«Más sabera tu Alta Majestad, lo que en más habemos de estimar y tener es que hemos descubierto e redondeado toda la redondeza del mundo, yendo por el occidente y veniendo por el oriente» (Elcano, Carta a Carlos V, 1522.09.06)[1]
Hace un año Ramón Tamames en su blog (2019/08/14) recordaba algo tan sabido como importante y olvidado:
«Ni Magallanes ni ninguno de sus capitanes portugueses, pensó nunca en volver a España por la vía del Índico. No imaginaron dar la primera vuelta al mundo de la Historia –que muchos le atribuyen indebidamente—, sino que sólo pensaron en retornar por el hemisferio español del Pacífico. De ahí el gran mérito de Elcano que sí decidió circunnavegar el globo.»
Pocos días antes (sábado, 10 de agosto), se había inaugurado el V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo. Celebración todavía abierta, dado que el viaje de la nao Victoria duró tres años: desde 1519 (Sevilla, 10 de agosto/Sanlúcar, 20 de septiembre) hasta 1522 (Sanlúcar, 6 de septiembre/Sevilla, 7-8 de septiembre).[2]
Dicha inauguración la presidió la vicepresidente primera del gobierno en funciones, Carmen Calvo. Los reyes no asistieron por encontrarse en Palma de Mallorca, es decir, porque su presencia no fue requerida. Después de todo, su presidencia de la Comisión Nacional creada al efecto era sólo honoraria. Tampoco estuvo Pedro Sánchez, que se hallaba de asueto en el vecino Coto de Doñana. Patético. Y la de Cabra, genio y figura, aprovechó la efemérides para largar otra de sus ocurrencias, esta vez como ‘feministra’ de Igualdad [3]:
Partiendo de que «una sociedad como la nuestra tiene que tener a sus Magallanes y a sus Elcano», tras la pregunta retórica, «¿dónde están, qué inventan, cómo se arriesgan?», invitó a todos a buscarlos, dando como pista que la «única novedad de esos Magallanes y Elcanos que buscamos ahora es que la mitad son mujeres».
Ya se sabe –y por si no, Susana Díaz lo remachaba en pro de la Ley de Memoria Histórica bien entendida– que el objetivo es «construir una sociedad que no mire hacia atrás, sino hacia adelante»; no le pase como a la señora de Lot, convertida en estatua de sal por curiosona de lo que estaba ocurriendo tras su cogote. Así también para la Calvo ‘estos fastos’ (que decía Arzalluz) del pretérito sólo cobran sentido si se aplican a desentrañar y mejorar el futuro. Tal vez por eso se refirió al pasado visto al bies, al recordar
«una gran gesta española, la de 239 hombres en cinco naves para intentar conocer el mundo», para concluir que su «capacidad de querer entender el mundo y desentrañar los misterios de la naturaleza nos convocan aquí para rendirles honores, 500 años después».
Digo, si no sería tal metedura de remo –en cuanto al supuesto motivo de curiosidad científica pura de la expedición– la que inspiró a Tamames la conveniencia de repetir que no hubo tal cosa. ¿A Tamames? Al propio José Calvo Poyato, hermano de la disparatante, que como historiador podría haberla asesorado, y justo por entonces publicaba su novela histórica ‘La ruta infinita’. Entrevistado sobre su trama histórica, el autor (como Tamames) deseaba
«aclarar algo que me parece un error muy extendido: Magallanes no sale para darle la primera vuelta al mundo. Magallanes sale para encontrar ese paso que permita llegar al Pacífico y por tanto, a la selva de las especias. Es más, Carlos I dice en las Capitulaciones que se firman en Valladolid –así consta– que no entren en aguas portuguesas, que si navegan hasta las especias vuelvan luego por el mismo camino. Carlos I no quiere problemas con Portugal, entre otras cosas porque está negociando el matrimonio de su hermana con el rey portugués y van a ser cuñados.[4] Quien toma la decisión de no volver por el mismo camino y dar la vuelta al mundo es Elcano, desobedeciendo las órdenes del rey, que no era tampoco poca cosa en la época eso de desobedecer una orden del rey. De hecho, cuando Elcano llega a Sevilla, el rey le pide cuentas por aquello. Lo que ocurre es que lo que han hecho es tan grande, que el rey se olvida de que lo han desobedecido.»
Para agosto de 2019, la Calvo ya tenía asumido que Sanlúcar de Barrameda, como El Rocío, cae a la izquierda de la Punta de Tarifa en el mapa, por lo que el viaje de la pareja Magallanes-Elcano «a conocer el mundo» empezó y acabó en el Atlántico vía Pacífico e Índico; y así no lo calificó de «explosión mediterránea», como lo habría hecho sin vacilar en 2005.[5] A ese acierto unió el de reconocerlo como «gran gesta española».
