jueves, 30 de julio de 2015

Abriendo el baile



Un profesor que tuve de filosofía solía decir que «muchos filósofos convencen no tanto por filósofos como por pelmas». Uno de esos debe de ser Juan José Ibarretxe, siempre con su tamborrada del ‘derecho a decidir’.
Insinuar lo de ‘pelma’ sobre quien negoció con Rodrigo Rato el nuevo Concierto Económico vasco y su ‘cupo’ (1997) no es ofensivo ni temerario: «él mismo reconoce que negociando puede llegar a ser un ‘pelma’», dice su biografía en la Wikipedia. Discutible sería, si acaso, llamarle ‘filósofo’; pero no le escatimaré un título que de suyo significa hombre estudioso y ‘amigo de saber’.
El Prof. Ibarretxe, «de orientación nacionalista vasca» –eso dice a fecha de hoy la misma Wikipedia–, se presenta como especialista en ‘the Basque Case’, desde que defendió su tesis doctoral,  Principio Ético, Principio Democrático y Desarrollo Humano Sostenible: fundamentos para un modelo democrático (octubre 2010).
Aunque su licenciatura la hizo en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Bilbao, y la tesis pivotaba sobre el tópico del ‘desarrollo humano sostenible’, el doctorado lo obtuvo en la Facultad de Derecho de San Sebastián, ante un tribunal de cinco juristas. Es notable esa elección de Facultad, así como el esfuerzo preparatorio de la tesis, teniendo en cuenta que el doctorando había sido lendacari del Gobierno Vasco los once años anteriores (1998-2009). Además, en ese tiempo hubo de emplearse a fondo para cumplir su propósito de hacerse con el vascuence, coronando este logro con la práctica del inglés, lengua que le es querida.
De hecho, ya doctor y en la línea de su tesis, Ibarretxe ha creado su propio instituto de estudios político-sociales, dentro de la Universidad del País Vasco, llamándolo en euskinglish Agirre Lehendakaria Center for Social and Political Studies (ALC). Inaugurado en octubre de 2013 y financiado por Kutxabank, a razón de un cuarto de millón cada año, y van tres anualidades. 
Por otra parte, el ex lendacari, identificado vitalmente con su ‘Caso Vasco’, se ha volcado en la divulgación del mismo y de sí mismo como su nueva forma de profetismo político, de forma  que hoy en día no hay título más grato y caro al Dr. Ibarretxe que el de ‘profesor’.
Un profesorado, insisto, que no empaña para nada su calidad de filósofo, con una filosofía rusticana expresada en aforismos, apólogos, parábolas, a juego con la estética de su nuevo look aldeano, algo impostado, a gusto de algunos. También habla en binomios y polinomios, como cuadra a un experto en economía. Una filosofía muy de expresión y gestual, como cuando al hablar de su cosa –la Cosa Vasca–, la mira y remira dándole vueltas como si la tuviese entre los dedos.
Al profesor Ibarretxe en esta excursión de campo le sigue un discipulado muy peculiar. Se llaman Gure Esku Dago (GED), que significa ‘Es Nuestro Derecho’. Peculiar, porque no se trata de discípulos al uso. Es más, los de GED seguramente no reconocerán para nada el magisterio de Juan José, por lo que vamos a ver:
En la Wiki, los GED se definen (porque el artículo es de ellos mismos) como «movimiento popular, presentado en Irún en junio de 2013, en pro del  derecho a decidir de Euscalerría»; añadiendo que tuvo su precedente en Nazioen Mundua (El Mundo de las Naciones, o Un Mundo de Naciones), movimiento nacido en Idiazábal (2007). La estética arco-iris y ‘jatorra’ de GED, su relación con el otro avatar y otros más eiusdem farinae –plantas propensas a reproducirse por estolones en el Goierri profundo, a favor de riego generoso de dinero público–… todo apunta a vástagos batasunos, y por tanto adamitas primigenios. Gente, pues, que nació aprendida y jamás fueron discípulos de nadie.
Ibarretxe lehendakari con EGIkides (miembros de EGI), 2007 - Jkarteaga
Pero aunque ellos no le reconozcan, Juan José se reconoce en ellos y les adopta. De hecho siempre ha sabido entenderse con la izquierda abertzale, sin cuyo apoyo ordenado por Otegi y teledirigido por ETA mediante carta del prófugo Josu Ternera no habría salido adelante en el Parlamento vasco su soberanista ‘Plan Ibarretxe’ (diciembre, 2004).
Así que, del bracete con GED, el Profesor salta el charco para presentar su nuevo libro, en inglés of course. Se titula The Basque Experience. Constructing sustainable human development, y lo firma Ibarretxe como adscrito o respaldado por el Center of Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno.
La cubierta del libro es inelegante. Sin querer, ridiculiza la egolatría de un autor cuya firma descomunal parece el título del libro, y que con ella enaniza su propia obra. Verdad es que al gallo Ibarretxe  fuera de su corral no le conoce nadie; pero tampoco eso se arregla pegando voces, «¡ESTE SOY YO!» (cuando ni siquiera se es de Bilbao).
