miércoles, 30 de enero de 2019

‘Nuestro y de cabecera’


Retorno de los Argonautas
© Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
Esta página va para corresponder al homenaje íntimo que ha tenido a bien improvisar en su bitácora Santiago González. Ha sido al hilo de una entrevista no menos improvisada, que una joven colega suya me extrajo para ‘El Correo’ y otros diarios de la ‘cadena’ Vocento.
Así encadenado este Prometeo, la brujilla oficiosa y tesonera no halló dificultad para abrir las entrañas de su víctima, no para devorarlas vivas y palpitantes como hizo el pajarraco, sino para escrutar el hígado ominoso, fábrica de los humores individuales, aunque ya cirrótico tal vez y nada apetecible a la boca.
Al efecto ella traía en un papel una lista de cuestiones, mayormente de apariencia anodina. Psicólogos dicen que esas son las buenas para un diagnóstico fiable en lo suyo, los recovecos del alma, por asociación primaria de palabras y ‘pasiones’ (mejor que ideas). Preguntas tan simples, que buscando algo ingenioso, o a lo menos coherente, te pierdes; máxime sabiendo que las mismas se harían a una estudiante, para cotejo generacional. Y como además nunca he sido listo ni rápido (lo siento, chica), la entrevista no pasará a los anales del género, aunque tal vez la cite en su favor algún psiquiatra. Cada profesión a lo suyo.  En todo caso te perdono, I. Álvarez, en atención a tu simpatía perseverante.
Lo que ya no depende de mí perdonar es la pifia en mi segundo apellido, que es también el cuarto, de modo y manera que es pecado reservado a mi difunta madre, que era una Mangas Mangas, y a sus padres, mis abuelos, que eran primos entre sí.
Esta duplicidad dio lugar a bromas y lances. Por ejemplo, recuerdo que cuando volvíamos de refugiados en Francia en el 37, en la frontera, se produjo este brevísimo coloquio entre un funcionario de ventanilla y mi madre. El hombre, que no estaba para bromas:
–Nombre…
–Rosario.
–Primer apellido…
–Mangas.
–Segundo…
–Mangas.
–¡¡¡He dicho segundo apellidooo!!!

