El Caco de Bandinelli – Florencia |
Al
referir una simple ‘Aventura en Sierra Morena’ no era mi
intención relacionarla de manera subliminal con la situación general del país,
proyectando en derredor un panorama más negro que el que hay. Aparte de que
esto último es imposible.
Aquel mal encuentro puedo haber sucedido en cualquier otro sitio,
y no sólo en territorio nacional. Como pudo también no haber sucedido. No es la
primera vez que me roban, tampoco la primera que pierdo cosas, no de gran valor
material, aunque sí sentimental.
[Curiosamente, en esta malandanza – o ‘fortuna’, que diría mi
paisano Lope García de Salazar–, haré reír si digo que el objeto que más añoro
entre los perdidos son unas viejas tijeras de Solingen, compañeras a
todas partes desde mis once años, cuando mi madre me las puso en la maleta
camino del internado. Supongo que habrá chismes igualmente servibles para
mondarse uno las uñas y callosidades, aunque tampoco estoy cierto, pues nunca
hasta ahora he tenido ocasión de comprobarlo. Yo quería mucho a mis tijeras.]
Por eso, al agradecer la solidaridad que se me ha expresado,
invito a todo el que me lea a extender ese sentimiento a todo este país, con
esta marea ascendente de parados y desatendidos, que cualquier día puede
anegarnos a otros tantos más. Y eso sin aguardar al final de esta legislatura,
que es toda la preocupación de este gobierno y, a lo que parece, toda la
esperanza de la oposición para desbancarlo.
Si
algo está claro como el mediodía en este eclipse total es que, en una Unión más
monetaria que otra cosa, el dinero que se debe hay que devolverlo con los
intereses «usque ad novissimum quadrantem», hasta el último
maravedí. Así que sigan apretando, que mientras el enfermo no se les quede
entre las manos hay esperanza de que les viva hasta el siguiente ahogo. Y si al
final cabe alguna duda, será por dónde empezamos la dación en pago: si por el
Museo del Prado o por El Escorial.
¿Y dónde estará España entonces? ¿Se lo preguntamos a Artur Mas?
¿A Íñigo Urkullu? De esos ya se sabe la respuesta. Mejor preguntarlo al
Archipámpano de Andalucía, que siempre estará con nosotros, como acreedor
eterno de una deuda histórica imposible de cuadrar y saldar.
Ahora
parece que los alemanes mayormente ven a España, en el club de sus pigs, como país corrupto y poco
de fiar, atrasado y ocioso, con otras notas negativas que contrastan con su
opinión hace 20 años. Sin duda, desde lo de Zapatero nos miran en el espejo de
nuestra clase política.
Esto
en sí es normal, el empobrecimiento no genera estima. El peligro está en que
esa apreciación del socio nórdico más rico repercuta en rechazo xenófobo al
emigrante hispano, y en que los políticos de Europa la tomen como índice a la
hora de hablar de negocios con Rajoy.
Otro
efecto lamentable es la baja de autoestima, algo que pude comprobar muy
pronto en un Primark malagueño, donde entramos a reponer
algo de ropa, lo más indispensable. Era casi hora de cierre, con cierto revuelo
y mucho género por el suelo, donde no faltó algún mal ejemplo de rapiña. Malo
sobre todo por ser la protagonista una señora con niño de la mano y sin pinta
de miseria. Por lo demás, sólo alumna modosa del alcalde de Marinaleda,
pues si le hubiesen reclamado la prenda o su valor, seguro que la devuelve por
las buenas y sin pegarle a la cajera un meneo.
Una
golondrina no hace primavera en Málaga ni en parte alguna, pero primaveras de estas hacen sarpullido en la geografía nacional. Vergüenza de clase política
opulenta, autoprivilegiada. Y encima trincona.
Estimado profesor, no me atreví a comentar su aventura en Sierra Morena pues me dio muchísima pena. Soy un hombre fetichista, acaparo trastos y no tiro casi nada. Por eso comprendo y me duelo de la pérdida de las tijeras Solingen. Un objeto así no es que tenga un valor incalculable es que dejó de ser un objeto y se tornó fetiche. Le acompaño en su pérdida.
ResponderEliminarUn poco fetiche también, se lo reconozco, don Tumbaollas. Pero le protesto, mi fetichismo para con la tijera ha sido sólo platónico.
EliminarEstoy pensando en aquella viñeta mía (‘Prevaricar, divaricar’), donde ni por un momento se me ocurrió poner, en vez del compás, a la de Solingen abierta de patas.
Gracias, con unas lágrimas sobre su hombro amigo.
Querido Profesor Belosticalle
ResponderEliminarAnte todo : ¡¡¡ muchas gracias!!!
Como me solidaricé con usted en la entrada anterior, en esta he disfrutado mucho más con la anécdota de la señora con el niño. En Madrid antes había muchas mujeres pidiendo con niños, pero en cuanto se han dado cuenta de que la gente llamaba a los municipales y se llevaban al niño si persistían en usarlos como excusa o señuelo, dejaron la práctica. Lo que pasa es que aquí a ningún alcalde de ningún pueblo de la zona se le ocurriría asaltar un Mercadona, o ponerse a Okupar una finca con dueño. Y si se le ocurriera, le darían para el pelo, y los vecinos estarían de acuerdo.
Aquí en cambio, tenemos a Verstrynge asistiendo y apoyando los escraches- acosos...
Pero sobre la opinión de los alemanes : Ya sabe que mi marido es germanófilo, y que todos los martes, cuando bajo a Madrid, le compro el Spiegel. Pues bien, en esa revista, que refleja bastante bien el sentir de Alemania respecto del resto de Europa, nunca se meten contra España, y dicen, al contrario, que nosotros estamos mucho mejor que Francia, y, que la mayor parte de los otros países, incluida la propia Alemania. Y claro, después nos meten 4 goles al Barça y otros 4 al Madrid, para compensar.