Menos mal, porque la autodenominada ‘izquierda progresista’ tenía enfilada cualquier exaltación nacional de lo que, según ellos, fue ‘imperialismo genocida’, y de ahí para arriba. Y el nuevo régimen de Sánchez pretendía encarnar todo progresismo de izquierdas.
Una celebración problemática
Para entenderlo mejor, retrocedamos en el tiempo. No se olvide que la Comisión nacional para el V Centenario de la primera Vuelta al mundo se creó por real decreto firmado el 12 de junio 2017 por Felipe R. y Soraya Sáenz de Santamaría. Poco después, el 30 de agosto, el Ministerio de Defensa-Armada, cumpliendo previsiones del decreto, creaba su propia comisión. En lo positivo, una plétora de proyectos varios: académicos, artísticos, literarios, etc.[6]
También tuvo críticas merecidas. Por ejemplo, la Comisión Nacional la formaban elementos del gobierno y la administración, lo mismo que su ejecutiva e incluso la comisión técnica. Hasta los comités especializados quedaban encorsetados en un organigrama administrativo. Otro rasgo pintoresco era fijar que el funcionamiento de la Comisión Nacional y sus órganos «no supondrá incremento de gasto público». Eran cargos honoríficos que trabajarían gratis. Algunos otros lunares se notaron. Con todo, lo más grave era que, reconociendo el preámbulo del decreto la importancia del «asombroso periplo de nuestra Marina» para el « desarrollo y proyección de Europa y, en especial, de los países ibéricos», no se contemplaba acción conjunta con Portugal, la patria de Magallanes, que por su parte anunciaba su propia celebración conmemorativa, como de hazaña portuguesa.
A aquella comisión nacional se había adelantado el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, que desde 2016 viene celebrando ediciones del Congreso Internacional ‘In medio Orbe’, sobre Historia de la I Vuelta al Mundo
El 1º de junio de 2018 cae Rajoy, y otras cosas se vuelven importantes, cierto; pero para entonces ya había ideas, proyectos en marcha y también realizaciones positivas. La crítica ‘negacionista’ por su parte arreció, y lo más cómodo para capearla era hacer coro al patriotismo luso, concediendo que el viaje de Magallanes fue empresa portuguesa, no española. (Un paladín de esta tesis era el expresidente Rodríguez Zapatero, tengo entendido.) ¿Qué actitud adoptaría el nuevo gobierno?
En septiembre, Carmen Calvo como vicepresidenta y ministra de la Presidencia en funciones –heredera por tanto de Soraya– abría el pleno de la meritada Comisión nacional. De su discurso (dejada aparte la sintaxis maltrecha), la prensa pudo destacar, y en buena parte criticar, el perfil españolista patriota:
«Queremos recordar a un español y a un portugués, que no han hecho otra cosa que atribuirle prestigio a la imagen de España y también a la de nuestro hermano y vecino país de Portugal… Este pleno… tiene que perseguir tres objetivos prestigiosos: … [el tercero,] actividades internacionales que reporten a nuestro país el prestigio que le corresponde, la constante autoestima que los españoles sentimos por nosotros mismos, a través de las figuras de Elcano y de Magallanes. Sólo admitiremos los proyectos que pasen el filtro de la calidad, y que corresponde con lo que celebramos … y con el nombre de nuestro país, España… Una celebración constante: constante, … por lo que España pudo aportar al mundo con este viaje de descubrimiento… Dejaremos como siempre una puerta abierta a la mejor historia de España... Todas estas celebraciones… no pueden llenarnos más que del natural y legítimo orgullo de ser lo que somos, y también nos obliga a hacerlo todo de la manera más perfecta posible.»
He alargado el extracto literal de un breve parlamento de siete minutos y medio, para que se vea que el patriotismo no fue nota de paso o de adorno, sino el basso ostinato de la sonata. De hecho, en ello se centraron las críticas a la nueva estrella egabrense, pasando por alto incongruencias, anacolutos o simplemente giros divertidos, como decir que el viaje «aportó un dato definitivo sobre la Tierra: nuestra estructura verdadera», forma curiosa de referirse a la esfericidad.
