lunes, 24 de octubre de 2011

”Primero la verdad que la paz”



Vuelvo a Salamanca, y mi primer impulso me lleva a visitar la Casa-Museo de Unamuno. En la fachada, con un Víctor pintado, esta dedicatoria:
   
    
¿Es buena esa divisa? Pero ante todo, ¿qué significa?
El propio Unamuno lo explicó más de una vez:

«Mi divisa es: veritas prius pace, primero la verdad que la paz. Es mejor verdad con guerra que mentira con paz. Y, aquí por lo menos, los conservadores nos traen la paz de la mentira[1]

Aquella divisa quedó enmarcada el mismo año en el brevísimo ensayo De la correspondencia de un luchador (1909), incluido en ‘Mi religión’ y otros ensayos breves (1910). El ‘luchador’ era el propio don Miguel en su época de ‘agonismo’, tras la crisis religiosa que tuvo desde 1897. Esta vez decía:

«No me prediques la paz, que la tengo miedo. La paz es la sumisión y la mentira. Ya conoces mi divisa: primero la verdad que la paz. Antes quiero verdad en guerra que no mentira en paz.»[2]

Es aventurado trasponer una paradoja interiorista y casi teológica a una situación política laica, como la generada esta semana última con la Declaración de Ayete y el Comunicado de ETA sobre el cese definitivo de su lucha armada. Hay, sin embargo, entre las dos un aire de familia y una semejanza, en lo que tienen de psicodrama, histrionismo y teatro. Porque don Miguel tuvo toda la vida sus ribetes de histrión [3]. Y el engolamiento histriónico para lo solemne es otra seña de la identidad neovasca nacionalista.
Fuera de eso, la divisa viene como de encargo.
‘Primero’  y ‘antes’ son adverbios de orden, con sentido de prioridad en el tiempo, el espacio o, en este caso, la preferencia. Sólo en casos extremos puede implicar disyuntiva o alternativa, como en «antes  muerto que vencido»[4].
La expresión «verdad antes que paz» no debería llevar los sustantivos con mayúscula, porque no se trata de la Verdad ni de la Paz abstractas o absolutas; tan absolutas, que cada cual tiene la suya, y tan abstractas que en lo práctico sólo sirven para inscripciones.
Lo que queremos realmente es ambas cosas a la vez, adjetivándose mutuamente: paz verdadera y verdad pacífica. «La verdad y paz se besan» (Salmo 84/85: 11). Siempre con la verdad por delante, porque sin verdad no puede haber paz, sólo chapuza. 
Si el terrorismo se disfraza de ‘enfrentamiento armado’, si se habla de conflicto donde no lo hay, si se equiparan delincuentes y policías, víctimas inocentes y malhechores perseguidos y condenados por la justicia…, entonces no hay verdad, y cualquier apaño que resulte no merece el nombre de paz. El que pique en la feria del “todos ganan” hace mal negocio.

Votantes de diseño y habas contadas
Mucho se ha comentado la clarividencia del etarra ‘Antza’ en sus pronósticos de 2004, sobre resultados electorales de la Izquierda Abertzale a ocho años vista (2004-2012):

«Para las autonómicas de 2005, 'Mikel Antza' previó el logro de 150.000 votos y hay que decir que sacó un pleno al quince porque con la lista pantalla de EHAK obtuvieron 150.188 sufragios. Para las municipales de 2011, el jefe etarra dejó escrito que Batasuna sacaría 300.000 votos. El día 22 se verá si acierta.» [5]

