Maquetada y a punto de colgar nueva entrada sobre el viaje a Palestina, lo dejo para mañana, ante el estupor de la noticia. Acabo de leer que, desde ayer sábado, 9 de mayo, la Cartera de Justicia de Israel es para Ayélet Shaked.
En realidad yo debo de ser uno de los pocos sorprendidos. El deseo optimista de una solución negociada para el conflicto me engaña infaliblemente.
Ayélet, o su variante Ayalah, que en hebreo significa cierva, gacela, corza y en general hembra de cérvido, es nombre de cariño. De mucho cariño. Es uno de los piropos que dedica Salomón en sus Proverbios (5: 19) a la esposa legítima: Ayeleth ’ahabim, «Cierva de amores», o queridísima cierva (con c). El otro piropo es llamarla Ya‘lat-hen, «cabra montés graciosa», disponible también para interpelar a una señorita. Que por supuesto, ella misma puede llamarse Ya‘lah, castellanizado Jaela.
Todo el mundo conoce una de las Siete Palabras de Cristo en la cruz. Aquello de, «¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?». Es el primer versículo del Salmo 22 hebreo (21 de la Vulgata). Lo que no todo el mundo sabe, o muchos no lo recuerdan, es la indicación musical que figura en el título del salmo, harto curiosa:
«Al director del coro: con la tonada de ‘La Cierva de la Aurora’».
Nada cuesta imaginar, en el lenguaje florido de los orientales de antes, que la tal cierva sería alguna Ayélet muy madrugadora. Y muy bella también, sí señor. Como lo es la Sra. Shaked, una belleza deslumbrante. Cosa por lo demás nada rara entre el derechío femenino del entorno del Primer Ministro Israelí Benjamín (Bibi) Netanyahu.
Por cierto, nada de chistes fáciles con el apellido. Shaked (acento tónico en la e) no es inglés, sino hebreo bíblico castizo, y significa Almendro/a, aunque también puede entenderse como persona tenaz, aplicada. Lo primero le va más con los ojos; esto segundo, con el corazón.
Pues ahí la tienen. Madrugadora, más bien que tierna, la flamante y flameante faz de la Justicia Israelita. De esas carambolas caen, cuando los gobiernos débiles tienen que mercadear con un partido minoritario que les regala el favor, a cambio de la cartera. Bueno, tres carteras, tratándose de un partido caro como ‘el Hogar Judío’ (Ha-Bayit ha-Yehudi), las tres importantes: educación para el jefe del partido, el religioso Neftalí Bennett –que ya ha sido ministro de Economía–, agricultura para Uri Ariel, y Justicia para la Shaked.
¿Carambola? Puede que con A. S. no sea el caso. Netanyahu la conoce y se entiende con ella perfectamente, pues por algo la eligió para jefa de personal de su gabinete y coordinadora del partido, cuando ella militaba en el Likud.
Dicen que a Bibi le han impuesto esta ministra, y que él pidió por lo menos recortarle atribuciones. No lo sé. Lo que todo el mundo sabe es que el hombre está muy bien dotado para las tablas. Donde tampoco ella es corta. Preguntada en una entrevista por la personalidad de su jefe, Ayélet ponía su mejor mirada cervuna al calificarle de «cruel, sí, muy cruel».
La cartera de Justicia de Israel es de las más importantes y muy disputada. Su titular preside el comité supervisor de nombramientos de jueces, que tanto tienen que ver allí con los palestinos y sus propiedades o tierras. De la misma depende también la fiscalía que defiende el derecho del Estado a decidir el estatuto y destino de territorios ocupados y ocupables, o a recortar las libertades de activistas palestinos reales, sospechosos o supuestos. Además, el cargo le otorga un asiento con voto en el importantísimo gabinete de Seguridad.
Pero es que, en el caso presente, el nombramiento es un nuevo paso firme hacia la negativa a todo entendimiento con los Palestinos. La nueva ministra es partidaria incondicional de una política de asentamientos irreversibles, y expresamente contraria a la existencia de Palestina como nación… salvo condiciones que hagan este supuesto inviable. Partidaria también de que el nacionalismo estatal judío tome fuerza de ley, a expensas de la democracia igualitaria moderna.