A Carmen Calvo todavía le inspiraba su gran corazón, y le llevó su tiempo hacerse idea del V Centenario a tono con el discurso de la izquierda progre, máxime con la creación del nuevo gobierno de Pedro Sánchez en abrazo siamés con Pablo Iglesias. Un híbrido que, por lo que a ella tocaba, le obligó a admitir al odiado ‘Coleta’ como rival Vicepresidente segundo, y a ceder la cartera de Igualdad a la compañera del intruso, Irene Montero.
La mudanza no implicaba renuncia al patriotismo oral. Doña Carmen, como su jefe Sánchez, sigue invocándolo, entendido sobre todo como apoyo de la oposición al gobierno. El chip a cambiar era el de la Vuelta al Mundo, que de empresa española pasaba a ser empresa portuguesa, con acolitado español e internacional, para gloria y beneficio de la humanidad.
A todo esto, Portugal avanzaba por su cuenta en su plan conmemorativo de la que consideraba empresa nacional portuguesa. ¿Habría dos Centenarios de dos Vueltas a dos Mundos distintos? Finalmente, por enero de 2019, ambos países ibéricos se avinieron a un compromiso o componenda de celebración más o menos conjunta.
Dentro de España, algunos defensores de la hispanidad de aquel primer periplo mundial, frente al tesón de los ‘negacionistas’, tanto los lusos como los ilusos hispanos progres y nacionalistas, apelaron a la Real Academia de la Historia, que en 10 de marzo emitió un Informe técnico aclaratorio. No diré yo que lo hizo mal, sólo me pregunto si fue necesario, conveniente, oportuno y sobre todo práctico. Necesario, no parece, dado que la gran mayoría de historiadores abordan el tema con seriedad. Conveniente, siempre lo es que las reales academias cumplan su función, si no de ‘limpiar y fijar’, sí de orientar sin dogmatizar. ¿Oportuno?...
Estaba próxima la fecha, 1 de abril, para la presentación de la celebración acordada conjunta hispano-lusa del V Centenario. Presentación en acto doble, el mismo día, primero en Madrid, luego en Lisboa, a cargo de Carmen Calvo y del ministro de Negocios Extrajeros de Portugal, Augusto Santos Silva.
Pero doña Carmen reservaba una sorpresa muy suya. Se ve que para entonces había progresado desde aquella candidez patriotera del año anterior. Se ve también que el informe de la RAH no le había hecho ninguna gracia. ¿A ella con informes académicos, y a instancias del ABC? «La batuta del V Centenario la llevo yo», se dijo. Y al efecto invitó al historiador José Álvarez Junco a sentar cátedra en la presentación del 1º de abril con un contrainforme correctivo.
No sé decir si, como leo en el mismo ABC, la socialista le pidió literalmente al historiador «que certifique que la hazaña de Magallanes y Elcano no fue española».[7] La verdad es que tampoco Álvarez Junco necesitaba mucha presión para certificarlo, repitiendo su viejo mantra negacionista que voici
Este fue el mensaje de encargo[8]:
«Lo único que yo quería decirles aquí hoy prácticamente es una única idea. Lo que me gustaría transmitirles es que en esta conmemoración hay lugar para muchas cosas, menos para glorias nacionalistas actuales. Porque esto no dice nada en favor de España en concreto, de Portugal en concreto. Primero, España no existía. La Corona de Castilla. Claro que había habido la unión de reinos en una sola cabeza, pero quien está controlando el comercio americano y quien rivaliza con Portugal, el rival de Portugal no es España, es por supuesto Castilla. Los sujetos políticos actuales no son los de entonces. La misma palabra ‘España’, que se utiliza ya entonces, no significa lo que hoy, que es la Península Ibérica menos Portugal. Entonces la palabra España significaba Península Ibérica, incluido Portugal, por supuesto. El único papa que sale de España en la Edad Media es Petrus Hispanus.[9] Petrus Hispanus había nacido en Lisboa. En términos actuales no era un español técnicamente. Es decir, las palabras, incluso cuando existen las mismas, no significan lo mismo que ahora [sic].