Esta vez ‘Antza’ no acertó: se quedó algo corto, sin duda por computar sólo a los suyos, sin tener en cuenta los votos prestados.
¿Adivino? ¿profeta? ¿zahorí? Dejémoslo en contable. Se limitaba a echar cuentas, como cualquiera puede hacerlo.
No hay más que partir de la fecha en que la CAV asume la competencia de educación (1980). El nacionalismo radical siempre tuvo claro que la escuela en sus manos era una fábrica segura de votantes, y con entrega ejemplar fueron colocando a gente suya en toda la escala educativa, desde la guardería a la universidad. Tanto el PNV como su socio el PSEE les dejaron las manos demasiado libres; más aún, financiaron su penetración en tromba en Navarra y el País Vasco Francés. En este último, es bien sabido que algunos etarras capturados cubrían las apariencias como profesores de ikastola, pagados desde aquí con nuestro dinero.
En 1993-94, la primera hornada de currículo escolar completo accedía al voto, y muchos de ellos encontraban trabajo en la enseñanza, más y más radical. Así no parece difícil sacar las cuentas de los votantes previstos para la causa en 2011 o 2013. Yo no me voy a molestar en ello.
Eso de que «se abre un nuevo ciclo», que suena como a frase hecha,  es rigurosamente correcto si se refiere al ciclo escolar. Año tras año, la ikastola-ferrería  ha ido produciendo colada radical, y ya hay masa crítica de votantes para tener hasta grupo propio en las Cortes Generales de España. Si ahora cambiamos la metáfora fabril por la frutícola, la izquierda radical no va a compartir nueces con nadie, las quiera todas para sí, que su astucia y esfuerzo le han costado.

¿ETA, para qué?
En diciembre de 2010, el ex dirigente de ETA Eugenio Etxebeste (‘Antxon’) aseguraba que «la lucha armada ha tocado techo», y no por haber fracasado, sino porque «ha aportado todo lo que tenía que aportar en un momento determinado».
Cincuenta años casi de esa ‘lucha’, se nos antoja un ‘momento’ algo largo, y de su ‘aportación’ nada se nos alcanza que no sea malo sin paliativos.  Ellos lo ven todo de otro modo, y otros nacionalistas en parte también. Y aunque el brazo político, Batasuna, no para de pintar escenarios con mesas de diálogo y se transmuta en siglas y conglomerados, el hecho es que no ceden un ápice en sus planteamientos. Stat crux dum volvitur orbis. Ya puede dar vueltas el mundo, ETA/Batasuna sigue con su bandera de marxismo-leninismo a implantar en una Euskal Herria liberada y liderada por ellos. Ahí está su tendón de Aquiles.
El Jano bifronte ETA/Batasuna, como tantos otros grupos terroristas en declive, venden a los suyos la cesantía armada como ‘victoria’. Si el Gobierno central y el autonómico se coordinan para ponérselo más fácil, lo lógico es que ellos mismos se tomen en serio. ETA hace como que pasa a segundo plano, pero no se disuelve. Cualquier paso en falso de los poderes del Estado puede ser denunciado ahora por ellos ante la opinión internacional como ruptura de compromisos y legitimación del retorno a las armas. ETA desde la sombra nos seguirá tutelando a su modo, y cuidado con ellos, porque la naturaleza de la víbora es picar.
No es bueno subestimar la inteligencia del adversario. En la izquierda abertzale hay mucha masa fanática, pero también mucha disciplina, y sobre todo una élite directiva muy motivada y capaz. Se han equivocado como cualquiera, pero siempre han sabido rectificar a tiempo y tomar la delantera, marcando tiempos y objetivos. Últimamente han demostrado que hasta saben anudarse una corbata.
Frente a ellos, una democracia dividida y miope. Para colmo, dos legislaturas seguidas deplorables, con este final de entreguismo bochornoso; y ellos en las instituciones por muchos años, cabe suponer.
De momento están actuando con contención inteligente, sobre todo allí donde gobiernan. Tal vez su peor enemigo sea su misma ideología y talante totalitario en un cóctel con el éxito político, chi lo sa.
Pero nadie se engañe. Como decía Unamuno en el ensayo citado, referido igualmente a la religión, pero válido en política:  «Nada más triste que entercarse en vivir de ilusiones, a conciencia de que lo son».
Y aun sin esa conciencia, Maestro.
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[1] Carta a los Redactores de ‘La Organización’, periódico de Medellín (Colombia), fechada en 1 de enero 1909. En: M. de Unamuno, Epistolario americano: 1890-1936. Ed. de Laureano Robles,  Univ. de Salamanca, 1996. Nº 155,  pág. 315.
[2] Unamuno. Obras completas, IX. Edic. Ricardo Senabre. Fundac. José Antonio de Castro. Madrid, 2008.  ‘Mi religión’… pp. 49 ss. (De la correspondencia…, pp. 64-68).
[3] «Se puede decir, aunque sea con muchas salvedades, que Unamuno, con todas sus penas, tuvo mucho de farsante, de histrión. Hacía a veces para el público, y aun para sí mismo, el “papel” de Unamuno. Un papel que no era en él siempre tan sólo ese ‘representar” que es en cualquiera inevitable al tratar de expresarse. Unamuno muchas veces exageraba y dramatizaba su dolor. Y hablaba de él cuando ya no lo sentía, o era éste sólo un reflejo; aunque a menudo encontrase entonces nuevo dolor y una renovada angustia al darse cuenta de que estaba haciendo “novela”, literatura, de su tragedia verdadera.» (Antonio Sánchez Barbudo, en Unamuno: Del sentimiento trágico de la vida; La agonía del cristianismo. AKAL, 1983, Introducción, pág. 29)
 [4] Aun en éstos, la Academia sólo habla de ‘preferencia’, no de disyuntiva (s. v. antes,3).
         [5] Florencio Domínguez, Los 300.000 de ‘Mikel Antza’’.



