en los ojos suplicar a Dios sea servido librar de mal y de adversidad a su Cathólica Iglesia, y pueblo Christiano, y que le haga vencedor y triunfador de los enemigos de su sanco nombre. Amen.
Finis
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[1] Andrea Pescioni: Algunas historias de casos sucedidos en diversos tiempos y partes de España, copiladas por Andrea Pescioni vezino de Sevilla. Al final de P. Bouistau [sic!], C. Tesserant y F. Belleforest, Historias prodigiosas y maravillosas. Trad. del francés por A. Pescioni. Medina del Campo, 1586, fols. 397-399. (Enlazo a la ed. de Madrid, 1603, disponible en Google Libros.)
A fe que bien hicieron estos, nuestros antepasados, al hincar la rodilla en tierra y rogar a Dios Nuestro Señor por que los tales prodigios lo fuesen en su contentamiento.
ResponderEliminarNo otra cosa haremos hogaño si algun raro prodigio ó hechicería llegase a producirse, para pasmo y solaz de nuestros ojos pecadores, como sería el vuelo de puercos, la pilosidad de ranas o la vitoria del candidato socialista.
Dello todo guárdanse memoria y precedente... mas, cosas son que suceden muy de luengo en luengo.