Ocupa el centro de la cubierta un polinomio: r+d+i+k. Se reconoce el trinomio canónico, ‘Investigación + Desarrollo + Innovación’, sólo que en inglés; mejor dicho, vuelta al euskinglish, porque Ibarretxe añade por su cuenta el elemento k de Kultura. La kultura baska, obviamente.
La expresión matemática es de lo más elemental,  como conviene al pedagogo de un pueblo:
«La mirada esperanzada hoy reside [sic] en el polinomio I+D+i+K»
Polinomios como el citado. O su nuevo binomio (esta vez lógico), « Voice .OR. exit». O los monomios sobre todo, mucho monomio: YO, el más recursivo.


Problemas con las citas
Voice or exit: «o puedo hablar, o me largo».  Pintoresca interpretación de una lectura mal digerida, o una referencia de segunda mano. Añadiendo él de su cosecha que ese es «el concepto británico que centra hoy el mundo de la teoría política».
A muchos nos sorprendió tanto desparpajo creativo, cuando el Profesor soltó el dislate, nada menos que en el Ilustre Colegio de Abogados de Bilbao. Me remito al brillante artículo-varapalo de José Mª Ruiz Soroa, ‘Exit, Voice and Loyalty’ (El Correo, 4 de mayo de 2014), título que a su vez remite a la expresión genuina de Albert O. Hirschman (1970):
«La ignorancia es muy atrevida. O muy desvergonzada, como prefieran. Lo primero que podría preguntarse a Ibarretxe es en dónde está reconocido como principio positivo eso que él califica de “concepto central del mundo de la teoría política”…
Aunque sólo sea por un mínimo respeto al científico social que construyó con mucho estudio y reflexión esa alternativa teórica que Ibarretxe aplica ahora desprejuiciadamente a la cuestión de la autodeterminación, es preciso contar su historia. Para ver el grado de carroñería intelectual que supone aplicarla como el exlehendakari lo hace.»
[Sobre la tesis de Hirschman puede verse el trabajo de Scott Gelbach (2006), donde se ve que aquella nada tiene que ver con el delirio de Juan José.]
Sin excluir a priori el juicio severo de Ruiz Soroa, también podría ser que Ibarretxe tuviera problemas de comprensión con el inglés, porque un error semejante padece cuando cita a Joseph Stigliz sobre«los países que se hicieron cargo de su propio destino» –entendiéndolo como los que se declararon independientes–; o a Ernst F. Schumacher sobre «lo pequeño es hermoso», como una invitación a la desmembración de España, empezando por Euskadi y Cataluña:
«El viejo paradigma de “lo global anula lo local” no se cumplió, ha dado paso un nuevo paradigma en el que es “lo local mueve el mundo”. De hecho son, en palabras de Joseph Stiglitz, los países “que se hicieron cargo de su propio destino” [luego vemos lo que dijo Stiglitz]  los que más se han beneficiado de la globalización. Así  se hicieron realidad las proféticas palabras pronunciadas en los años 70 del siglo XX por E. F. Schumacher: “small is beautiful”, convirtiéndose en la afirmación realizada, ya en el siglo XXI por el Profesor Etxenike: “El gran reto de lo pequeño”, o en otras palabras: mirar al mundo sin olvidar las raíces [¿!].»
No sé lo que opinará Stiglitz (de la Columbia) sobre ‘derecho a decidir’. Hay judíos a favor y en contra de la independencia palestina. Lo cierto es que la frase de este Nobel de Economía (2001), sacado de contexto de su libro ‘La globalización y sus descontentos’ (2002), no se refiere a independencia de países, sino a los que manejaron su propia economía con dirigismo gubernamental. Estados existentes de derecho, no los de aluvión. Seguro que vale también para comunidades con autonomía económica amplísima, como ‘el Caso Vasco’ –el caso único de las haciendas forales en  España. Pero se trata de economía, no de empeños separatistas.
¿Es que JJI no sabe citar? Bueno, también es posible que ni siquiera esté citando; digo, citando directamente del libro de Stiglitz. A ver si va a ser que Etxenike se encarga de pasarle las citas. Estos quidprocuós suele traer el citar de segunda mano. Yo diría que es el caso, citando por ejemplo a través de un reportaje de la ONU, ‘The humanitarian decade : challenges for humanitarian assistance in the last decade and into the future’ (United Nations Publications, 2004), donde se toca de pasada la doctrina Stiglitz.  
La consecuencia de esa hipótesis no sólo  no favorece en nada la tesis de Ibarretxe, sino que la refuta. Si en un mundo global todo está entrelazado, no es sólo la economía, también la política. En particular, la creación de nuevos estados independientes a base de desmantelar los existentes es de efectos imprevisibles, o previsiblemente catastróficos. Hoy nuestros nacionalistas venden el ideal de una Europa cantonalizada en miniestados, todos ellos extrañamente ilusionados por una fraternidad idílica. Lo más probable es que mañana, si Euskadi (también Cataluña) se van de España, cambien el disco y digan que ya está bien, que nuestro derecho era ‘histórico’[1].