Mi madre, que era modista rápida de aguja y lengua, explicó al energúmeno uniformado que los Mangas, como  las mangas de su chaqueta, pueden ir de dos en dos.
Por lo demás, en Bilbao no es desconocido el Mangas, oriundo de una zona entre Fuentesaúco y Ledesma. De Fuentesaúco trajo el suyo mi abuelo Isauro, o Isario (confusión del cura), maestro de forja por tradición familiar.
Para desagraviar igualmente a la abuela Antonia recuerdo, de oídas, que aun casada y madre fue, mientras pudo,  sastra chalequera, con taller y academia en un piso de la Calle Ronda, cerquita de la casa de los Unamuno. Lo que sí sé en directo, aunque no por qué razón, mi familia no admiraba mucho a Don Miguel. Tal vez por eso, y porque no se me da el histrionismo ni siquiera en plan existencial, a mí tampoco me entusiasma; y eso que procuro mirarle en el retrato que le sacó Jon Juaristi. Respeto, eso siempre, y creo que lo demostré en “Primero la Verdad que la Paz, de lo más leído de mi blog.
Volviendo al abuelo, como digo, con el apellido se trajo el oficio, propio de una familia de descendientes lejanos de Túbal-Caín con su mujer Sela, «la que parió a todos los que acicalan obra de bronce y de hierro» (Oído, Parmenio, que las biblias cambian de la nochea a la mañana: Génesis, 4: 22). Los míos eran de la edad del hierro, y ese fue el pretexto del mozo Isario para venir a Bilbao, y mintiendo la edad enrolarse en los últimos de Filipinas. Profesor un tiempo en la Escuela de Artes y Oficios de Achuri, mostraba con orgullo las fotos sepia con sus alumnos del curso, él y ellos  con el delantal y la herramienta, como en una demostración práctica. De su taller en La Peña, y de sus manos y las de mis tíos, salió toda la rejería de la iglesia parroquial del Buen Pastor, donde hasta mi madre aplicó sus buenos porrazos.
Tradicionalista también en lo político, sin ser nunca integrista, mi abuelo nunca tuvo miedo en significarse en iniciativas católicas, como vocal del Patronato Obrero, presidente de la Cooperativa del barrio, o como fundador de la Adoración Nocturna en la basílica de Begoña. Allí le busco siempre que voy, en el gran cuadro de La Coronación Canónica de la Virgen (1902). Inútilmente, porque aunque sé que estuvo allí, pero no en el círculo de los notables. Me gusta imaginar que mi abuelo Isauro es el hombre invisible del ángulo inferior derecho, fuera del cuadro, al que un guardia foral con la mano abierta cierra el paso, porque allí ya no cabe un alma.
La Coronación de Nuestra Señora de Begoña. Cuadro de J. Echenagusia (1902)
En casa del abuelo se leía La Gaceta del Norte, y recuerdo cómo una tarde, a punto de ingresar yo en la Escuela Pública, para que no hiciera mal papel me enseñó con éxito a leer el título y demás letra gorda del periódico.
El sectarismo laico  le maltrató cesándole de la Escuela de Achuri, y hasta emigró temporalmente con la familia,  junto a los parientes de Biárriz. Pero ni entonces ni bajo la República practicó el victimismo. Hace unos meses leí el libro de Cristóbal Robles, José María de Urquijo e Ybarra: opinión, religión y poder. CSIC, 1997, y me llevé una sorpresa, no tanto al ver el nombre de mi abuelo en varias páginas, sino por encontrarle imputado y encausado en compañía de presidente del BBB, Luis Arana Goiri, con el que poco le unía, salvo su condición de católicos de derechas.
He leído con emoción todos y cada uno de los comentarios dedicados en el Blog de Santiago. Como ayer dije, antes de publicar la página me preguntó si me parecía bien, por lo de la identidad.  Le dije que sí, si era su deseo. Pero accedí, sobre todo, porque en una aventura como la de D. Santiago, con su Nave de Locos argonautas a lo del Vellocino, los toquecitos de mito no desentonan. Y ahí es nada, en el reparto, el figurín de ‘Nuestro Sabio de Cabecera’. A mí me divierte, por lo de ‘nuestro’ y ‘de cabecera’, por el cachondeo, porque a nadie confunde, y porque como disparate es el único que conozco salido de la amueblada cabeza de mi amigo Santi.
Imposible responder con serenidad y una por una a las frases de aliento y elogio, de afecto, ironía, hipérbole… Entre todos a escote me han regalado ustedes un bonito espejo deformante, donde por paradoja me reconozco haciendo muecas y visajes.
Deliciosos los intermedios musicales. También los textos de Platón, de Gaxotte/Voltaire, de Newman… Estos sí que son espejos de los de mirarse, ¡ay!, y no reconocerse.
Una observación sobre el limaco, y termino. La elección de este bicho fue cosa de mi mujer Ana, que necesitaba para su tesis un material abundante y fácil de obtener y criar, porque versaba sobre la evolución de los lípidos del animal a lo largo de su desarrollo. Por las mismas facilidades a mí también me convenía, y ahorrábamos trabajo.
Arion: ménage à trois (duanrevig.com)
Dos tesis que nada tenía que ver una con otra. La de ella, teledirigida desde Madrid por un bioquímico: tesis laboriosa como ella sola, y pesadísima en sus experimentos, cálculos y tablas. Y lo más chusco: con tanto trabajo, ya terminada y escrita, la entrega, y que no se la devolvían. Un mes y otro mes… Hasta que preguntamos a los dos asesores de confianza, a ver qué pasaba con aquella tesis. Se cruzaron miradas embarazosas, y con misterio explicaron que tenía un fallo sin remedio, porque ¡confundía machos y hembras! Soltamos la carcajada, y a partir de ahí todo fue como una seda. Se habían saltado la página donde ponía que los limacos son hermafroditas.
La mía fue todo lo contrario. No estoy con Homer Simpson en que «si algo cuesta trabajo es que no vale la pena», pero supongo que él estará conmigo en que si algo no te divierte, mejor dejarlo. Las horas y más horas pasadas a oscuras en el microscopio electrónico fueron una fiesta que daba pena interrumpir. En las veladas con Ana, a veces nos acompañaba nuestra pequeña Natalia alborozada, reclamando también su sitio al aparato. Y la pura verdad, alguna cosita sí que descubrió. Su cariño a los limacos sigue siendo grande, sin pasarse.

Gracias, Patron y Remería, con un inmenso abrazo.