Segundo, a grandes personajes, aventureros, gente buscadora de gloria, o de dinero o el poder, no les interesaba tampoco esa identidad colectiva. A un Magallanes, igual que a Colón unos años antes, no le interesaba mucho saber si servía al rey de Portugal, al rey de Castilla, o a quien sea. Él lo que quería era buscarse un lugar en la historia y conseguir gloria y conseguir poder, como era propio de la sociedad del antiguo régimen [sic].»[10]
Pero hombre, D. José, ¿conque las cosas cambian? Hasta ahí llegamos, no nos descubra usted a Heráclito. Abra usted su Maquiavelo y verá que el secretario florentino habla de ‘España’ sin los remilgos de usted, como habla del ‘Rey de España’ en un mismo contexto político junto con el ‘Rey de Francia’. Y vaya si afinaba en ‘sujetos políticos’ el autor de El Príncipe, cuando escribe (1513): «Tenemos en nuestros tiempos a Fernando de Aragón, presente rey de España».[11]
Cierto que Carlos V no se tituló Rey de España, por el problema de su madre doña Juana, la legítima Reina de España a la muerte del abuelo Fernando el Católico, pero incapaz para gobernar. Asociado a ella en el reinado, Carlos prefirió usar la lista de títulos sobre sus estados: Rey de Castilla, de León etc. etc. Y esto sí que era un anacronismo, en la Europa moderna de los reyes de Inglaterra, Francia, Portugal, etc. Porque no eres lo que tú te llames, sino cómo te reconocen los demás; y para los demás estados, con sus embajadores y diplomacia, empezando por la Santa Sede, Carlos era el Rey de España, y todo el mundo entendía lo que a un Álvarez Junco no se le alcanza. Así lo vio Felipe II, y sin mudanza alguna de régimen se llamó rey de España, dejando para el protocolo la engorrosa lista de títulos hereditarios. Así el rey actual don Felipe VI es rey de Jerusalén, Duque de Atenas y muchas cosas más –incluso Señor de Vizcaya y de Molina–, por pura antigualla histórica. Porque el adjetivo ‘histórico’ también significa ‘que pasó a la historia’, florones decorativos, flatus vocis. Aunque eso al menos, como pide el DRAE (‘histórico’, 2ª acepción), «ha tenido existencia real y comprobada»; no como pretendidos ‘derechos históricos’, que en la Constitución entraron por la puerta de atrás sin decirse lo que son ni cuales sean.
El mismo Maquiavelo cierra su ensayo con una «exhortación a apoderarse de Italia y liberarla de los bárbaros»; tarea que pedía «príncipe nuevo», como podría ser Lorenzo el Magnífico, a quien lo dedica. Y esto me lleva al punto 2º de la homilía de Álvarez Junco, donde penetra en las almas y las intenciones de Magallanes, Elcano y compañía, para decidir que eran unos individualistas sin interés por una identidad colectiva, ni por saber a quién servían, «como era propio de la sociedad en el antiguo régimen». ¿Alcanza este concepto a la sociedad italiana de Maquiavelo? Porque Maquiavelo no se dirige al muy ‘republicano’ tirano Lorenzo para adularle o bailarle el agua, sino porque ambos participan de un mismo sentido de italianidad, necesitada de un estado independiente. En fin, yo diría que la Italia nacida en el siglo XIX puede reconocer como italianos legítimos a Dante, a Miguel Ángel o a Galileo y estar orgullosa de ellos, con más sentimiento que a Cicerón, a Virgilio o a Augusto.
Del mismo Álvarez Junco es este párrafo impecable, publicado años atrás, sobre el oficio y compromiso del historiador:
«Supongo que es imposible soñar con una situación en la que la Historia no sea manipulada, en la que se deje de pedirnos a los historiadores que avalemos con nuestro relato las propuestas de algún grupo de poder. Pero no deberíamos prestarnos.»[12]
Pues bien, allí estaba él mismo en persona renegando de su buen propósito, a instancia de una mujer política y poderosa que, cambiando de clave ella misma, le marcaba la pauta frente a la Real Academia de la Historia. ¿Tanto puede el ‘dinero de nadie’? Ella naturalmente se lo agradeció. Y como la Calvo no sería quien es sin poner en un brete a la Lógica, calificó la intervención de «certera», es decir, adecuada al propósito de colaboración entre ambos países ibéricos hermanos y amigos. Oigan, si no:
«Se trataba de encontrar un punto de colaboración entre ambos países, para celebrar un hecho del pasado, pero que tuviera significado de presente. Agradezco mucho al Prof. Alvarez Junco que haya tenido una intervención certera: no podemos interpretar con los ojos del presente los acontecimientos del pasado, y además este Gobierno no lo pretende».
Pasado, presente, interpretar con los ojos, celebrar para significar… ¡Que empanada! La entonación y la mirada en el vídeo lo dicen todo. La obsesión era dejar a España lo más fuera de juego posible.
