jueves, 4 de junio de 2009

El neutrón se hace el sueco




Bilbao, Vizcaya, la Comunidad Autónoma Vasca, hemos perdido el proyecto de espalar neutrones.

He ahí, por tanto, una oportunidad nada despreciable para espalar sandeces. Y como esto es muchísimo más fácil que aquello –encima, sin depender del arbitrio internacional–, pues en ello estamos.

Ni siquiera yo pienso privarme de espalar y expeler lo primero que se me ha ocurrido al saber la noticia. Que es exactamente lo mismo que se me ocurrió cuando oí hablar del proyecto y candidatura, hace unos años. ¿Pues qué se me ocurrió? Más o menos, esto: «¿Le darán a Perico Palotes el premio nacional de fin de carrera?». (Pista: P. P. dejó la suya colgada hace varios cursos.) Bueno, pues algo así hemos hecho nosotros con los neutrones. Como para que ahora nos voten por la cara bonita en un proyecto de excelencia.

Pero antes de explayar la tontería de mi invención, voy a referir otras ajenas. Y sea la primera la espalada y expelida por el Diputado general y Presidente de la Diputación de Vizcaya, Sr. Bilbao:

«Hemos quedado los últimos, como en Eurovisión» –sostiene el prócer–, porque Zapatero «no ha sabido defender los intereses de Euskadi (sic) en Europa. La labor diplomática y de presión internacional del Gobierno español ha sido una ridiculez».

Quot sententiae, tot fallaciae, señor mío. Los últimos, tanto como los últimos, no; hay quien opina que «somos los subcampeones». Y eso de 'los intereses de Euskadi'… ¿Por qué no los de José Luis Bilbao? Madrid, nuestra bicha de siempre. Esta vez diríase que hasta nos ha birlado el proyecto. En la misma sarta de despropósitos, sale inculpada Cristina Garmendia, que «se atrevió a decir que no nos convenía la transferencia de investigación, desarrollo e innovación».

Cosas de don José Luis, cuya Diputación acaba de asignar 7 millones para subvencionar, eso sí, 1.359 proyectos, a ver si los euskaldunes vizcaínos alóctonoparlantes se animan a espalar algo más en «la lengua autóctona». Que aquí, si no es a golpe de euro, el vascuence se nos va. Hombre, siete milloncejos no dan para mucho neutrón, pero sí que dan alguna idea de nuestras prioridades.

Acto seguido habría que ocuparse de Urkullu, pero no vale la pena. Al actual presidente del PNV le aplaudo más a gusto cuando espala melodías con su chistu o caramillo, que cuando se mete en análisis de política científica, y de política en general. Un botón de muestra: este señor desprecia un logro importante, como es tener aquí la sucursal o «segunda sede» del proyecto, calificándola de «taller, garaje y almacén de Suecia». Todo es relativo, don Íñigo; hay quien se da con un canto en los dientes, con eso que llama 'taller'. Lo que ya se entiende menos es eso que usted dice de «los años de trabajo tirados a la basura» por los sociatas, en el caso de la fuente de espalación. ¿Qué trabajo, y de quién? No me responda, que enseguida vamos a verlo.

Siguiendo por orden, tocaría aquí un desplante de Andoni Ortuzar, pero si el burukide del B Buru B ha espalado alguna chispa de su ingenio, no ha llegado a noticia mía.

En fin, que me he prometido largar mi sinsorgada propia sobre el particular, y no voy a defraudarme. Hela aquí, antes de que se me pase.

El próximo 17 se cumplen cuatro años desde la clausura de ARBI. A ARBI se le paró el corazón en 1974/5, y así estuvo en situación espectral hasta 2002, cuando el 14 de mayo se dio el permiso para desmantelarlo. La operación se daba por concluida a fines de 2004. Medio año después, como queda dicho, el espacio ocupado por ARBI se declaraba disponible para cualquier uso. Hoy es una feria.

A todo esto, muchos sentimos gran pena por la desaparición de ARBI. Para mí, sin haber tenido una relación lo que se dice estrecha, fue motivo de tristeza, por el recuerdo de un primer intento de tesis doctoral, que si no cuajó y hube de cambiarlo por otro, al menos dio materia para alguna publicación novedosa. Gracias por todo ello a los profesores Francisco Albisu, Antonio Martín Pérez, Conchita Elejalde y otros más, que pronto se convirtieron en amigos.

«¿Y quién, o qué diantre era ese ARBI?», preguntará impaciente alguno que me lea. Con razón. Pues, señores, para decirlo de una vez, con ARBI tuvimos aquí en pequeñito lo que ahora nos ilusionaba tener en muy grande: una fuente de neutrones. La gran diferencia entra aquella realidad que fue y este sueño que nunca será se entiende un poco, sin saber mucha física, mirando la animación de Wikipedia.

A poco de morir ARBI ocurrió también la muerte de Franco, y todo eso. Los intereses de Euskadi se volvieron inescrutables, la construcción nacional pesó más que nuestra vocación científica. La ciudad sueca de Lund, que había empezado a manejar neutrones más o menos cuando Bilbao, fue sin cesar renovando su tecnología, mientras nuestro difunto ARBI yacía insepulto y sin sucesión.