21 comentarios:

  1. como las miguitas de un pastel que caen en la mano y luego, cuando el pastel se ha terminado, se apuran...

    Un saludo. Atalanta


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    1. Gracias, Atalanta. También por lo reído hasta llorar con la plática de la mucama y el guardiacivil.
      Et in cauda venenum.

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  2. Arrancarte con un sacacorchos una sonrisa...a un tipo tan serio y sin sentido del humor...no me lo creo!!!!

    Un tesoro hacerte reír. Gracias.

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  3. Que conste que lo de Nimrod iba con segundas aunque igual se dió cuenta de que era algo raro. No se me ocurría nada apropiado y breve hasta que leí la dedicatoria de D. Parmenio, Pero yo llegué hasta ahí, hasta las citas de la Biblia y la Historia antigua, vía Elgar y sus enigmas.

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    1. Me lo figuraba, D. Bruno. (Bueno, lo del gran Parmenio ha sido una gran pasada, de la que tomaré desquite a su debido tiempo.)

      Me ha gustado esa pieza de Elgar, tenga lo que tenga que ver con Nimrod, «el robusto cazador ante Yahveh», estos músicos... Pieza reminiscente, de las que nuestros antiguos llamaban ‘de falsas’. Ha sido una atención.

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    2. Vía Elgar, la relación es que su editor se apellidaba Jadger o algo así. Cazador. No sé porqué Elgar, para disimular, puso Nimrod en la variación que le dedicó. Me interesé por Nimrod y resultaba un cazador pero muy controvertido. Un iconoclasta avant la lettre. y ahí lo relacioné con D. Parmenio y lo que escribía. Ya le dije, aunque me lo han reprochado muchas veces en el blog, que casi todo lo que cuelgo tiene relación con la entrada correspondiente. Lo que pasa es que la curiosidad musical no es una cosa muy extendida. No hace falta que le exprese mi consideración. Habrá leído mis comentarios muy contrarios a los "vascos" y su relación con ETA y el PNV. Hasta que caí en la cuente que ud. era vasco y empecé a llamar, a esos, vasculufius. ¡Salud!

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    3. Queda claro, entonces. Aquí está la carta de Elgar a August Jaeger (o Jäger), de 24 octubre 1898, sobre su proyecto de variaciones ‘enigmáticas’. Jaeger, el ‘cazador’, para la suya se disfraza de Nimrud, el patriarca bíblico, prototipo de cazadores. También el primer rey que fundó imperio. Como usted sabe seguramente, la supuesta ruina de la Torre de Babel la conocían los caldeos y árabes como Birs Nimrud, la Ciudadela de Nemrod.

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    4. Sabía lo de cazador y lo de políglota. Es que D. Parmenio lo había clavado añadiendo su afán racionalista, yo diría iconoclasta. Debe de ser muy entretenido escudriñar la Biblia y compararla con lo que pasa. A ud. le dan una pista y descubre al asesino, digo a la carta original de Elgar. Nada de esa carta viene en lo que he leído, excepto que Elgar fué soplando las dedicatorias a sus amigos. Esa pieza es muy importante en Inglaterra.

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  4. Ja ja ja… qué bueno lo de los limacos en pleno ménage a trois. Lo de la ironía supongo que iba por mí. Me alegro de que se lo haya tomado bien, don Belosti.

    Con la palabra “limaco” me ha ocurrido, ahora mismo, una cosa francamente divertida. Ya de por sí era un vocablo que me tenía mosca, porque para mí -como usted, vizcaíno con castellano de lengua materna- es absolutamente natural y patrimonial. Mi mujer, en cambio, que es de Salamanca, no tenía ni idea de lo que era. Y mis suegros tampoco (los tres siempre “babosa”). En el blog de SG Taby von Tabarnia también mostró cierta hilaridad por el mismo, aunque alguna vez la había oído.

