He aquí una noticia para que rabiemos los enemigos seculares del euskera. El Servicio Vasco de Salud, Osakidetza, a todos los bebés “nacidos en su red” (sic) les receta gratis un libro-CD con nanas, canciones, juegos infantiles, cuentos y poesías; todo ello en vascuence, y sólo en vascuence.
¿Y qué hace un recién nacido con esa joya en el paritorio? Calma: los papis, por su parte, recibirán material didáctico e instrucciones de uso sobre «la importancia de trabajar las lecturas y canciones en euskera desde el instante mismo del nacimiento del bebé». ¿Entendido ahora?
Al enemigo secular y acérrimo del euskera le viene de inmediato al pensamiento y a la boca una palabra: melonada. Aunque luego lo piensa más a fondo y entiende que, sin dejar de ser en efecto una ‘melonada de libro’ (en el doble sentido de la expresión), entra perfectamente en el esquema de la política lingüística vasca: bilingüismo de pomada, y pasta gansa para euscaldunas y construcción nacional.
¿A quién se le ha ocurrido la parida, dicho en término de paritorio? Busquemos la respuesta en la dirección del cui prodest. El beneficiario inmediato de los dineros que vale la idea –tasada en 147.162 €– es Galtzagorri, compañía guipuzcoana promotora de literatura infantil y juvenil en euskera.
Nada tiene de malo llamar a la puerta de la Administración ofreciendo ideas a cambio de subvenciones. “Mayor pecado tiene” –es un decir– el responsable de los fondos públicos, si los malgasta. Esta vez, la ocurrencia ha tenido un padrino y madrina en las personas del Consejero de Sanidad y la Consejera de Cultura del Gobierno Vasco. Ellos han presentado lo que llaman algo pomposamente ‘programa’, con el título Bularretik mintzora (‘Del pecho al habla’).
Este título precisamente, gráfico y provocativo, es lo que más nos da dentera a los enemigos seculares acérrimos y viscerales del euskera. Cualquiera entiende que se trata de una inocentada metafórica y hasta si se quiere poética; cualquiera, menos nosotros. A nosotros sencillamente nos parece una tomadura de pelo, sin mayor efecto que encauzar gasto, hacer como que se euscalduniza, pero y sobre todo, hacernos rechinar de dientes a los enemigos seculares acérrimo-viscerales irreducibles de una lengua que, en nuestro odio vatiniano, llamamos ‘vascuence’. Por lo demás, perder el tiempo y el... euskera.
En principio, el regalo es para todos los nacidos “en la red de Osakidetza”. Esta expresión adquiera grafismo especial, cuando venir al mundo en Euskadi es como entrar en una almadraba donde (¡tranquilo, neonato, tranquilo!) no te van a escabechar en sentido literal, aunque sí figurado. Porque sin tú comerlo ni beberlo, te van a marinar en una salsa lingüística, donde «desde el instante mismo de tu nacimiento» te vayas euscaldunizando.
Pero vamos a ver, ¿de veras creen los padrinos del invento que su CD-ROM obra ese milagro?
Doña Blanca Urgell es filóloga vasca, personalidad sin reproche para el nacionalismo, a la que precisamente por eso los socialistas han metido en el gobierno, para que les haga los deberes del euskera. A doña Blanca ya me he referido varias veces, siempre con respeto en la crítica, y con mayor comprensión desde su nombramiento para el cargo. No estoy con ella en casi nada, y menos en fantasías como la presente, o en su apostolado euscalduna transpirenaico, siempre con dinero público. Pero la verdad, tampoco me conviene propasarme, ahora que yo también tengo un par de ideas para venderle, en cuanto se me ponga a tiro. Así que prefiero apuntar hacia el sanitario.
El Dr. Rafael Bengoa es gran persona y médico, saludado como padre, o uno de los padres de Osakidetza. Este Servicio sólo puede interesarnos aquí bajo el aspecto que nos ocupa: el vascuence y la euscaldunización. Las críticas son de dominio público, sobre exigencia de perfil lingüístico, premio excesivo a la lengua sobre la ciencia y praxis médica, oposiciones trucadas etc. etc. No entro en ello.