No es cosa de repetir lo que dicen las entradas wikipédicas sobre Ayélet Shaked (nacida Ben Shaul, 39 años, cumplidos el viernes pasado), casada con un piloto de combate y madre de dos hijos, ex ingeniera de alta tecnología en la ‘Texas’, militante de extrema derecha y muy militarista ella misma. Ambiciosa, reconoce que su meta no está por debajo de la Jefatura de Gobierno de Israel. Aunque milita codo con codo con la Ortodoxia, ella personalmente es laica y no se priva de conducir, ni de desgranar espigas (si le aprieta el hambre), en día de sábado.
El verano pasado, el Primer ministro turco Erdogan se refería a A. S. comparándola nada menos que con Hitler. La verdad es que la ya polémica dama levantó ampollas el 1 de julio, durante la campaña de Israel contra Gaza, colgando en su Facebook extractos de un artículo del periodista de extrema derecha y consejero político de Netanyahu, Uri Elitzur, fallecido hacía poco.
Coincidió que, el día siguiente de publicar aquello, extremistas israelitas raptaron al adolescente palestino Muhammad Abu Khdeyr y lo abrasaron vivo. Este crimen bárbaro, sin relación causal alguna con lo publicado, hizo más sensible, si ello cabía, lo intempestivo de estampar expresiones como estas:
«El pueblo palestino entero es el enemigo», al que hay que destruir, «incluídos sus ancianos y sus mujeres, sus ciudades y aldeas, su propiedad e infraestructura».
«Esta no es una guerra contra el terror, ni una guerra contra extremistas, ni siquiera una guerra contra la Autoridad Palestina. Es una guerra entre dos pueblos, esta es la realidad. ¿Quién es el enemigo? El pueblo palestino. ¿Por qué? Pregúntenlo a ellos, ellos empezaron.»
Ante las protestas y las críticas, A. S. retiró el texto, no sin antes protestar ella que lectores predispuestos y desconocedores del hebreo distorsionaban las frases sacandolas de contexto (!). Todavía una semana antes había vuelto a copiar esta otra cita de su admirado Elitzur:
«Detrás de cada terrorista están docenas de hombres y mujeres, sin los cuales aquél no podría embarcarse en el terrorismo. Todos ellos son combatientes enemigos, cuya sangre caerá sobre todas sus cabezas. Ahora eso incluye también a las madres de los mártires, que con besos y flores los envían al infierno. Deberían seguir a sus hijos, nada sería más justo. Deberían ir tras de ellos, igual que los hogares físicos que criaron a las serpientes. Si no, más crías de serpiente nacerán allí.»
Pues sí. El nombramiento de Ayéleth Shaked no ha debido sorprenderme, ya no me sorprende. Creo que, sin confesarlo, sin darme yo mismo cuenta, hasta me esperaba algo así. Después de todo, Netanyahu repitió jefatura bajo promesa de abortar el posible nacimiento de un Estado Palestino.
No puede, o mejor, no debería extrañarme, que en la puerta del Infierno de Mahmud Abbas haya algún póster de la Shaked mirándole fijamente a los ojos, debajo de aquel letrero: Lasciate ogni speranza.
En Mondoweiss, traducción inglesa del texto hebreo publicado y luego borrado por A. S. en Facebook (cortesía de Dena Shunra).
Crédito de foto de A. S.: Wikipedia.
Bonita entrada...como la aurora. :-)
ResponderEliminarCon una o dos dos ciervas o gacelas(צְבִיָּה) tseebeeya (y olé) se representa a Venus,phosphorus y espherus, la que trae la Luz y la vida, Venus, la gacela que precede haciendo salir al sol de la oscuridad tras ella y cabalga con el hasta ser atrapada de nuevo por la noche. (Ciclo de Venus)
Sin demasiada imaginación y sin descubrir nada nuevo, el artista supuso un lenguaje universal el ver representado el Sol como la cabeza del león y la noche como una serpiente que tiene la misma forma que la constelación nocturna Leo, con forma de cola del animal, podemos ver la "Quimera" que es el ciclo vital, aunque alguno quiera ver monstruos, y a un artista malgastando su arte representando "aberraciones"?:
http://farm3.static.flickr.com/2056/1570712145_ccc610e369_o.jpg
Cabeza y cola Head and Tail Aleph y Tav ...AyT , Ayet... ayelet
Aunque haya quien vea que el que portaba al Sol era la gacela.
http://www.gutenberg.org/files/19400/19400-h/images/136.jpg
Bonito piropo el de la luz de la aurora
Saludos
Yo Claudio
Esa chica parece bastante terrible, pero ¡ Qué bárbara, como es de guapa !
ResponderEliminarPara que luego digan que la cara es el reflejo del alma.
ResponderEliminarUn abrazo, Don Belosti