martes, 1 de julio de 2014

El peregrino en su patria y el patriota en la ajena




El 27 de enero pasado, Vertele.com criticaba un capítulo de la serie americana ‘Intelligence’ (CBS) por confundir churras con merinas, o lo que es más difícil, terroristas etarras con terroristas musulmanes, en uno de sus episodios.
«A ‘Intelligence’ le falla la inteligencia con España: etarras-musulmanes es la última gran pifia de las series USA».
Para confirmarlo, se insertaba este fotograma de la serie, donde aparece un informe en letra menuda sobre cinco fotos de supuestos etarras muertos: cinco sujetos
«del grupo terrorista vasco que, o son vascos de madre y padre árabes, o los guionistas americanos han cometido un nuevo “epic fail” con nuestro país, suponiendo que cualquier organización terrorista que opere (o haya operado) en cualquier parte del mundo debe estar relacionada sin ninguna duda con el terrorismo yihadista».
Al diario nacionalista vasco ‘Deia’ le faltó tiempo para hacerse eco de la noticia. ‘ETA árabe’: la gran metedura de pata de las series americanas [sic, en plural]. Bajo ese título, el día siguiente martes 28 en la edición de la mañana  se reproducía la información tal cual. Citando a Vertele, el periódico resumía el argumento general de la serie ‘Intelligence’, centrada en un agente de los Estados Unidos provisto de altísima tecnología:
«Hasta ahí muy normal, pero según informa la web vertele.com, los guionistas de la serie se han hecho un "pequeño enredo" en el tercer capítulo de la misma. El lío comienza con una acción del FBI en Madrid para "capturar a cinco miembros de una célula durmiente del grupo terrorista vasco",  para ser interrogados por actividades terroristas en España y Estados Unidos.
La gran sorpresa llega cuando al mostrar en pantalla las fotos de los terroristas... tienen claros rasgos magrebíes. Y ahí no queda la cosa. En un popurrí de desatinos, los guionistas han creado una miembro de la CIA "destinada a la operación madrileña-vasco-yihadista" y también hablan de una "policía federal española"...»
‘Deia’ reproducía el mismo fotograma. Pero donde su fuente veía árabes, el periódico vasco precisaba magrebíes. [Esto de los parecidos es caprichoso. Mira por dónde, a mí el primero de la izquierda me recuerda un poco el gesto de Martín Garitano.] No tiene mayor importancia. A los guionistas americanos les suenan campanas del 11-M, y de ahí se sacan no sé que compadreo entre etarras y yihadistas islámicos. Despistados siempre en nuestras cosas, no han captado el imposible metafísico que rezuma el Informe Erkoreka-PNV sobre el 11-M (7 de junio 2005), que a pesar de su brevedad encuentra sitio para descartar a ETA de aquella masacre 56 veces.
«La gran sorpresa llega cuando … ». ¡Yihadistas-etarras, a quién se le ocurre! En fin, un enredo de ficción, una bobada de la que ni nos acordaríamos, de no ser por otras noticias frescas –estas sí sorprendentes– en El Correo:
«Un yihadista de Bilbao muere combatiendo en Siria» (13 de junio)
«El yihadista vasco fallecido en Siria cobró ayudas sociales hasta después de muerto» (28 de junio).
Así que es absurdo que alguien de ETA sepa ni que existe el Yihad islámico, y en cambio podría hasta ser realidad que alguien de Al-Qa’eda es o se hace pasar por vasco y bilbaino, al menos para cobrar nuestros subsidios en vida, en ausencia, y hasta difunto.
Al personaje de la noticia también le conocemos por imagen, que no reproduzco. No sé ni me importa si sus rasgos son magrebíes, árabes o meramente vascos. Enamorado de su fusil de asalto, el dedo siempre al gatillo, la cara es casi lo de menos.
Reduan Bensbi al-Tanyawi, supuesto marroquí de Tánger empadronado en Baracaldo, ha estado cobrando del Gobierno Vasco la RGI durante cinco años, incluido el tiempo de su dedicación como militante yihadista desde 2013, muerto en acción el 21 de marzo de este año en Lataquia (Siria). Un héroe. Un quinquenio de percepción de ayuda social, «cinco años, en los que no residió en Euskadi durante largas temporadas» –lógico, si se debía a la causa de Alá–. Un mártir, al que «LANBIDE le seguía ingresando 836 euros mensuales» cuando ya gozaba del Paraíso. Como si las huríes cobraran sus servicios en moneda infiel.
La pregunta no es sólo cómo ha sido posible una cosa así. Ahora que, al parecer, lo yihadista no quita del todo lo vasco, y viceversa, uno siente curiosidad por saber si el Reduán este es, o ha sido, nuestro único compatriota vasco en contribuir al bien común de esta comunidad de tan peculiar manera. Si este Reduán es, o ha sido, el único vasco subvencionado con el dinero público social para dedicarse a la guerra santa y la restauración del Califato.
[ Paso por alto la desfachatez de una administración vasca, que a una madre minusválida con su hijo estudiante menor de edad, sin ninguna razón ni explicación les tiene retirada toda ayuda, tal vez considerándoles afortunados de que les viven los abuelos pensionistas ... Es otra historia: los vascos en la indigencia por paro y enfermedad, pero que no gozan del chollo de pertenecer a una minoría cualquiera de las preferentes para las ayudas, simplemente porque les tocó nacer vascos de hogares corrientes ... Es un clamor. Quién no conoce casos parecidos.]
A esa pregunta objetiva elemental –¿de que va esta broma macabra?– se suma la eterna pregunta introspectiva. La euskopregunta por antonomasia: ¿quién es vasco?
Ya sé, desde ‘El euskarabajo de Wittgenstein’, que lo nuestro no tiene solución, precisamente por ‘nuestro’. Todo lo vasco es insondable e inescrutable. Pero como bien decía Gracián, no hay río tan profundo que no se le encuentre vado; y esta vez el mérito ha sido de doña Cristina Uriarte,  consejera de Educación, Polingüi y Cultura del Gobierno Vasco.
Hablando de lo suyo, la polingüi, que es ante todo y sobre todo gastar nuestro dinero sin tino ni tasa en la promoción del vascuence, salió a cuento la euscaldunización de «los y las adolescentes inmigrantes» (pues nadie olvide que se reparten en dos sexos inmiscibles). Y preguntada sobre qué entiende su Consejería por «adolescentes inmigrantes», doña Cristina los (aunque no las) definió así: «Extranjeros, procedentes de otros países u otras comunidades autónomas».
Como hay que volver a machacar en esto de la ‘normalización lingüística’, con otras perversiones del lenguaje nacionalista, aquí me limito a señalar esa contribución de la consejera Uriarte a vadear el piélago de la vasquidad, con su definición luminosa.
En una primera aproximación, es vasco el que no es extranjero, y es extranjero el que procede de allende nuestra muga. Proceder: ahí está el busilis. El Diccionario de la Real Academia lo define:

4. intr. Venir, haber salido de cierto lugar. El vuelo procede de La Habana. El inmigrante a Álava procede de Treviño.
Ya; pero esa es la acepción cuarta del término. La primera, y sobre todo la segunda, es la que vale.
1. intr. Dicho de una cosa: Obtenerse, nacer u originarse de otra, física o moralmente.

2. intr. Dicho de una persona o de una cosa: Tener su origen en un determinado lugar, o descender de cierta persona, familia o cosa.

Sin ánimo de apuntar a nadie, un nacido en la Cochinchina Amarilla de padres vascos y que venga a establecerse aquí nunca será inmigrante, porque tampoco es extranjero. Es vasco, porque procede de aquí. Por el contrario, éste otro que vino al mundo en el cogollo de la Villa de Don Diego, hijo de padre bilbaino y madre begoñesa, pero nieto y bisnieto de españoles inmigrantes a Vizcaya; éste, digo, jamás de los jamases será vasco él ni su progenie, porque no proceden de aquí.

–Pero yo he nacido aquí, yo soy autóctono.
–¿Autóctono? Y un cuerno. La autoctonía vasca no te la regala la tierra vasca. La llevas en tí o no la llevas, nazcas donde nazcas.
Acabáramos. Lo vasco se define por donde Sabino dijo: por los ocho apellidos vascos, como voz de la sangre vasca. Es la genética, tontines, es la raza. Mejor que el bilbaino, el vasco sí que puede nacer donde le dé la gana.
Tal vez doña Cristina no esté de acuerdo con mi interpretación. Tal vez no esté de acuerdo consigo misma, pues en el trance de vadear el río vaciló de forma ostensible. Tal vez no farfulló exactamente ‘procedentes’, sino ‘provinientes’, sutil diferencia. «Provenir. Dicho de una persona o de una cosa: nacer, originarse, proceder…» Lo que la consejera dio a entender, lo que toda la prensa le entendió, no tiene vuelta de hoja.
Yo no creo que la Sra. Uriarte sea racista a sabiendas, si eso le cumple. Pero ¡ay! el subconsciente nos la juega, a todos nos pasa. La próxima vez piense más, exprese mejor y pronúncielo más claro.
Adiós mi ilusión de la Eusko Esfinge suicidada.