Eso sí, como visitante de enfermos y como paciente, veo descabellado el montaje seudo euscalduna en espacios donde sólo las paredes y suelos ‘hablan’ la lengua propia, y eventualmente algún megáfono apostrofa en ella a un público sordo, distraído con otras preocupaciones que la de aprenderla o practicarla. Nos pasa a casi todos los enemigos seculares etc. del vascuence, que no alcanzamos a entender que la euscaldunización es una prioridad nacional, incluso con menosprecio a las personas y peligro de las vidas, especialmente en “redes” como la de la salud pública para mayores; y no digamos la red viaria, donde la siniestralidad lingüística es secreto de estado, inaccesible a las estadísticas.
Pues bien, al Dr. Bengoa yo le preguntaría dos cosas: si el medio aplicado tiene alguna eficacia para euscaldunizar al bebé; y segundo, en caso afirmativo, si le parece ético, en los nacidos de padres no euscaldunas, el experimento de suplantarles la lengua materna genuina por un sucedáneo de grabaciones, un ‘vascuence maternizado’. Esta pregunta sobre ética al Dr. Bengoa, médico y a la vez consejero, toca dos ámbitos: el deontológico profesional y el político.
1. No hablo de estética, del mundo sensible asociado a la maternidad y paternidad, al abrirse a la vida y todo eso. Hablo de fisiología del aprendizaje, y pregunto, no si el Dr. Bengoa cree, sino si sabe con base científica cierta que el recién nacido y el bebé cobaya, a la vez que se aficiona al vascuence, todavía discierne lo genuino de lo impostado; si sigue reconociendo y recibiendo la impronta materna natural, o si por el contrario, el trampantojo le engaña. A menos, claro, que esto sea lo que se busca con el experimento.
2a. De ser así, y producirse suplantación de impronta, o peligro de ella, ¿tiene alguna justificación deontológica? ¿algún sentido ‘médico’? ¿para ‘curar’ exactamente qué? A menos, claro, que el castellanismo primario en este país se considere enfermedad o defecto.
2b. En la vertiente política, me pregunto y pregunto al Consejero Dr. Bengoa si estas prácticas de ‘adoctrinamiento’ y ‘aclimatación’ no tienen ellas mismas cierta impronta y parecido con otros experimentos de gobiernos totalitarios, o también de aculturación en épocas pasadas. ¿Qué derecho tiene una Consejería, un Gobierno, un Estado, a invadir esa área, al parecer crítica, de la intimidad personal-individual indenfensa? ¿Qué ‘beneficio’ cabe esperar, aparte de una asimilación probablemente irreversible? Que, por otra parte, coincidiría con el desiderátum del nacionalismo, algo no muy propio de un gobierno socialista. A menos, claro, que este gobierno mimetice al nacionalismo.
El poder de la imaginación
El tópico de las improntas o impresiones genésicas es viejísimo y pintoresco. Los antiguos especularon mucho sobre aspectos fisiológicos y psicológicos de la concepción, gestación y crianza, en que las alteraciones maternas modificaban caracteres de la criatura. Dejando de lado los influjos astrales, la postura parental en el coito, las fantasías, emociones, sensaciones, todo podía tener efecto para bien o para mal. El lecho de la gestante se adornaba de imágenes supuestamente hermosas de angelotes, con otras imágenes placenteras o santas. Los antojos maternos, ya se sabe, dejaban marcas indelebles, etc., etc. No tengo aquí a mano los textos de autores renacentistas que, como Montaigne o su primo carnal el jesuita Martín del Río, recogieron ejemplos y reflexiones sobre esas capas misteriosas del yo, la génesis de las señas de identidad.
También la dietética. La leche mamada. Leche materna, leche de nodriza (nutritia). Luego vino la famosa ‘leche maternizada’ –mejor que la materna, según los prospectos de época–. Y ahora que nos reímos de tanta antigualla, ahora nos viene el Dr. Bengoa remedando a los viejos charlatanes, neoplatónicos y neopitagóricos, con el ‘vascuence maternizado’, de la teta a la boca. (Discúlpeme don Rafael la comparación. Sólo porque sé que no le cuadra puedo permitírmela.)