¡Muchas gracias de nuevo!
Puede que piensen que estamos mejor que Francia. Hay un gran porcentaje de españoles que deben vivir tan de cine que están dispuestos a seguir apoyando a los mantenedores de 17 taifas, un lujo asiatico para quien nos mire, desde fuera, con total objetividad.
ResponderEliminarAunque su comentario responde a doña Viejecita, permítame terciar, querida Candela.
ResponderEliminarHabla usted de «17 taifas», y a mí me sale alguna más. Porque la Taifa Vasca en realidad vale por cuatro, ya que alberga también a los Tres Reyezuelos de las Territaifas Históricas, todos ellos con hacienda propia. Y los tres van de Reyes Magos, aunque sólo para lo que le cae en gracia a cada uno.
El más espléndido, el Rey Negro, Bildutasar, que acaba de regalar 600.000 euros a una ikastola privada en Cambó-les-Bains (Francia).
El Diputado General Martín Garitano lo justifica por la responsabilidad institucional para con el euskera, y obligada solidaridad con los oprimidos de Iparralde, por «todos los obstáculos que la Administración francesa pone a la normalización del euskera».
[Lo mismo pudo justificarlo porque ese colegio privado, ‘Xalbador’, está situado en la Avenida de España.]
«El convenio lo suscribieron Garitano y la presidenta de este centro educativo, Terexa Lekunberri. En el acto participaron asimismo Zigor Etxeburua, director de la Dirección de Euskera de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Koldo Tellitu, presidente de la Federación de Ikastolas, y Paxkal Indo, presidente de Seaska.»
Como se ve, no es gente lo que le falta a la mamandurria.
Y a todo esto, para una institución tan guipuzcoana como la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, ‘Dios la ampare’.
“Descubrir a estas alturas que don Mariano y su equipo no tienen mucha idea de cómo sacarnos del atolladero es un ejercicio de obviedad”.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. En su descargo debo decir que ninguno la tiene. Estoy leyendo un par de libros “Thinking fast and slow” de Daniel Kahneman y “El cisne negro” de Nassim Taleb que parecen coincidir en un punto: hay materias donde los especialistas saben muchísimo menos de lo que creen. Entre ellas están la política y la economía*. No es un gran consuelo, desde luego.
En cuanto a la situación de “la marca España”, este fin de semana en Sevilla tuve ocasión de escuchar a unos ingleses en la mesa vecina expresar su asombro ante la multitud de gente que poblaba los bares cuando el país, según ellos, está en bancarrota.
Saludos.
Bien, esta última anécdota podría anunciar que ya hemos salido de la crisis en la que todavía no hemos entrado.
ResponderEliminarEs de cajón que un país como España no aguanta la cifra oficial de parados, salvo en lo que respecta al tramo juvenil.
En dos o tres ciudades de Andalucía hemos conocido hoteles que ni se les ocurre hablar de factura, y lo mismo restaurantes y bares. No digo todos, porque tampoco visitamos tantos.
Así pues, nuestra muestra no ha sido significativa. Pero alguien tiene que haberlo curioseado, seguro que hay datos para muchos lugares, y hasta un perfil aproximado por provincias. Bien, ¿y qué? Sancionas y cierran, les cierras tú y aumentas el paro oficial.
El uróboro existe, amigo Navarth. Los zoólogos y fisiólogos se obstinan en negarlo, porque toda su ciencia no sabe explicar de qué vive ese bicho nada mitológico.
Con los economistas y políticos es igual: en cuanto topan con un economuróboro o un polituróboro sólo saben trazar lo que llaman curvas, que en realidad son conjuros.
Queriodo Profesor, cuando contó el suceso del robo yo no pude por menos que sentir una cierta responsabilidad objetiva, como si alguien tiene un traspié y cae en la puerta de mi casa sin culpa mía, me sentiría obligado a hacerle pasar y ofrecerle mi hospitalidad y algún remedio para sus dolores, pero en ningún caso le culparía de haberse caido a mi puerta y no en otro lugar. Espero que esta imagen sea explicativa de como sentí/comprendí su entrada.
ResponderEliminarSinvergüenzas andaluces, perversos bildutarras, laxistas políticos, dejadez, galbana, no hacer lo que hay que hacer y se puede hacer cuando es tiempo de hacerlo.
Con lo bien que se está en Santa Pola leyendo el Marca y comiendo en casa todos los días con las pantuflas puestas. Vaya Vd con Dios y tanta ventura halle como descanso deja Sr Rajoy y deje paso a los que sí quieren salvar a este país antaño llamado España.
Siempre he querido creer que los centroeuropeos deberían -y acaso lo hagan- entender que Alemania o Austria no serían lo que son -o lo que eran hasta la SGM- sin la participación de España en la historia de Europa (por no hablar de Bélgica), estos sentimientos populares que se adquieren en la infancia, que empapan la cultura popular de un país deben pesar lo suyo en esa visión de los españoles que tienen los alemanes, eso y la memoria que reste aún de los miles de trabajadores españoles que emigraron y formaron parte activa del "milagro alemán". Aclaro que digo esto como pura especulación intelectual sin base ninguna de conocimiento empírico. Si alguien conocedor de Alemania y los alemanes me lo quisiera aclarar se lo agrdecería mucho.
Yo he tenido clientes alemanes, y además de ser los más educados y respetuosos con el trabajo ajeno tengo la certeza de que valoraban muy positivamente el mío, así me lo hicieron ver en multitud de ocasiones cuando nada les obligaba a ello.
Gracias por su entrada y por permitirme divagar en esta su casa.