Kultura en Boise
«Presentación del nuevo libro de JJI». Generalmente los libros que se presentan son nuevos, salvo excepciones, como podría ser el caso. 
El evento ocurre hoy mismo, en Boise, Idaho, promovido por el ALC de la UPV, la ‘plataforma’ GED  y, como tercera pata del trípode oracular, la Universidad de Columbia, donde funciona AC4, centro de contacto «para promover ideas, prácticas y tecnologías incisivas, para la resolución constructiva de conflictos, prevención de violencia, desarrollo humano sostenible y paz». Es justa y literalmente lo que investiga y promociona Ibarretxe. De modo que si alguien cree que toda esta ensalada mixta es de la minerva y menú del chef de ALC, sepa que la receta original es de la Columbia.
Nuevo libro que a lo mejor no es tan nuevo. Porque el autor es prono a repetirse, y de hecho se repite, centrando su paradigma vasco en el período de su mandato, cuando eso se acabó hace más de un lustro, y nos lo tiene más contado que la batalla del abuelo. Como también le ocurre volver siempre sobre el mismo estribillo. Y así el debate sobre todo un polinomio versará sobre… Pues claro: el derecho a decidir.
Este tándem de conveniencia, ALC-GED, que reviste sus tejemanejes políticos con los capisayos y las puñetas de la investigación universitaria, ha elegido para su puesta en escena el Festival Vasco (Jaialdia) de Boise, Idaho, USA.
Boise es una ciudad «como Vitoria o Pamplona», nos explican en ETB-2. Pues vaya.  En este lugar mítico de los míticos ‘pastores vascos’ se celebra cada quinquenio ese Jaialdia, exponente de la k de Ibarretxe, la kultura baska en sus múltiples aspectos, con predominio de coros y danzas, por una parte; y por otra, deporte rural, versolaris y otros concursos. Más nuestra K mayúscula, el kalimotxo: feliz coyunda de la cocacola americana con el tinto de pasto de Rioja. El Jaialdia es un feria amable para un público sencillo, de eso que llaman ‘la diáspora vasca’. Gentes que ya son de allí, pero tal vez con derecho de voto, aquí. De eso va la feria.
A la misma acude el actual lendacari Urkullu con su séquito numeroso. Todavía nos suena su voz de gola regañando al Rey: «Un respeto para la singularidad vasca.» Felipe VI nos ha ninguneado, y Urkullu le llama al orden. Misión cumplida.
Urkullu viaja a Boise por el Festival, no por el libro de Ibarretxe, a diferencia del rector Iñaki Goirizelaia, que va por ambas cosas, y como es danzari es muy posible que ejecute algún paso o figura.
A Ibarretxe le habría parecido lo más natural abrir él todo el baile, pero tanto no ha podido ser, porque en estos encuentros la gente busca el solaz, no el bostezo. No viajas desde los cinco continentes a una ciudad como Vitoria para que un pelma te hable de su libro.
Pero es que tampoco todo se reduce a eso. Tampoco los de GED van por el «qué hay de mi libro». En realidad, entre todos pagamos a estos anfitriones-invitados, en la celebración de su catapulta internacional, tras haber hecho demostración de sus aptitudes para el  movimiento de masas (enlace a blog). Un miembro de GED y «miembro de la diáspora vasca de EE. UU.»  hablará de ‘Futuro, Decisión, Juntos’ como presentación de esta fuerza separatista. (Y dale con la diáspora, ni que fuésemos judíos.)
De una cosa no se quejará Ibarretxe: su viaje promocional de su libro y de GED ha sido bien anunciado y será bien cubierto por lo medios vascos. De El Correo, hago merced de los comentarios (también de los de Deia, si es que siguen ahí). Y para terminar, de un medio oficial como es EiTB he visto uno de esos  anuncios, una entrevista en vídeo que no he conseguido incrustar porque me borra la página. Preocupante. Por el personaje, digo
No hace falta ser muy psicólogo para captar el gesto y alma de un resentido y a la vez maníaco. Porque, oiga, es fuerte eso de decir de un tirón y sin despeinarse:
«Mi objetivo, el mismo  que he tenido a lo largo de mi vida: en definitiva, poner a nuestro pueblo, a nuestra cultura, poner nuestra lengua en los mapas del mundo, no solamente en el mapa de Europa».
Pues excuse el trabajo, buen hombre; porque la gente vasca desde su incorporación a España y sus empresas históricas es harto conocida en Europa y en el mundo entero. Y casi siempre mucho más para lo bueno que para lo malo. Hasta la hora negra del nacionalismo desintegrador, con sus esbirros terroristas que han envilecido el nombre vasco.  A uno de sus capos convicto y hoy prófugo de la justicia tuvo usted y su gobierno en la Comisión de Derechos Humanos, profesor Ibarretxe.
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[1] Téngase en cuenta que aunque todo el mundo habla de ‘globalización’, «no existe una teoría única de la misma, si bien hay diversos discursos que buscan identificar su dinámica causal subyacente» (David Held, Anthony McGrew, David Goldblatt & Jonathan Perraton, 2000: Global transformations: Politics, economics and culture. Cambridge, Polity Press, Blackwell Publ., p. 436).