¿Es esto serio? Yo también quiero ceder al poder de la fantasía, imaginando que personas tan sensatas y tan sabias se acomodan a la corriente euscaldunizadora imparable, deseando por otra parte, con toda buena fe, exorcizar el clamoroso fracaso de tanto escolar en eusquera y su lógico rechazo a esa lengua que no es ni será jamás la suya. De ahí esa parodia de ‘maternizar el vascuence’, a ver si por ahí termina cayendo simpático. Y de paso ellos mismos se hacen perdonar por los nacionalistas la ocupación de Ajuria Enea.
Pues de eso nada. Pasen, señoras y caballeros, pasen y lean a la Gran Tarasca Corrupia echando lumbres contra “el Gobierno de López” y su “nueva nacional” (¿?). Así agradece el nacionalismo, por boca de doña Arantza Aurrekoetxea, el esfuerzo de ustedes por euscaldunizarnos incluso más allá de la ley, que ni en la letra ni en el espíritu prevé la ‘maternización’ del vascuence y la euscaldunización llevada hasta el puerperio.
“Hacer simpático el euskera”: ¡más Baztarrika no, por caridad!
Muchos como yo, enemigos seculares etc. del vascuence, tuvimos la buena fortuna de venir al mundo en otra “red” natural hoy desaparecida. Me refiero a las zonas de contacto lingüístico en la primera mitad del siglo pasado. De un lado, quedaban muchos vascongados unilingües. Del otro, el aprendizaje ocasional era espontáneo, se oía mucho la jerga mixta (nada que ver con el ‘euskañol’ de hoy), y en todo caso la música del dialecto hablado, y bien hablado, mayormente por gente aldeana conocida, era familiar y muy agradable de oír, incluso para quienes no lo entendían, o apenas.
La aversión al vascuence, como fenómeno social relevante, es cosa de hace poco. La han generado ustedes, los normalizadores, los euscaldunizadores y (yo no lo veré, pero mucho me temo), los oleadores y enterradores del eusquera. Al tiempo, como no rectifiquen.
Para entonces, los enemigos seculares etc. del vascuence ya no tendremos dientes que rechinar contra la estupidez de ustedes, los falsos amigos del eusquera. Una belleza tan delicada, costosa e inútil no se cuida así.
A menos, claro, que el objetivo sea usarla como arma política de dominio totalitario; en cuyo caso no se entiende qué pintan ustedes haciendo ese juego. A menos, claro, que…
En 1978 visitó Guipúzcoa Sicco Mansholt quien fue presidente de la Comisión de la CEE y advirtió a los nacionalistas que no cometieran su mismo error, ya que en Holanda hizo el frisón obligatorio y la gente acabó odiándolo.
ResponderEliminarEn 1995 mi hija de 7 años pasó unos meses en Irlanda (Condadode Wessex) las clases se daban en inglés y había una hora de "irish" de las que la excusaban, y eso que era el idioma nacional.
El Reino de la Gran Tarasca Corrupia celebra así el nacimiento de sus niños, y les prepara, “por su bien”, desde la cuna, para el gran experimento lingüístico del que van a formar parte: el test de ruptura cultural con sus padres. La falta de sensibilidad mostrada por nuestras autoridades sanitarias con esta medida se me antoja sólo superable por las que tomaban los galenos que dirigían los servicios médicos de los campos de concentración del segundo tercio del siglo pasado: una sonrisa médica para la foto oficial, antes del experimento fisiológico con los reclusos (sin foto).