De las nuevas ilusiones, intrigas y doble juego, hasta la frustración final en una 'apuesta para perder', hable quien sabe, y respóndale quien corresponda. A mí déjenme con mi parábola de Perico Palotes y su carrera truncada. Yo mismo escribo con cierta soltura, y de joven publiqué algunos cuentecillos en la revista del colegio. Que no me hayan dado el Nobel, hiere mi vanidad a veces, cuando estoy bebido, pero no me sorprende en absoluto.

Termino recordando una anécdota sobre el ARBI de mis añoranzas. Este reactor nuclear tuvo un gemelo en Barcelona. Los dos se diseñaron en la JEN de Madrid. A la hora de bautizarlos (1960), se inventaron sendos nombres, indicativos del tipo de reactor (Argonaut Reactor) y su ubicación (Escuela de Ingenieros, Barcelona o Bilbao). Pero los acrónimos resultantes, AREIBA y AREIBI a los catalanes les sonaba a vascuence –o peor aún, al Athleti, Areibí! Areibá!–, y obviamente los repudiaron. Figúrense, los siguientes reactores AREIHIRU, AREILAU et ita porro. Nuestro reactor bilbaíno se llamó ARBI, y su gemelo se quedó con Argos (F. X. Barca Salom, Política nuclear espanyola: el cas del reactor nuclear 'Argos', págs. 39-40).

¡Ah, las lenguas propias! Todavía no asábamos, y ya pringábamos. Pues figurémonos también que el mismo sino filológico ha presidido ahora la decisión favorable a Suecia, si como dicen, espalación (de spall, esquirlas, astilladura) es de origen escandinavo. Nada más justo. Porque, además, ellos han seguido con sus neutrones, y en Lund los físicos hablan todos inglés, mientras nosotros, @d@s y embelesad@s en la inmersión lingüística, descuidamos el idioma de la ciencia internacional, y de neutrones ya sólo teorizamos –eso sí, pistonudamente. A lo peor alguien de por aquí ha ido por Europa exigiendo el reconocimiento del eusquera como lengua comunitaria. Con tales embajadores, quién sabe, hasta pensarán esos bárbaros que en Bilbao esa lengua puntúa más que la física en los concursos a plaza de espalador. Aunque, con los letreros obligatoriamente en vascuence, es como para pensarlo: «¿Y si aprieto el botón equivocado?»

4 comentarios:

  1. Buenos días, amigo Belosti;
    Lo de espalación me suena completamente a chino, pero un poco del berrinche que se han llevado en Bilbao, ya me he enterado. Sobre todo alguien que no recuerdo quien era, que decía que la culpa de todo la tenía Cristina Garmendia, que por ser donostiarra, no había puesto suficiente interés en el asunto, para no dar nada a bilbao.¿Se puede ser serio con esa mentalidad? Aunque oyendo a la Pajín y sus acontecimientos planetarios, no sé yo puesssss.

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  2. Interesantísimo. No tenía ni idea de lo de ARBI. Pondré, si no te molesta, una reseña con enlace a tu artículo.

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  3. Señor PLAZAEME, me siento honrado de que esta página pueda interesarle.

    Doña PUSSY CAT, no me clave sus uñitas muy hondo, que de física sé poco. Verá, yo me lo pinto así:
    Para ver cómo reacciona un sujeto, un método es tirarle pedradas cuando está desprevenido. ¿A que sí?
    Pues bien, en física atómica y subatómica, toda partícula acelerada sirve de proyectil, pero los neutrones son excelentes, porque a diferencia de los electrones, tienen masa para hacer 'pupa', y al no tener carga eléctrica, el blanco no los ve venir ni hace sobresaltos.
    Todos los neutrones son como piedras igualitas, que si llegan despacio al blanco, hacen poco efecto (calor, rayos gama etc.), como los del pequeño reactor ARBI. En cambio, si van rapidísimo hacen maravillas. Ellos mismos llegan a descomponerse en partículas llamadas cuarques.
    Arriba en el cielo, hay estrellas de neutrones libres, tan pequeñas como el diámetro del País Vasco, pero tan numerosos como en la Gran nebulosa del Cangrejo, que pongo en la entrada, descubierta por los chinos el año 1054. Eso, como digo, en el Universo.
    Pero aquí abajo, los neutrones no andan por libre, sino que están atrapados en los núcleos de los átomos.
    La espalación consiste en bombardear esos núcleos con partículas muy aceleradas, de modo que salten añicos, incluidos entre éstos los neutrones.
    La animación que he enlazado pone de manifiesto la diferencia entre lo poco que pueden hacer los proyectiles pequeños y lentos, o bien lo mucho de los grandes y rápidos, como los de un acelerador. Sólo estos últimos son capaces de 'espalar' (astillar) núcleos haciendolos saltar en sus protones y neutrones.
    Separar luego unos de otros, créame, amiga PUSSY, es coser y cantar.
    Como comprenderá, esto es sólo una aproximación remota, y aquí corto, para no recibir un tirón de orejas de los amigos físicos.

    Bien, ¿y qué tiene eso que ver con el cáncer? Porque los periódicos al hablar de espalación siempre sacan lo del cáncer.
    Pues qué quiere que le diga, hasta aquí nada, eso podría venir luego. El alma del proyecto es la investigación pura y dura. Pero a la gente, si no le hablas de curarle el cáncer, le parece tirar dinero en juguetes inútiles. O sea.

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