16 comentarios:

  1. Extraordinario artículo, Don Belosti. Y qué genial y oportuna divisa para los tiempos que más que correr, nos van a sobrevolar: veritas prius pace.

    Enhorabuena. Intentaré transmitirlo con mis humildes medios por toda la red.

    Un abrazo, magister.

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  2. Gracias don Belos. Gratitud por su esfuerzo de verdad antes que paz.
    Pero no se trata, claro que no, de una disyuntiva, sino de la exigencia de paz verdadera, que es la que se asienta en la justicia, que es otro nombre de la verdad.
    La verdad os hará libres. También pacíficos, pues no hay libertad sujetos a violencia. Pero, ya sabe: vivimos en tiempos revueltos desde que las masas entronizaron a un adolescente para que hiciese la revolución más destructiva y pusiese los conceptos y los valores patas arriba, al revés.
    'las palabras al servicio de la política', y así el resto.
    Son las mismas masas y los mismos políticos que tendrían que hacer el esfuerzo de enderezar la Historia desde el actual extravío en el que millones parecen sentirse tan bien, moralmente bien. ¿No es ese el significado de las lágrimas de dicha que se derraman sobre nosotros?
    Se exhiben porque tienen un auditorio receptivo.

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  3. «La justicia, que es otro nombre de la verdad».

    Exacto, Carlota. La cita bíblica del salmo dice en hebreo tsedeq, que significa ambas cosas, justicia y verdad; y la Vulgata traduce: «Iustitia et pax osculatae sunt».
    Tsadîq es el hombre justo y honrado, pero al mismo tiempo el que tiene razón, porque va con la verdad por delante.
    Después de dudar, he traducido por ‘verdad’, para hacer juego con la ‘paz’ de la divisa unamuniana. Pero ‘justicia’ es aquí más canónico.

    Don Uno, un abrazo y gracias por difundir estos pensamientos.

    Don Luigi, a que le riño… ¡Qué verdad!

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  4. Querido Belosticalle: Me ha parecido ver un salmo atizando un elegante capirotazo a una valiente divisa, y lo he disfrutado mucho (¡la lírica adelantando en los marcadores!). Pero mirando de frente la sombría caligo futuri que vislumbra, estoy convencida de "que su peor enemigo es su misma ideología y talante totalitario en un cóctel con el éxito político". (Eso, y depositar algunas esperanzas en el fracaso escolar, que no falla).

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  5. Y ha visto bien, Elefante de Guerra.

    (((¿Me habrá calado que no soy unamuniano perdido?)))