ResponderEliminarTengo yo dos hijos en la Escuela Pública Vasca, estudiando Secundaria en el modelo D. Según dicen sus profesores –en su mayoría euskaldunberris acelerados– hablan un perfecto euskera, y a decir de su padre (yo) hablan un perfecto castellano. Pero ahora que intentan explorar el mundo a través de Internet y reconocen el pésimo inglés adquirido en la Eskola me preguntan inocentemente: ¿para que nos enseñan euskera si esto solo se usa aquí? Uno de ellos rechaza la lengua patria fuera del centro escolar porque la asocia con el esfuerzo académico y el estudio de todas las asignaturas, aunque no tiene ninguna dificultad con el manejo de la lengua en sí, en la que está escolarizado desde los tres años. Para él el euskera es el idioma del trabajo y el estrés; el castellano, el de la familia(+amistades) y los sentimientos(+ocio).
Cuando he intentado anular ese su rechazo a la lengua vasca, apuntándole que era la lengua de sus aitites, estos (vizcainos eukaldunzaharras, pero apolíticos) me han corregido rápidamente que la lengua de ellos no es la que ahora enseñan a sus nietos. En verdad, muy a menudo había intentado cuando estaban mis hijos en Primaria que los aitites me ayudaran con algún párrafo complejo de Matematika o Gizarte (textos para niños de 10 u 11 años) y pude comprobar –con verdadero asombro- que aitite y amama no entendían ni papa de lo que allí ponía.
El libro-CD de Osakidetza puede entenderse como un verdadero insulto si quien lo recibe es una madre castellanoparlante, discriminada laboralmente por no tener el sacrosanto perfil y que todavía ve su hogar como el ambiente ideal para interrelacionarse con su bebe en la lengua que mejor maneja, la que le sale del alma (no de la cabeza), su lengua.
Agradezco y aplaudo las dos intervenciones anteriores, no como apoyo de la mía, sino como testimonios independientes representativos de un estado de opinión, un malestar, indignación y rechazo por la política lingüística vigente.
ResponderEliminarEs material valioso, útil a los movimientos de protesta ciudadana, frente al abuso constante del eusquera como instrumento político opresivo, con inicitivas tan burdas e impresentables como la que ha dado pie a esta entrada.
Bularretik mintzora (‘Del pecho al habla’). Claro, son unos genios, Don Belosti, lo que pasa es que no alcanzamos a entender sus nobles objetivos: solo así podran conseguir que los acunados (por la mano que les canta en la heptamilenaria lengua) consigan mamar que la lengua materna hay que utilizarla siempre desde el corazón…
ResponderEliminarLas ubres de jaungoikoa son como la legendaria cornucopia: sino infinitas, si inacabables.
No sé si tan genios, Don Uno. Al menos, no tan genios del idioma que imponen.
ResponderEliminarAl dar al librito un destino y uso tan especial, «desde el instante mismo del nacimiento del bebé», habría sido más propio titularlo Alubizarretik mintzora.
Si acaso, por respeto a doña Blanca, afeitar las barbas (bizarrak) y dejarlo en Alutik mintzora.
En todo caso, mejor Alu- que Motxinatik; porque, como bien definió el padre Azkue, el viacaíno motxin es «palabra torpe, que indica con poco recato ‘verenda mulieris’».
No me concierne en nada el tema del euskera, puesto que no me afectan esas políticas; pero coincido en que esas iniciativas no tienen ningún sentido.
ResponderEliminarLa lengua es una herramienta de comunicación a la vez que un ente vivo que nace, crece, se mezcla con otras lenguas, se reproduce y muere. El vascuence, como todas las hablas locales, es tan limitado para expresar conceptos más sutiles o complejos de los que formaron parte del ámbito en el que se desarrolló, su destino era la desaparición; pero ya lo ha matado el euskera hace mucho. Ya no se habla vascuence, sino una lengua artificial que toma palabras y giros de muchas variantes diversas y, sobre todo, ha perdido la música. Hoy los euskéricos hablan esa lengua falsa con acento español.
Por suerte, hace ya más de una década que la Universidad de Navarra (si no he archivado mal la información sobre el ente que dirigía el trabajo) hizo un trabajo de campo magnífico, usando un equipo de filólogos que hablaba vascuence como lengua materna y grabó miles de horas de conversaciones, recogiendo todas las variables de vascuence, provincia a provincia, valle a valle, para guardar la memoria de la verdadera lengua y que los que deseen aproximarse a su estudio, puedan saber cómo sonaba en boca de los que la usaban en su vida cotidiana.