Contraste del orador y oradora españoles con el discurso del representante portugués Santos Silva, leído en español, donde sin intenciones, interpretaciones ni distingos, ceñido a la claridad objetiva de los hechos, recordaba cómo,
«tras la muerte de Magallanes en el combate de la isla de Mactán, el mando de la expedición fue atribuido a otros oficiales; el último de los cuales, Sebastián de Elcano, decidió regresar a España por el Índico, concluyendo así la vuelta al mundo. Siguió una ruta bien hacia el sur, evitando los barcos portugueses que dominaban la ruta más conocida y cercana a la costa, lo que constituyó otro hecho notable de navegación y liderazgo. La decisión y los capitales empeñados en la expedición eran castellanos. El conocimiento que la expedición movilizó provenía de la cultura árabe, de la cultura judía y de la cultura europea, y fue desarrollado por italianos, españoles y portugueses. Los comandantes, pilotos y marineros participantes en la expedición provenían de una decena de nacionalidades distintas. Fue un italiano, Antonio Pigafetta, su cronista. La ruta atravesó lo que hoy equivaldría a once diferentes países...»
Una lección de objetividad y elegancia, impartida no sin ironía, reconociendo el papel decisivo de Elcano y de Castilla, pero mentando también a España como ya existente entonces, frente al sofisma delirante de Álvarez y la confusión mental de la Calvo. ¿Sabe realmente esta señora de qué está hablando? Pone los pelos de punta sólo pensar en un Centenario ajustado a su programa.
La Victoria, viento en popa sin políticos
Por fortuna tenemos buenos especialistas en Historia que saben hacer su trabajo y divulgarlo con provecho. Recuerdo, por ejemplo, a los del II Congreso Internacional sobre la Primera Vuelta al Mundo, en Sanlúcar de Barrameda, octubre de 2017. Dedicado a las personas que tomaron parte en la aventura, allí nadie buscó con la linterna de Calvo a los Magallanes de hoy, a los Elcanos y Elcanas que nos arreglen la vida al gusto de doña Carmen, y todos los especialistas sabían mirar al pasado sin complejos progres, machistas, ecologistas o nacionalistas. En charlas a cuál más interesante, se hablaba del plan grandioso y de los cortos medios para realizarlo, suplidos con voluntad, inteligencia y resistencia increíble de unos hombres, los héroes y los villanos –a menudo, los mismos personajes–, evocando y recreando un mundo no tan ajeno al nuestro, pues de aquel mundo venimos.
Recuerdo en particular las intervenciones de Juan Gil Fernández y de Consuelo Varela Bueno. El académico, en “Los hombres y el rol del viaje de Magallanes”, trazó el cuadro humano y social de los miembros de la expedición y también las dificultades que tuvo la leva, en parte por ser portuguesa la comandancia y por el carácter brusco de Magallanes. Por su parte, la siempre docta y amena doña Consuelo habló de “Los supervivientes del viaje de Magallanes-Elcano”, como individuos y por categorías. Para ello partió de la inscripción en azulejos en una pared del Ayuntamiento de Sanlúcar, con los nombres de los 18 hombres que arribaron al puerto en la ‘Victoria’, enmendando con finura varios errores. Habló también de los demás supervivientes que luego fueron llegando a España.
Pero la estrella del Congreso, y en cierto modo una de las estrellas de la celebración, es Borja Aguinagalde, con su reciente hallazgo del Archivo personal de Elcano, cuya joya es la carta autógrafa o ‘aviso’ del capitán de la ‘Victoria’ a S. M. el Rey notificándole de primera mano el rendimiento del viaje a la Especiería. Viaje que resume como muy penoso, también fructífero y prometedor, aunque lo más de estimar, según el propio navegante, fue haber dado la primera vuelta al globo. O como él lo dice mejor, repito, de puño y letra: «que hemos descubierto e redondeado toda la redondeza del mundo, yendo por el occidente y veniendo por el oriente»
De estas tres conferencias quiero señalar la parte que toca a los tripulantes vascos, incluidos los héroes que rindieron viaje en la carabela o carraca ‘Victoria’. Porque aparte del capitán Elcano, guipuzcoano de Guetaria, con él volvieron tres vizcaínos: Juan de Acurio, de Bermeo, Juan de Arratia, de Bilbao, y Juan de Zubilleta, de Baracaldo. De 18 hombres, 4 es buena proporción. ¿Héroes nacionales? Para la nación española, sí. Para el nacionalismo vasco… ¡Ay!, eso mejor si se queda para otro día.