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  6. ETA siempre ha clavado el resultado porque siempre ha sido el suyo, el auténtico, los otros no son sino las malas cuentas de un puñado de innumerables cretinos, entre los que me cuento, en la indolente pirueta de buscarnos lejos de la única responsabilidad que de verdad nos atañe y a que nos obliga nuestra cacareada condición de demócratas, combatirla allí donde este y con quién este.
    La escolta ahora el gobierno, que eso no nos detenga…
    Por lo demás, decirle sólo que esta paz no puede ser jamás pareja de la verdad por la sencilla razón de que es una enorme mentira que oculta una gran verdad, la de la nuestra amarga derrota. Y en materia de ideas jamás el contenido puede ser a su vez el continente. En lo que concierne al granito sí, es más cabe la posibilidad de que sea en un arranque de fúnebre ingenio lápida, y entonces qué, sólo el olvido y el silencio, quizá en el huerto de alguien de buen corazón un plácido sendero de hiedra, o un poético ramalazo color buganvilla.
    De ese resultado hablo en mi humilde blog “la leva del idiota” con palabras más sentidas que inteligentes.
    Espléndida entrada.
    Reciba un fraternal abrazo.

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  7. Quienes son los conservadores que nos traen la paz de la mentira??

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  8. “¿Quiénes son los conservadores que nos traen la paz de la mentira?”

    Respóndase usted a sí mismo, estimado Anónimo.

    Ya contaba yo con la pregunta, y para soslayar un tema tan enojoso como es definir lo ‘conservador’ hasta pensé recortar la cita. Pero me pareció más correcto poner la frase entera.

    Para nuestro caso, si Unamuno llama ‘conservadores’ a quienes supeditan verdad a paz, los que venden paz de humo, paz mentirosa, ahí me caben lo mismo los mediadores internacionales, quienes les han contratado y quienes aceptan el trato.
    ‘Conservador’ no tiene aquí marchamo político, sino ideológico. Tómelo usted como sinónimo de ‘conformista’, como el que dice: “Bueno, lo esencial es que ETA no siga matando, extorsionando, molestando”. Frente a eso está todo el que piensa que sobre cimientos falsos no se puede edificar una paz digna de ese nombre.

    Podría explayarme algo más, pero usted sabrá suplirlo. Además, escribo en el autobús, que está dando muchos botes.

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  9. Seguro que usted no pudo imaginar cuando inició la redacción de esta entrada que, cuando la leyera, una asturiana iba a enviarle bendiciones (y besos y abrazos, eso sí muy respetuosos), por hendir con la luz de la clarividencia las nieblas de su pésima memoria. Le aclaro:

    Me he ofrecido a hacer de guía a unas eminencias científicas en fechas próximas y tiene una importancia especial que haga un trabajo excelente. Estoy preparada para aburrir a las piedras, si es necesario, mostrando un eje que apenas llega a doscientos metros; pero tenía una laguna que me martiriza hace tiempo.

    En la plaza del Ayuntamiento de Oviedo está la Iglesia de San Isidoro, que perteneció al complejo del colegio de los Jesuitas en su momento. Campea en el flanco derecho de su fachada (izquierdo al situarse frente a ella) un símbolo y un nombre. El símbolo me resultaba muy familiar; pero no lograba identificarlo. Usted me aclaró el enigma: es un víctor pintado en rojo. ¡Dios le bendiga!

    Verdad y paz... Yo creo que son inseparables. Sólo cuando se enfrenta la verdad, se asimila, por dolorosa que sea, se alcanza la auténtica paz. La paz requiere un orden interior, una visión clara, certera, de las circunstancias. La mentira, aunque se intente ignorarla, crea desasosiego y temor.

    Todo lo que expone en su entrada ha sido fuente de preocupación y temor para mí estas semanas. Nos esperan tiempos duros; pero hay una realidad testaruda en los ciclos vitales de las sociedades. Evolucionan de forma inevitable y la naturaleza del hombre le lleva a sacudirse los yugos en cuanto se le da ocasión.