    Pues bien, con la coyuntura del tema de ayer he decidido investigarla un poco, acercándome a la balda donde tengo los diccionarios etimológicos. Resulta que Corominas no la trae, de manera que no he podido rastrearla en castellano. Pero el DRAE indica concisamente que viene de lat. limax-acis y éste del griego. Miro en el Ernout-Meillet y en el Chantraine, y ambos coinciden en que, aunque se suele considerar que el latín la ha tomado del griego, bien pudiera ser al revés. Los dos y el Frisk (griego) dan cognados como rus. slimaku, toc. (¡tocario!) slimak, polac. slimak. Sin traducción, salvo el Frisk, que da limax ‘nackte Schnecke’ y rus. Slimaku ‘Schnecke’. Resumiendo, que todos vienen de la raíz *(s)lei-, con *s- móvil que en las lenguas hijas a veces está y a veces no, que implica viscosidad, mucosidad, resbalar, etc. Es por supuesto la que está en alem. Schleim ‘moquillo’, Lehm ‘barro’, etc. Lo interesante es que las tres variantes indicadas traían el sufijo derivacional (el que da en latín -ax-acis) ya puesto del indoeuropeo, y la “diversión” a la que me refería más arriba reside en que esto implica que “limaco” lo entiende mejor un ruso, o incluso un hablante de tocario al que trajéramos con una máquina del tiempo, que uno de Salamanca o del Ampurdán (aunque creo que en francés también hay limace, ignoro con qué arraigo).

    Un saludo, Jokin.

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    1. Sobre el limaco podemos cruzar información, aunque ahora no me es posible. Su búsqueda me parece atinada , aunque me sorprende lo que dice del silencio de Corominas.

      El Corominas-Pascual, tomo III, págs 652-653, tiene el artículo ‘Limaza’, muy bien documentado, donde se discute ‘limaco’, y hasta sale a relucir Bilbao (por el ‘Léxico bilbaino’ de Emiliano Arriaga, claro está).

      De acuerdo en que por Salamanca no se usa. Y muy de acuerdo en que el griego ‘leimax, leimakos’ (pronunciado ‘limáx, limákos’) tiene con el ruso un notable parecido, que en nuestro ‘limaco’ se vuelve identidad.

      Y un último dato: aunque nadie discute que ‘leimax’ en gr. es gasterópodo, sea caracol o babosa etc., el extenso diccionario griego de Bailly (aunque no es la Biblia) no trae ese significado, sino ‘prado o jardín’, sinónimo de ‘leimôn’ (recuerde usted el Leimón o Prado Espiritual de Mosco), cuya raíz alude a la humedad. Más aún, ‘leimakís’, término relacionado, era una ninfa de los prados. En suma (y quédese para la hipótesis), algo así como si el limaco fuese metonimia del huerto, alguna tarde de temporada en que un hortelano heleno vio con impotencia cómo la plaga se le merendaba las coles.

      En cuanto a su ironía, querido Jokin, y a toda buena ironía: tomarla a mal no es sólo descortés, sería ponerse en ridículo.

      Vale.

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  5. Como tantas veces, un placer leer la entrada. Un abrazo, maestro.

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  6. ¡ Como he disfrutado !
    Una gozada leer anécdotas de su historia familiar, y de sus tesis , la suya , y la de Doña Ana, y las dos sobre los limacos ( que como nací en San Sebastián , yo también los conocía con ese nombre ).
    A mi abuela, le encantaban los caracoles, y, cada vez que salía el sol después de una lluvia fuerte, nos mandaba a los tres nietos al jardín, cada uno con un cubo, a cogeer caracoles . Y el que más cazara, se ganaba un "pierrot gourmand" o uno de esos caramelos de "las dos cafeteras, " que tenía siempre guardados aunque nos los racionaba porque eran malos para los dientes.
    Pero el caso es que nos avisaba que no le trajéramos limacos. ¿ Serían venenosos ?

    Sus textos son geniales. Muchas Gracias Querido Profesor

    Viejecita

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    1. « … nos avisaba que no le trajéramos limacos. ¿Serían venenosos?»

      Muy buena pregunta, sagaz Viejecita. Y no va usted descaminada.
      El principal hallazgo en mi investigación del limaco fue una estructura nueva, sobre todo en células del hepatopáncreas, en compañía de otros orgánulos, lo que interpretamos como aparato de oxidación forzada y desintoxicación.
      Luego se ha visto esa misma estructura en algunos otros moluscos, pero que yo sepa no en el caracol de mesa. Y bastantes años después, la misma estructura que yo llamé ICPC, y en el mismo limaco, se demostró que en efecto era oxidativa mediante una enzima, la mannitol-oxidasa, por lo que le dieron el nombre de ‘mannosome’ o manosoma, que está muy bien, y no pienso disputar por razón de prioridad.