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[1] «Fecha en la nao Vitoria (sic) en Sant Lúcar, a 6 de setiembre de 1522». Cfr. Borja Aguinagalde, “Las dos “cartas” que escribió el capitán Juan Sebastián de Elcano a su regreso”; en La primera vuelta al mundo. Edición conmemorativa del V Centenario del viaje de Magallanes y Elcano, 1519-1522, Taberna Libraria, Madrid, 2019, pgs. 145-176 y 232-233. Del mismo, “El archivo personal de Juan Sebastián Elcano, marino de Guetaria”; en M.J. Parodi (coord.), In medio orbe (II). personajes y avatares de la I vuelta al mundo. Junta de Andalucía, 2017, págs. 65-93. El libro recoge las ponencias presentadas en II Congreso Internacional sobre la I Vuelta al Mundo-'In Medio Orbe'. Sanlúcar de Barrameda, 20-21 sept 2017. La ponencia de B. Aguinagalde, págs. 65-93. Dada en el Congreso el 21 a las 19 h.
[2] Por haber navegado en sentido contrario al giro del globo terrestre los tripulantes ‘perdieron un día’, que por el contrario habrían ‘ganado’ de haber navegado hacia oriente: un día, no de viaje, sino de calendario. Un día entero por cada vuelta al mundo pierden o ganan de hecho los modernos navegantes espaciales que, como los de la EEI, la dan en hora y media; paradoja resuelta con atenerse al horario de tierra.
[3] El término ‘feministra’ se aplicó primero a Carmen Calvo, luego a Irene Montero su sucesora en el Ministerio de la cosa, aunque ésta al menos puede tomarlo como un cumplido, independientemente de la intención que lo inspiró, dado su feminismo totalitario y salvaje. La Calvo por su parte llama a la Montero ‘ninistra’, «mote tan agudo que no parece suyo» (Santiago González), y que, éste sí, ofende a la interesada.
[4] «No descubráis ni hagáis cosa en la demarcación y límites del sacratísimo rey de Portugal, mi muy caro y muy amado tío y hermano, ni en perjuicio suyo». Carlos I de España y Manuel I de Portugal tenían firmado un tratado de confederación y alianza (Almeirim, 2 de enero 1519)
[5] El 18 de mayo de 2005, así lo contaba Antonio Burgos, Andalucía toda era un reír al correr de la noticia: «La Ministra de Cultura Carmen Calvo ha definido El Rocío como “la explosión de la primavera en el Mediterráneo»!!! Pásalo»
[6] Listado completo de proyectos V Centenario (a mes de Septiembre 2019). En total 246, repartidos por 11 tipologías de actividad.
[7] Artículo de Jesús García Calero en ABC (2019-04-03). V. también, del mismo, ABC (2019-03-12).
[8] Su entonación y gesto me recuerda al fray Ubertino de Casale en ‘El nombre de la rosa’. En el doblaje español, naturalmente.
[9] El Petrus Hispanus, entre los universitarios de la baja Edad Media, era el nombre que se daba a varios libros de texto de un profesor de ese nombre en la Universidad de París, en particular unas muy populares súmulas o Resúmenes de Lógica. También se le atribuyeron libros de medicina, de ciencias naturales y hasta de magia. El icono personal, para unos, era de gran sabio absorto en su ciencia y despreciador de los frailes que por el siglo XIII irrumpen en las universidades; un dómine rutinario y obtuso, según otros (los frailes, supongo). Qué tuvo que ver el tal sujeto con el cardenal Pedro Juliano, en tiempos de Carlos de Anjou y sus pretensiones en Italia, es objeto de debate. A la muerte del papa Adriano V (1276), tras reñido cónclave, Juliano salió elegido papa con el nombre de Juan XXI, con la particularidad de que jamás hubo un Juan XX. Juan XIX llevaba muerto casi dos siglos y medio, y desde entonces tal vez se había perdido la cuenta. Por lo demás, el nuevo papa sólo vivió ocho meses, hasta mayo del año siguiente. Había nacido en Lisboa, cuando Portugal ya era independiente del reino de León. La razón de llamarle Pedro Hispano puede ser la que dice Álvarez Junco, pero me extraña, y pienso que pudo ser un mote que le pusieron por su afición a silogismos u otra burla parecida.
[10] Sin entrar en liza sobre el significado y alcance de la expresión francesa ‘ancien régime’, chirría aplicarla así como así a la monarquía española, cuando todavía funcionaba cierto pactismo, foralidad y juramento real de las misma, algo impropio de la monarquía absoluta. Pero no le doy importancia por eso, sino por su empleo para caracterizar valores determinantes de la conducta de los espíritus emprendedores.
[11] En el famoso cap. 21. La obra, escrita en 1513 con el título latino De Principatibus (Sobre los principados), se tituló Il Príncipe desde su primera edición en 1532, con los títulos de los capítulos en latín.
