lunes, 25 de marzo de 2013

Dejémonos de nueces, que son calaveras




Pobres calaveras humanas,
aunque de tamaño natural.

Todas con su nombre y apellido: 857. Puede que más.

Son muchas calaveras. Demasiadas, si por ley de vida podrían estar entre nosotros. Disfrutando de ser ellos mismos, en vez de dar testimonio contra los que se lucran de tanto asesinato. Éstos a sus ‘nueces’, lastima de calaveras.

El día 20 pasado, la llamada ‘doctrina Parot’, en la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, quedaba vista para sentencia.
Sólo que la sentencia (inapelable) puede hacerse esperar. No días, ni semanas: hasta varios meses (según agencias de prensa). 
Esperemos, pues. Y que los meses sean menos de doce, porque de ahí arriba hablaríamos de año, o de años.
Con que meses, para una sentencia vista. Aun dejándolo en semanas, o en días, es de mal efecto. A los Altos Magistrados de Estrasburgo el tema no les pilla de nuevas. Ellos saben perfectamente de qué va la cosa.
Cualquier jurado de profanos, que se enteran del caso en la vista, no se concede tanto tiempo para pronunciarse.
Mis respetos y mejores deseos para un alto, Altísimo Tribunal, que por esta vez, inapelablemente, se retrata. 



4 comentarios:

  1. Querido Profesor Belosticalle

    Inapelable dice usted, y dice bien, pero ¿ Es de obligado cumplimiento ? ( ya sé que usted no dice que lo sea ). Tengo entendido que el TEDH no tiene poder para imponer sus sentencias, y que ya ha habido antecedentes de países, o gobiernos, serios, no de esos impresentables, que han ignorado sentencias suyas.

    A mí la "doctrina Parot" no me gusta, porque me parece un intento de arreglar, a la remanguillé, una ley que de entrada está mal hecha, al sumar las penas por distintos crímenes, y poner un tope máximo de pena, el mismo para una condena original a treinta años, que para una condena de doscientos y pico.
    Así que yo creo que habrá que arreglar la ley. Y, en cualquier caso, cuando hubiera delitos de sangre, vigilar a los que hubieran cumplido las penas impuestas, y salieran libres. Y vigilarlos de por vida...

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    1. Viejecita mía: será cosa de la edad, sintonizamos de maravilla.

      Ni usted ni yo necesitamos que ningún pomposo tribunal internacional nos dicte lo que es de sentido común.

      Y claro que la Parot es chapuza. Pero bendita chapuza, si cumple el axioma, error corrigitur ubi deprehenditur (error: aquí te pillo, aquí te mato).
      El error en la aplicación chapucera de beneficios penitenciarios se hizo clamoroso, y de ahí la chapuza Parot.

      Hágase una buena ley, justa y clara. Pero que los valedores de doña Inés del Río –tratada con todo mimo en prisión– nos salgan con que a esa convicta le vulneramos no sé qué derechos humanos, y hasta le debemos indemnizaciones, eso mueve a indignación o a risa, depende.

      ‘Tarifa plana’ para el delito: quien quiera que sea el autor de la expresión –Santiago González es candidato–, todo un hallazgo para el Derecho Penal.

      Personalmente, prefiero una Justicia todo lo mejorable que se quiera, pero que se agote en nuestro país y estado, donde los ciudadanos la juzguemos, sin necesidad de perdernos en una nebulosa jurídica internacional de la madre que la parió, y encima inapelable en ‘Derechos Humanos’, toma castaña.

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  2. Creo que todos somos conscientes de que, si la chapuza se corrige, todavía hay esperanza.

    En "meses" se puede instaurar la cadena perpetua, con lo que nos importaría bien poco la sentencia de Estrasburgo puesto que no afectaría al cumplimiento de esa pena para terroristas y asesinos psicópatas. En "meses" se puede ilegalizar a Bildu por apología del terrorismo, pero temo que no lo harán para, amparándose en la sentencia de Estrasburgo, declarar que hacer apología de unos santos mártires no constituye delito alguno.

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