    Un día, discutiendo con un querido amigo, Antonio Beristain, el problema vasco, le comenté que, desde mi punto de vista, el gran problema es la falta de cultura. La presencia de la Universidad en el País Vasco es muy reciente y se ha implantado en tiempos aciagos. Los vascos no están impregnados de la mentalidad crítica del humanismo que fue la señal de identidad de la Universidad hasta el último cuarto del siglo XX. Antonio me dio la razón, esa era una de las bazas más importantes de los nacionalistas.

    Parecía un problema irresoluble en aquel momento; pero ahora existe Internet, un medio que ofrece pone al alcance de todos mucha información, mucho debate, mucha documentación y esa es la pica en Flandes que puede herir de muerte el control que ejercen los nacionalistas con su estructura férrea de intoxicación y control.

    Me ha encantado su entrada. ¿Se nota?

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  10. Maestro, me interesa su visión de la ignorancia que están induciendo en las jóvenes generaciones esos lavadores de cerebros a los que usted se refiere con tanta sabiduría.
    Hay un asunto que me gustaría someter a su consideración:
    El "pueblo vasco", ese concepto que tan bien habría podido analizar Victor Klemperer, está integrado en la Unión Europea desde hace más de veinticinco años, a través de lo que esos supuestos pedagogos llaman el Estado español.
    Si triunfaran las propuestas secesionistas de esa gente, el territorio segregado debería salir de la Unión, con todos sus habitantes. Es un tema poco estudiado, pero hay un precedente antiguo: Argelia, que según el Conseil d'État francés era "territorio metropolitano" de la República Francesa hasta 1962, dejó de pertenecer a las Comunidades europeas al llegar su independencia. Hay quien dice que aquello era Africa, y que las Comunidades autónomas vasca y catalana están en Europa, pero también están en ella Andorra, Serbia y Albania...
    Creo que convendría prestarle un poco de atención a estas cuestiones.
    Mientras tanto, ¿qué piensa usted de la contradicción entre el deseo de esos nacionalistas de levantar una frontera alrededor del País Vasco y el hecho histórico de que llevan ya más de veinte años metidos en el espacio sin fronteras de Schengen?


    Me encantaría leerle sobre eso.

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  11. Se nota, amiga Carmen, se nota.

    Yo también participo de sus temores, sin ser tan optimista. En Bilbao existe la Universidad de Deusto, ya centenaria, y con decir que de ella nos salió un Arzallus es más que bastante.

    La otra universidad –que, curiosamente, el nacionalismo moderado no quiso hacer suya– ha sido fácil conquista para gente más radical. En Ciencias no se mete tanto ruido, porque el lenguaje, método y materia científica son como son, a diferencia de otras facultades como Información, Sociales etc.

    Ya digo que el nacionalismo más radical, en sus niveles altos, cuenta con muy buenas cabezas. El primero de lista y futuro diputado de Bildu por Vizcaya es una de ellas, un científico sólido, y no es ninguna excepción.

    Los niveles educativos inferiores son más preocupantes. Ahí sí que se adoctrina a caño libre, desde las guarderías. Ahí empieza la cadena de producción de 'votantes de diseño'.

    De acuerdo con Ud. en algo positivo: la relativa capacidad de recuperación de la mente juvenil, como la de las lagunas y corrientes naturales sometidas a cierta agresión. Mi generación se educó bajo un Movimiento Nacional muy agresivo en sus comienzos; y ya ve, lo único que nos queda a muchos de aquello es preguntarnos ahora si estos nacionalistas radicales son igual de totalitarios o más.

    En efecto, el educando no asimila todo lo que le embuten. Pero hay una diferencia entre el hoy y el ayer, con ventaja para el ayer: la familia, que antes podía ser muy crítica y hasta enemiga del régimen. Aquí ahora muchos padres se han educado en el nacionalismo, y los que no, ni se enteran de lo que aprenden sus hijos en vascuence –tampoco es que les preocupe gran cosa, todo sea dicho.

    Ahora bien, si la única esperanza es el pasotismo de la juventud, adios humanismo.

    Un abrazo.