Eso sí es usar los recursos con sensatez. El resto, es ponerle puertas al campo.
La lengua que adormece la cuna.
ResponderEliminarEn Baleares también se está imponiendo el catalán (sí, sí, el catalán, no el mallorquín) por decreto y en la sanidad tuvieron que aprobar una moratoria para la entrada en vigor de este decreto porque los médicos amenazaban con desbandada. Lo que está ocurriendo poco a poco es que se están incorporando cada vez más médicos sudamericanos que prefieren o no les queda más remedio que adaptarse y aprobar el nivel C para poder trabajar. Luego, por supuesto, en el ejercicio de su actividad diaria no dicen ni "bon dia".
ResponderEliminar"La lengua acompaña al imperio", como dijo Nebrija a Isabel la Católica. Pero en este caso el imperio es imaginario, mítico y por eso mismo la lengua ha de ser inoculada por medios cuasi mágicos, místicos.
ResponderEliminarEn mi familia (parte en Vitoria, parte en Bilbao y parte en Madrid) se dan situaciones berlanguianas cuando abordamos (en esas cenas de Navidad) el tema del nacionalismo vasco.
Mis sobrinas segundas hablan castellano y vascuence pero cantan, juegan y se ríen en español. Eso sí, sus padres (muy vascos pero castellanoparlantes) se emocionan al oírlas cantar canciones navideñas en vascuence.
La emoción, el sentimiento, la irracionalidad. Ahí está la clave del nacionalismo.
Esto pronto pasará a denominarse, oficialmente, Euskadi/Pais Basko, pues es así como le gusta a Euskaltzaindia y sabido es que el gobierno del estado (todo en minúscula) volverá a necesitar pronto el apoyo del GPNB, Gran Partido Nacionalista Basko, para sacar adelante su programa.
ResponderEliminarMientras tanto, la Real Academia Sinotronombre (pronunciar la secuencia "españ-" puede provocar apoplejía si se lleva puesta la txapela), vetusta institución con sede en Madril, se preocupa de cómo debemos escribir los nombres de países lejanos y ajenos: Catar (¡Dios mío...!) en vez de Qatar, Palaos (¡Cáspita, invariable desde el siglo XVI...!) en vez de Palau, etc. etc.
Parece claro que la influencia de los nacionalismos ha llegado hasta la nueva Ortografía de la Lengua Innombrable, donde se acepta con naturalidad "cordillera Cantábrica" (C mayúscula: pág. 462, línea 18), pero donde resulta obligatorio escribir "península ibérica" (i minúscula: págs. 477 y 478).
No olvidemos de aquí en adelante que "bizkainos y gipuzkoanos no necesitamos cuórum para estudiar los cuasares en Catar"
Mi consejo, Anónimo comentarista, es no hacerse mala sangre por la mudanza, y con disciplina y civismo entrenarnos desde ahora a pronunciar Jipúzcoa.
ResponderEliminar(A los vizcaínos en cambio se nos pone fácil, pues mayormente solemos autodenominarnos bizcáinos.)
Magnífica entrada y estupendos comentarios. Suscribo ab-so-lu-ta-men-te el del segundo Anónimo.
ResponderEliminarMis enhorabuenas. Este blog nunca defrauda.
Don Belosti, pero los maquetos siempre seremos descubiertos por la inclemente y rigurosa "Inteligentzia" al pronunciar /bizkaia/. Ellos, los verdaderos baskos, sin dudan pronunciarán ahora /biskaia/ y nos dirán que esa es la denominación oficial de este Su (De Ellos) Territorio Histórico.
ResponderEliminarExcelente disertación. Las cosas metidas con calzador y contra natura acabarán revolviéndose contra los inmersores. Pero el afán inmersor obedece a esa lógica separadora que al final resulta autista, que ya dijo Arzalluz cuando el obispo se apuntó a vascuence que loro viejo no aprende. En fin, magno blog el suyo.