[12] ‘Los malos usos de la Historia’ (El País, 2013-12-22). El párrafo, en el contexto de un artículo antinacionalista, continuaba diciendo:
«Las propuestas políticas, por radicales que sean, son legítimas, siempre que no se basen en la coerción sobre los demás. Pero no lo es la deformación del pasado.Si la nación fuera un ser vivo e individual —que no lo es—, podríamos parodiar la situación diciendo que si un día alguien quiere separarse de su pareja, porque ha dejado de quererla o se ha enamorado de otra persona, tiene derecho a ello. Pero que no es necesario —ni legítimo— que añada que a lo largo de todos estos años nunca la quiso y que solo se unió a ella porque le pusieron una pistola en la espalda. Si lo que se quiere es plantear una demanda política, hágase. Pero no nos obliguen a reformular la narración histórica para adecuarla a esa demanda.»
Ni que decirlo, esa crítica al separatismo catalán no podía ir sola sin el contrapeso antiespañol:
«Ahora parece que el PP catalán pretende organizar un simposio alternativo, en el que se defienda el amor de España por Cataluña, bajo el paraguas de la RAH. Detrás de él latirá la creencia, rotundamente expresada por Rajoy, de que España es “la nación más vieja de Europa”.
Comentarios:
Belosticalle 1-09-2020, 19:50
A mi querida y admirada Viejecita, gracias también por su comentario en BSG. Veo que sigue sin poder entrar aquí, y de veras lo siento, porque aprecio sus observaciones, siempre la puntada con hilo.
El hecho es que Blogger ha introducido un cambio radical en el editor, y sin duda tienen que depurar fallos. Por ejemplo, a mí me ha reconocido para el comentario de 19:30, pero no para el presente.
Si el problema persiste, con ella y otros visitantes, lanzaremos una bengala de socorro. Entretanto, mis disculpas.
Largo aplauso, sabio maestro Belosti, por este texto, y otro interminable por su blog, que por desgracia no visito con la frecuencia que debería.
ResponderEliminarQué lástima que no podamos presumir de los mejores episodios de nuestra historia como un país normal. Nuestros adversarios habituales, dominadores actuales de la mayor parte de imprentas y pantallas que cuentan la historia universal, jamás nos han hecho favores ni nos los hacen en el presente. Basta ver cómo se trata a España en sus textos, documentales y películas históricas dirigidas a todo el planeta. Pero es que además ahora tenemos al enemigo en casa. Y en el poder.
(Firmo, porque entro como "Anónimo" y no se si me pedirá nombre... Madrileo. Un saludo muy afectuoso, Maestro)
Ese Álvarez Junco debe de ser un historiador dodecafónico, que diría el tigre feroz.
ResponderEliminarDe todas maneras tenemos suerte. La edad media y comienzos de la moderna españolas están inmersas en el mayor enredo posible a cuenta de algunos que no saben cuál es su fecha de nacimiento ni conocen a sus antepasados y lo buscan en los archivos parroquiales de esas épocas sin ni siquiera saber el nombre de sus padres.
Pero tenemos suerte, como le decía. Dejamos para nuestros descendientes todo el asunto de la reconquista, los godos, los romanos y el misterio de Viriato que no se sabe si fue catalán avant la lettre. Cuando metan la mano en todo eso se armará un buen lío. Ahí lo dejo.
Muchas gracias, Maestro. Otra entrada para enviar a conocidos. T&T
ResponderEliminarFantástico, querido maestro! Y muy necesario en estos tiempos en los que semejante hazaña parece querer ser disimulada.
ResponderEliminarAgradecido a ustedes, Madrileo, Bruno, Th/Th, Envite. Alegría de saludarles en este rinconcito del mundo redondo.
ResponderEliminarEn verdad que da lástima tener que demostrar lo evidente o refutar lo absurdo. Y aunque lo evidente para el caso no tenga nada que ver con la exaltación patriotera, todavía ésta es más disculpable que la labor de zapa que persigue no tanto depurar la Historia como imponer sectariamente una nueva idea y forma de Estado. Que encima eso se haga invocando a Europa es de chiste, porque a ver qué es Europa sin su propia historia, o sea las relaciones y devenires de los estados europeos.
Belosticalle 1-09-2020, 19:50
ResponderEliminarA mi querida y admirada Viejecita, gracias también por su comentario en BSG. Veo que sigue sin poder entrar aquí, y de veras lo siento, porque aprecio sus observaciones, siempre la puntada con hilo.