      Como usted sabe, un organismo potente en desintoxicarse puede resultar tóxico por acumulación. Por eso, cuando me preguntan qué adelantó la ciencia con mi tesis, en broma y simplificando digo que dio una pista de por qué los caracoles se comen, y los limacos no.

      Con eso no digo que los limacos sean venenosos, pero sí que no parecen muy recomendables en ambiente contaminado, porque lo aguantan todo.

      Aquí le pongo enlace al artículo con fotos que publicamos en 1975, hace una temporada.

      Por lo demás, es usted un sol. Dos besos míos y uno más de parte de Ana, que tanto me ayudó.

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    2. ¡ Ay, pobre de mí , Ay !
      Que me he ido tan contenta al artículo con fotos, y de ahí al extracto de su trabajo... Y ¡ qué grima tan espantosa ! con esos cilindros agrupados y haciendo de dedos !
      Los caracoles , mi abuela nunca consiguío que los probase, pero desde luego , y después de leer lo que se podía leer de su trabajo sin darse de alta en ningún sitio, los limacos, ni aunque me estuviera muriendo de hambre, y los ofreciera Subijana como gran novedad, y con una salsa que oliera de miedo.
      Y tuvieron ustedes verdadero mérito, de haberlos mantenido a gusto, y bien hidratados y alimentados, hasta el momento de tener que matarlos con el ¿ fijador ?.

      Los de "letras puras" no saben lo que se pierden.

      Gracias pues, a los dos, y un abrazo
      Viejecita

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  7. Buenas, Don Jesús:

    Me encanta la idea de la imagen del abuelo en el cuadro de la basílica…
    A propósito de lo fundado por él. Conservo una foto antigua de la Adoración Nocturna de Begoña, un grupo de 18 personas, entre ellos están mi tío abuelo y mi abuelo, que porta un estandarte blanco con escudo bordado donde se lee; “Adoración Nocturna, Begoña 1908”. He leído que en Bilbao se fundó el 5 de Enero de 1904, y sé que en mayo de 1906 fueron en grupo a Roma, porque conservo una carta desde allí a mi abuela, fechada en mayo de ese año, por eso nos intriga la fecha de 1908. ¿No sabrá usted a qué hace referencia? ¿Y si resulta que está también su abuelo Isauro en la foto?

    Otra cosa, que no le respondí en su día, espero me disculpe, mis primos en la Bascongada son (pongo iniciales por aquello de la privacidad): E A I … X O-E U. Como se puede ver, ganan las vocales, por mayoría.

    Un saludo sonriente.

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  8. Querida Begoña, ¡menuda sorpresa me da con sus primos! Somos muy amigos y nos vemos regularmente en la Bascongada, donde también ellos nos organizaron una excursión memorable a su ‘Clavo de Oro’ geo-paleontológico mundial en el acantilado de Zarauz.

    Sobre la foto que dice, supongo que se trata de la participación del grupo begoñés en el gran Jubileo de 1908 (marzo, 19), descrito en el libro que cito, José María de Urquijo e Ybarra, pág. 222.
    Como puede ver por el enlace, en aquella ocasión tomó la palabra mi abuelo, de modo que bien pudo estar en la foto. Estoy seguro de que mi abuelo Mangas fue gran amigo del suyo y de su tío abuelo, pues aparte de eso también tomó parte en la peregrinación a Roma. Que por cierto, teníamos en casa una hermosa foto de todo el grupo ante San Pedro, pero no sé qué ha sido de ella.

    Sí me gustaría tener copia digital de la que dice de 1908, si me la puede hacer llegar.

    Muchísimas gracias, con afectuoso saludo.

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    1. ¡Cuánto me alegra su respuesta, Don Jesús! Muchísimas gracias.

      Le paso la foto digital a nuestra benjamina científica que seguro se la hará llegar, y, aunque tiene brillos, podrá usted comprobar si está también su abuelo en ella. Me encantaría.

      Ayer mandé al fotógrafo Gaizka Medina que haga una copia en papel “como Dios manda” (por usar una frase popular, dijo Carrillo cuando le pillaron en otra similar) de la foto en papel que yo tenía, pero no estará disponible antes del viernes. Si sale su abuelo en la foto, es para usted, conste, encontraré el modo de que la reciba. Es tanto lo que usted nos da…

      Un saludo, con mi aprecio y admiración.

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  9. Leerle es todo un placer, querido D. Belosti
    Un gran abrazo

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