ResponderEliminarSaludos bloggeros
Alguno ha comentado sobre la musicalidad del vascuence hablado por euskaldunzarras (hablantes viejos) en cualquiera de sus variantes, frente al batúa hablado hoy por los euskaldunberris, (hablantes nuevos), que suena tan artificial y monótono. De echo, los euskaldunzarras se carcajean a gusto de los berris y evitan muy mucho perder sus giros y modismos hablando en batúa, despreciado con todo fundamento. Y hablo de gente joven, no sólo de sus abuelos. Lo que da prestigio y buena imagen es parlotear una buena jerga pueblerina con soltura, no vamos a llamar lengua diferente a la que en cada pueblo se habla, porque el de Bermeo a las tres palabras sabe si su interlocutor es euskaldunberri o zarra,y en ese caso las tres frases si es del pueblo, de Guernica o de Hernani. Que aquí la diferenciación linguística se lleva mucho.
ResponderEliminarEn fin, no se que da mas grima, si la idea en sí, mas propia de un Mengele psicólogo, de grabar artificialmente una impronta en clave política, o que los impulsores sean los que tienen complejo de maketos, otro fenómeno muy arraigado en baskilandia estos últimos decenios entre los que no han nacido en un baserri con muchos apellidos vascos.
Buen blog con buenos comentarios Belosticalle. Enhorabuena.
Leer a un euskaldun estos comentarios le resulta cuando menos hilarante!
ResponderEliminarEl vasco, una lengua milenaria con raíces prehistóricas estudiada por lingüistas de todo el mundo como una joya, que es insultada por gentes como vosotros que tienen la valentía de llamarse a sí mismos vascos.
Para vuestra información, toda lengua necesita una estandarización. Al igual que el castellano en su tiempo tuvo que elegir entre decir Castella, Castiella y Castilla y elegió Castilla, porque de las tres formas se decía, el vasco ha hecho lo mismo (euskara batua). Y lo ha hecho más tarde gracias a personas obtusas como vosotros que se creían superiores a los "pueblerinos" como nosotros simplemente por hablar castellano, a la discriminación de siglos de nuestra lengua y de nuestra cultura por ser considerada por los eruditos españoles como una lengua y una cultura inferiores a las castellanas, hasta que los vascoparlantes hemos dicho basta y hemos empezado a recuperar rápidamente el espacio perdido.
Yo estudié ciencias puras y todos mis estudios los hice en vasco y los superiores porque en aquella época todavía no había (ahora sí hay la oportunidad de estudiarlos en vasco) que sino también.
El euskera al ser una lengua con una gramática muy compleja, le permite tener una riqueza de matices que nunca podrá tener el español, una lengua con una gramática muy rudimentaria y parca en matices, igual que el resto de lenguas latinas. Lo que hace que el euskera sea una lengua más apropiada para el estudio de las ciencias y las artes que el español.
Esta potencialidad del euskera para adaptarse a los nuevos tiempos ha hecho que en pocos años tenga yo el Windows XP en vasco, el Office en vasco, el Messenger en vasco, el Firefox en vasco... todo lo tenemos ya en vasco...
Lo que necesitaron los castellanos y españoles siglos para dejar a nuestra lengua y nuestra cultura al borde de la desaparición, la voluntad de los vascos de recuperar nuestra lengua y nuestra cultura expresada a través de las urnas, votando mayoritariamente a partidos nacionalistas, ha hecho que en pocas décadas los vascos hayamos recuperado rápidamente el espacio perdido y que pronto la cultura vasca tenga el espacio que tuvo en el pasado hasta que fatídicamente los castellanos, españoles y franceses se pusieron delante en el caminar del pueblo vasco durante su historia milenaria.
Me satisface sobremanera que gente como vosotros esté que trine porque lo vasco se esté recuperando tan rápidamente jejeje
En un remonte de estación de esquí, compartí esta semana viaje con tres vascuenparlantes; se notaba que dos de ellos hablaban académicamente, mientras que la tercera lo hacía de manera más natural. En un momento dado, uno de ellos tuvo un pequeño susto con los guantes y exclamó: "joé, que se me caen", tras lo cual siguió dándole a su lengua propia.
ResponderEliminar