El hecho es que Blogger ha introducido un cambio radical en el editor, y sin duda tienen que depurar fallos. Por ejemplo, a mí me ha reconocido para el comentario de 19:30, pero también me sigue dando problema.
Si no lo arreglan, lanzaremos una bengala de socorro. Entretanto, mis disculpas.
Fresco claro ameno interesante didáctico...y el añadido de que no he tenido que tomar notas. Lo he entendido todo; me "sabía" algunas citas y he consultado mi Maquiavelo en papel chino...
ResponderEliminarGracias, Belosti.
Atalanta
...ah ah y es un "tema" que me apasiona. La rivalidad no rivalidad de España y Portugal con sus sombras de espionaje y subterfugios; así como los ocultamientos de flotas y barcos en las aguas de África para no encon trarse ambas armadas pero tomando posesión de tierras y bienes, es un tema que me encantaría conocer con mayor profundidad. Tengo el tiempo que tengo...
ResponderEliminarAta
«Tengo el tiempo que tengo…»
EliminarIndómita Ata, dices que esta vez no has tenido que tomar notas. Yo en cambio sí: me anoto tu última frase como un aviso ascético. Que a veces se me olvida.
El juego que se traían portugueses y españoles, a menudo con crueldad o saña, hay que glosarlo como «nada personal, son los negocios».
La ‘raya de Portugal’, para los españoles inmediatos a ella, era una línea imaginaria más todavía que hoy, y lo mismo para los del otro lado.
El Tratado de Tordesillas, con toda su prosopopeya de ‘reparto del mundo a medias’, no pasó de ser un arreglo de intereses entre coronas emparentadas. ¿Reparto del mundo? El que tenía océano, pero no barcos (como el rey de Francia), se hizo el escandalizado con sorna; y el que tenía ambas cosas (como el de Inglaterra), se rió del ‘meridiano’. ¿Y cómo no, si los propios interesados no se lo creían?
El autor de La ruta infinita, cuando habla de la orden tajante de Carlos I de no entrar en aguas portuguesas, o de la reprimenda del mismo a Elcano por haberle desobedecido, creo que se lo toma muy a pechos. El rey de España cubría las apariencias, como su colega portugués; pero en realidad uno y otro iban a por lo mismo, sin la menor intención de guerrear por ello. Finalmente Carlos, alcanzado de dinero, vende o empeña toda la Especiería a Portugal; eso sí, sin dejar España de buscar su ruta del Pacífico a unas islas que conquistará como ‘Filipinas’, aunque estaban en demarcación portuguesa.
Querida Atalanta, he cometido la imprudencia de abrir en mi ordenador una vía de agua muy generosa: un chorro de artículos sobre el tema del V Centenario, que como no lo tapone me lleva a pique. Yo también «tengo el tiempo que tengo», y al mío se le ve el fondo.
"Indómita"...que bonito. Gracias. Ya me lo llamó mi padre en su momento...Gracias. No sabes lo que cuesta mantener el nivel...;-)
ResponderEliminarNunca sabes que puerta se abrirá para tragarte en su pasión del conocimiento; tampoco sabes por qué conducto del tiempo/conocimiento entraremos "abducidos" por las fuerzas "ocultas" del interés...
Tu las abres de forma tan natural...
Y querido Belosticalle, el fondo del tiempo es igual para todos; el peso del tiempo, no. Ese peso es el que os hace a algunos , eternos.
Un abrazo indómito y sincero.
tu más humilde indómita...Atalanta
(Decía lo del papel, lápiz y notas, porque en tu anterior Santa Tecla me hiciste ir por partes como el cariñoso Jack el Destripador decía...)
"Indómita"...que bonito. Gracias. Ya me lo llamó mi padre en su momento...Gracias. No sabes lo que cuesta mantener el nivel...;-)
ResponderEliminarNunca sabes qué puerta se abrirá para tragarte en la pasión del conocimiento; tampoco sabes por qué conducto del tiempo/conocimiento entraremos "abducidos" por las fuerzas "ocultas" del interés íntimo y personal ...
Tú, las abres de forma tan natural...
Y, querido Belosticalle, el fondo del tiempo es igual para todos; el peso del tiempo, no. Ese peso es el que os hace a algunos, eternos.
Un abrazo indómito y sincero.
tu más humilde indómita...Atalanta
(Decía lo del papel, lápiz y notas, porque en tu anterior Santa Tecla me hiciste ir por partes como el cariñoso Jack el Destripador cada vez que destripaba su víctima...)
(Versión algo mejorada que la anterior. Ya no es el corrector, es que parece un burullo de escrito...como siempre, claro)