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  12. Sr. Valverde, debo advertirle amistosamente que términos como ‘magisterio’, ‘clarividencia’ y demás familia semántica, aplicados al ‘sabio Belosticalle’, son de uso restringido al personal registrado en el rol de don Santiago González y su Blog, donde se usan con bonhomía y chunga marinera.
    Si yo pensara que alguien los toma en serio lo sentiría, por mí más que por él, pues algo debo de estar haciendo mal para que mis borrones pasen por lecciones magistrales.

    Entrando en materia:

    Yo no veo que el independentismo vasco o catalán repare en esas barras de salir y reentrar en espacios europeos. En términos escolásticos, primum esse, postea quid esse, denique tale quid esse: ‘primero ser, luego ser qué, por último ser tal qué’.

    Cualquier proyecto independentista, como cualquier feto a término, tiene como objetivo inmediato salir de madre y romper el cordón umbilical. Luego ya se verá. Los partidos independentistas ponen más énfasis en su papel de parteros que en el de amas de cría. Lo cual no quiere decir que no hayan echado sus cuentas de la lechera para luego; un luego a verlas venir.

    Dejando para expertos internacionalistas la cuestión de esos ‘espacios europeos’, lo inmediato es saber si hay feto viable o un aborto a la vista. Y ahí es donde prima nuestro ‘espacio interior’: territorialidad; territorios históricos; economía; libertades; disidencia, refugiados y apátridas (¿por qué no?); fronteras…

    Una cosa es el diseño propagandístico del nacionalismo (el radical o el otro) a la conquista del poder, otra la realidad, que algo tendrá que decir, supongo. Y a lo mejor el realismo enfría la prisa, porque las cuentas todavía no salen y, después de todo, tampoco se vive tan mal dando patadas en el vientre materno.

    Para mí lo más pasmoso es estar escribiendo estos comentarios sobre un parto que venía para largo, y que sea el Presidente del Gobierno de España la persona que más ha hecho por acelerarlo.

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  13. De acuerdo con la mayoría de las aportaciones. Sí hay que decir que los "hijos de las tinieblas" son más astutos que "los hijos de la luz". Tienen a su alcance más medios, sin pararse en moralidades. En eso son ejemplares: luchadores, desvergonzados, originales en sus iniciativas, constantes, malvados... Todo eso les ha dado alas porque "han sudado su asquerosa camiseta" más que otros. Algunos lo único que hemos hecho es contemplar cómo masacran, material y moralmente, todo lo que no encaja en su pequeño cerebro. También hemos escuchado y protestado a nivel privado. Nos hemos revuelto contra sus crímenes, pero siempre con discreción... A la larga, ellos tienen la fuerza, que no la razón, pero se imponen y matan. El resto no hemos tenido coraje para unificar fuerzas e imponer la razón antes que la fuerza. Ha sido una pena, pero en toda su maldad son "admirablemente miserables" y no han parado. Los demás hemos hecho poco, salvadas las excepciones de las víctimas que han demostrado altura moral y sentido de la justicia para no usar las mismas armas de esos miserables.

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  14. Maestro, hace años que sigo el blog de la Argos, aunque intervengo poco, de modo que me siento autorizado a dirigirme a usted así.

    Estoy de acuerdo con usted y también creo que es inútil debatir con nacionalistas, para quienes la realidad es un mero estorbo en la búsqueda de sus mitos.

    Lo que me parece conveniente, en cambio, es que la cuestión del espacio sin fronteras que representa la UE llegue a la gente de la calle.

    Que los habitantes del Goyerri, por ejemplo, se enteren de que, si levantan la frontera que sus elegidos parecen desear, se pueden quedar en la misma situación que los serbios, los turcos o los albaneses...

    Quizá algunos acabarían pensándose un poco más a quién van a votar la próxima vez.

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  15. Disculpe mi despiste, don Íñigo.

    No, si tiene usted razón. Es una autoexclusión que debería preocupar-les/nos. Aunque supongo argumentarán que lo tienen previsto, y en un pispás ya está de nuevo Euskal Herria en la UE y el espacio de Schengen.
    Yendo de demócratas y víctimas, de la mano de valedores internacionales, quién sabe, hasta puede que ni tengamos que llamar, y sea Europa quien suplique nuestra compañía.

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